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Bhagavad-gītā: Capítulo 1 – El Desaliento de Arjuna

El primer capítulo del Bhagavad-gītā (Bhagavad Gita) Dhritarashtra y Sanjaya empiezan a hablar sobre la batalla en el campo santo de Kurushetra. En la plática, Sanyana empieza a narrar la discusión que tuvo el héroe Arjuna con Krishna, mencionando el conflicto interno que enfrenta el propio Arjuna: ¿Por qué matar a mis propios familiares en el fragor de la batalla?

A continuación, encontrarás los 47 versos, que conforman el primer capítulo del Bhagavad-gītā (Bhagavad Gita) tal cual fueron traducidos al español, por lo que no encontrarás ninguna nota al pie de página, ni ningún tipo de comentario del mismo. Decidimos subirlo de esta forma, porque creemos que la mejor forma de tener un primer acercamiento a este tipo de textos es con tu interpretación propia; por lo que, sin embargo, recomendamos que, al terminar con la lectura, busques alguna versión comentada que te ayude a profundizar en el texto.

En este caso, la traducción al español fue realizada por Julio Pardilla, y que fue subida a la página de la Sociedad Biosófica (sociedadbiosofica.org). Cabe mencionar que, el portal mencionado no tiene ningún vínculo al PDF original y solo se puede llegar a él a través de una búsqueda de Google. Por otro lado, no encontré ninguna referencia al traductor en ningún lugar; solo una página de Amazon a lo que era el libro del Bhagavad Gita, pero en la que no se puede comprar el libro y en la que no aparece información del mismo. Si quieres consultar la publicación original (con varias notas al pie de página y una introducción muy completa) da clic aquí.

A continuación, encontrarás los 18 capítulos del Bhagavad-gītā traducidos al español.

DHRITARASHTRA:

 1. ¡Oh Sanjaya! Dime, ¿qué han hecho mis hijos y los hijos de Pandu, reunidos en el campo santo de Kurushetra, ansiosos por luchar?

SANJAYA:

2. Viendo las huestes de los hijos de Pandu listas para luchar, el rey Duryodhana se acercó a su maestro Drona y le habló así:

3. Contempla, Oh maestro, el aguerrido ejército de los pandavas, dispuesto en formación de combate por tu antiguo discípulo, el inteligente hijo de Drupada.

4. En este ejército podemos ver a nobles guerreros y héroes, tan grandes como Bhima y Arjuna; mira a Yuyudhana y Virata y el rey Drupada, el del poderoso carro.

5. Y Dhristhaketu y Chekitana, el rey de los chedis, y el valiente rey de Kashi, y Punejit, Kuntibhoja, y Saibya, el mejor de los hombres.

6. Y Yudhamanyu, ci victorioso, y el poderoso Uttamaujas, y Saubhadra, el hijo de Arjuna, y los cinco príncipes de la reina Draupadi; todos ellos en sus carros de guerra.

7. Mas también escucha, ¡oh tú, el mejor de los dos veces nacido!, los nombres de los principales guerreros de mi ejército. Los traeré a tu memoria.

8. Tú mismo, mi maestro de guerra, y. también el sabio y viejo Bhishma. Está Karna, el enemigo de Arjuna y Kripa el victorioso en muchas batallas, tu hijo Ashvatthaman, Vikarna y el hijo de Gonadatta.

9. Y muchos otros héroes, bien conocidos por su habilidad en el uso de las varias armas y su maestría en la guerra, todos listos para dar su vida por mí.

10. Nuestro ejército, encabezado y protegido por Bhishma, es inconquistable; mientras sus ejércitos, dirigidos por Bhima, fáciles son de conquistar.

11. Así pues, firmes todos en vuestras posiciones, protegiendo los diferentes frentes de batalla. ¡Defended a nuestro jefe Bhishma!

12. Bishma, el viejo y glorioso guerrero de los Kurus, al oír esto, con la intención de enaltecer el desfallecido ánimo de Duryodhana, lanzó un grito de guerra como el rugido de un león, soplando luego con fuerza sus potentes caracolas.

13. Y en respuesta, el cielo se llenó con un pavoroso estruendo de redobles de tambores de guerra, címbalos y trompetas. El clamor que juntos elevaron fue como el trallido de un trueno terrible.

14. Con lo cual, Krishna y Arjuna el hijo de Pandu, de pie sobre un carro de guerra tirado por caballos blancos, respondieron al reto haciendo sonar sus divinas caracolas.

15. Krishna, el Señor del alma, sopló su caracola Pandrajanya, y Arjuna la suya Devadhata. Su hermano Bhima, el de tremendas hazañas, sopló su gran caracola Paundra.

16. El rey Yudhishtriya, el hermano mayor de los cinco príncipes pandavas, sopló su caracola Anantavij aya (eterna victoria); y Nakula y Sahadheva la Sughosha (dulce sonido) y Manipushpaka9 (joya incrustada), respectivamente.

17. Y también el rey Kashi, de poderoso arco, y Sikhaudi el del gran carro, Drishtadyumna, Virata y Satyaki, el nunca vencido.

18. Y el rey Drupada, señor de la tierra, y los cinco descendientes de su hija Draupadi, y Subhadra, el hijo de Arjuna, de poderoso brazo; todos hicieron sonar sus caracolas de guerra por doquier.

19. Con el sonido de tan aterrante clamor, temblaron el cielo y la tierra; al igual que los corazones de los hijos de Dhritarashtra, Duryodhana y sus guerreros.

20. Entonces Arjuna el hijo de Pandu, cuyo emblema simbólico era un mono, al ver a los hijos de Dhritarashtra en formación de combate y dispuestos a lanzar al vuelo sus primeras flechas, tomó su arco Gandiva y así habló a Krishna, el Señor de los hombres.

ARJUNA:

21. ¡Oh Krishna inmortal! Te ruego que conduzcas mi carro y lo pongas en medio de los dos ejércitos.

22.De este modo podré ver a los guerreros Kurus tan deseosos de lucha, con quienes me tengo que enfrentar ahora, al comienzo de esta batalla.

23.Así podré contemplar a aquéllos que aquí han venido preparados y ansiosos de lucha, para combatir por los perversos deseos del hijo de Dhritarashtra.

SANJAYA:

24.Cuando Krishna escuchó las palabras de Arjuna, condujo su glorioso carro hasta colocarlo en medio de los dos ejércitos.

25. Y situándose enfrente de Bhishma, Drona y otros príncipes, habló así el Señor de los hombres: contempla, Oh Arjuna, los ejércitos de los Kurus reunidos en el campo de batalla.

26. Entonces Arjuna vio en ambos ejércitos a padres, hijos, abuelos, nietos, hermanos, tíos, suegros, maestros y amigos.

27. Cuando Arjuna vio a sus seres queridos encarados unos a otros en líneas de combate, se le inundó el corazón de tristeza, y con desaliento y pesar dijo estas palabras.

ARJUNA:

28. ¡Oh, Krishna! viendo a mis familiares preparados para la batalla, mis párpados desfallecen y se cierran; y mi boca se seca y queda amarga, temblores recorren mi cuerpo y mi cabello se eriza con horror.

29. Mi arco Gandiva cae de mis manos, el pecho me arde, y mis músculos desfallecen pudiendo apenas mantenerme en pie, pues mi mente vaga en todas las direcciones. Presiento malos augurios.

30. ¡Oh, Krishna! ¿Por qué matar a mis propios familiares en el fragor de la batalla?

31. No veo ninguna gloria en ello. No tengo deseos de victoria.

32. ¡Oh, Krishna! Ni siquiera por el reino y todos sus placeres. ¿Cómo podemos querer un reino, o sus placeres o incluso la vida?

33. Cuando aquéllos para los que desearíamos ese reino y esos placeres, y los goces de la vida, están aquí en este campo de batalla, a punto de perder su vida y sus riquezas.

34. Listos, y dispuestos a exponer su vida en esta batalla, se encuentran: maestros, padres, hijos, abuelos, nietos, padres, yernos y esposos de esposas que solas quedan.

35. De ningún modo quiero dañarles, oh Krishna. Incluso aunque deseasen matarme. No los dañaría ni por el imperio de los tres mundos; menos aún, por un reino en esta tierra.

36. La desgracia recaería sobre nosotros, si matamos a estos hombres; aunque sean malos. ¿Qué gozo encontraríamos en su muerte, oh Krishna, liberador de las almas?

37. ¿Acaso puedo matar a mis familiares, los hijos del rey Dhritarashtra, hermano de mi propio padre? ¿Qué felicidad obtendríamos matando a nuestros seres queridos en la batalla?

38. Aunque ellos, con sus mentes obcecadas por la codicia, no tengan ningún reparo en destruir una familia, ni en traicionar a sus propios amigos.

39. Nosotros no deberíamos hacer esto, ya que vemos maldad en la destrucción. ¿No crees que deberíamos cuidarnos de cometer semejante fechoría?

40. Con la destrucción de una familia desaparecen sus virtudes y tradiciones, y al faltar estas virtudes, la iniquidad corroe el seno de la familia.

41. Cuando esto sucede, Oh Krishna, las mujeres de esa familia se corrompen, y su corrupción origina gran confusión en las castas y en el orden social.

42. Este desmán llevará a la familia y a los destructores de la familia a un destino fatal. Los espíritus de sus muertos sufrirán en el infierno al verse privados de las ofrendas y los ritos funerarios.

43. El delito de los destructores de la familia, cuyo resultado es el desorden social, destruye la nobleza del nacimiento, los antiguos ritos y los altos valores.

44. Y, oh Krishna, los hombres cuyas virtudes familiares están corrompidas, son condenados al infierno. Así nos ha sido dicho.

45. ¡Oh mal día! Qué espíritu maligno ha poseído nuestras mentes, cuando aquí estamos, dispuestos a matar a nuestra propia gente en el campo de batalla por un reino terrenal.

46. Más me valdría que los hijos de Dhritarashtra, encontrándome desarmado y sin ofrecer resistencia, me aniquilasen en medio de la lucha.

SANJAYA:

47. Así habló Arjuna en el campo de batalla; y dejando a un lado su arco y sus flechas, con su alma inundada por la desesperación y la pena, se desplomó abatido sobre el asiento de su carro.

A continuación, encontrarás los 18 capítulos del Bhagavad-gītā traducidos al español.

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