Bhagavad-gītā: Capítulo 15 – El Señor y su devoto
En el décimo quinto capítulo del Bhagavad-gītā (Bhagavad Gita) Krishna habla sobre la transmigración y cómo es que, esta es la única manera en la que podemos librarnos de la ilusión del mundo físico.
A continuación, encontrarás los 20 versos, que conforman el décimo quinto del Bhagavad-gītā (Bhagavad Gita) tal cual fueron traducidos al español, por lo que no encontrarás ninguna nota al pie de página, ni ningún tipo de comentario del mismo. Decidimos subirlo de esta forma, porque creemos que la mejor forma de tener un primer acercamiento a este tipo de textos es con tu interpretación propia; por lo que, sin embargo, recomendamos que, al terminar con la lectura, busques alguna versión comentada que te ayude a profundizar en el texto.
En este caso, la traducción al español fue realizada por Julio Pardilla, y que fue subida a la página de la Sociedad Biosófica (sociedadbiosofica.org). Cabe mencionar que, el portal mencionado no tiene ningún vínculo al PDF original y solo se puede llegar a él a través de una búsqueda de Google. Por otro lado, no encontré ninguna referencia al traductor en ningún lugar; solo una página de Amazon a lo que era el libro del Bhagavad Gita, pero en la que no se puede comprar el libro y en la que no aparece información del mismo. Si quieres consultar la publicación original (con varias notas al pie de página y una introducción muy completa) da clic aquí.
A continuación, encontrarás los 18 capítulos del Bhagavad-gītā traducidos al español.
KRISHNA:
1. Eterno es Asvatta, el árbol de la Transmigración. En la Morada Suprema están sus raíces, y sus ramas descienden hacia aquí abajo. Cada hoja de este árbol es un himno sagrado, y aquél que los conoce, conoce los Vedas.
2. Sus ramas se extienden en el cielo, recibiendo la vida de las fuerzas de la naturaleza. Sus yemas son los placeres sensuales. Y sus raíces se prolongan introduciéndose en el mundo de los hombres, atrayendo a los mortales debido a sus acciones egoístas.
3. Los hombres no logran entender la naturaleza cambiante de este árbol, ni saben donde comienza ni donde acaba, ni donde están sus raíces. Mas el sabio que puede ver, blandiendo con fuerza la espada de la templanza, va y corta este árbol de fuertes y profundas raíces, encaminándose así hacia ese sendero, que recorren aquéllos que nunca han de volver.
4. Sólo un hombre tal, puede decir: “Refugio busco en el Espíritu Eterno, del cual surgió la creación al principio de los tiempos.”
5. Pues el hombre humilde, dotado de visión espiritual y libre de toda ilusión y de la esclavitud a los apegos, sumerge su alma en su Espíritu Interior, erradicando así todo deseo egoísta, trascendiendo también la dualidad producida por todos los pares de contrarios como; placer y dolor, bueno y malo. Éste en verdad alcanzará la Morada Eterna.
6. Allí no existe la luz del sol, ni tampoco la luna brilla, ni siquiera la luz del fuego, ni ninguna otra luz conocida, pues allí sólo brilla la Luz de mi Gloria. Los que llegan a esta morada ya nunca han de regresar.
7. Una chispa emanada de Mi Espíritu Eterno es un alma que en este mundo nace a la vida, generando alrededor de su centro los cinco sentidos y la mente, teniendo como soporte esta naturaleza material.
8. Estas potencias aparecen cuando el Señor del cuerpo se manifiesta; igualmente, cuando lo abandona y transmigra, se las lleva todas con Él, del mismo modo que el viento recoge la fragancia de las flores aromáticas, llenándola con él, transportada por el aire.
9. A través de la mente y los sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto, el Señor del cuerpo observa este mundo, y su conciencia goza de él.
10. Aquéllos que viven en la confusión, engañados por la ilusión del mundo, no pueden ver que es el Señor quien mora en el cuerpo, y que, mediante los poderes de su naturaleza, goza de esta vida hasta que por fin se va. Mas esto sólo lo entienden aquéllos a quienes les ha sido abierto el ojo de la sabiduría.
11. Aquéllos que practican la meditación y se esfuerzan con determinación, ven como Él mora en su interior. Mas aquéllos que no son puros de corazón y carecen de Conocimiento, aunque se esfuerzan, nunca logran verlo.
12. Has de saber, oh Arjuna, que esa luz esplendorosa que el sol esparce iluminando el universo entero, al igual que el tenue resplandor de la luna y el brillante fulgor del fuego, todos vienen de Mí.
13. Yo soy el soporte de todas las cosas de esta tierra, y a ella Yo vengo dando mi amor revitalizador a todo. Yo soy la fragancia y el sabor del Néctar Sagrado.
14. Yo soy la Fuerza Vital que mora en todos los seres que respiran, y en unión al flujo continuo del aliento, hacia adentro y hacia afuera, consumo los cuatro tipos de alimentos.
15. Yo estoy en el corazón de todo lo que existe. Conmigo traigo la memoria y la sabiduría, y conmigo me las llevo. Yo soy el conocedor y el Conocimiento de los Vedas. De Mí surgió la sabiduría que ellos contienen, y soy la meta a la que ellos apuntan: el Vedanta.
16. En este mundo hay dos principios fundamentales; uno es el perecedero, y el otro el imperecedero. El perecedero es la creación y todo lo que ella contiene, mientras que lo imperecedero es lo que no cambia, lo Inmutable.
17. Pero aún hay otro Principio que se le da el nombre de Espíritu Supremo, el más alto sin igual: éste es el Eterno Señor que penetrándolo todo, mantiene al universo entero.
18. En este mundo, y en los Vedas, soy proclamado como el Espíritu Supremo, pues estoy más allá de lo perecedero, e incluso de lo imperecedero.
19. Aquél que, habiendo conocido la Verdad, Me vea a través de su ojo espiritual como el Espíritu Supremo, ya ha conocido todo lo que hay que conocer, y por esto, Me adora y Me ama con toda su alma.
20. ¡Oh Arjuna! Te acabo de revelar la más secreta de todas las doctrinas. Aquél que recibe este Conocimiento ha visto la Luz, con lo cual ha realizado el propósito de su vida en este mundo.
A continuación, encontrarás los 18 capítulos del Bhagavad-gītā traducidos al español.
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