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Katha Upanishad: Primer Valli

El Primer Valli del Katha Upanishad, mismo que se encuentra en el Primer Adhyaya (Capítulo), cuenta la historia de Nachiketa, quien fue sacrificado por su padre Vajasravasa, también conocido como Aruni Auddalaki Gautama; narra el diálogo que el joven tuvo con Yama, señor de la muerte. Durante la plática, Nachiketale pregunta a Yama qué es lo que pasa con el alma cuando el cuerpo muere, pero el señor de la muerte intenta evadir la pregunta.

A continuación, encontrarás los 29 versos que conforman el Primer Valli del Katha Upanishad. Esta versión del Katha Upanishad es una versión recopilada en la biblioteca de la del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa, y no se indica quién realizó la traducción de la misma. Si quieres consultar el texto original, puede hacerlo en la página de la biblioteca (bibliotecadigital.ilce.edu.mx ) o dando clic aquí.

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Primer Adhyaya (Capítulo)

Segundo Adhyaya (Capítulo)

Primer Valli

1.1.1 . Vagasravasa, deseoso de recompensas celestiales, entregó en sacrificio todo lo que poseía. Tenía un hijo cuyo nombre era Nachiketa.

1.1.2. Mientras los presentes eran entregados, la fe entró en el corazón de Nachiketa, que todavía era un muchacho, y pensó:

1.1.3. “Malditos seguramente son los mundos a donde va un hombre que ofrece en sacrificio vacas que han bebido agua, comido heno, dado su leche y son estériles.”

1.1.4. Aquél, conociendo que su padre había prometido entregar todo lo que poseía, y por consiguiente también a su hijo, dijo a su padre: “Estimado padre, ¿a quién vas a entregarme?” Lo dijo por segunda y tercera vez. Entonces el padre replicó enojado: “Te entregaré a la Muerte.” (El padre, por haber dicho aquello, aunque fruto de su precipitación, tuvo que ser fiel a su palabra y sacrificar a su hijo.

1.1.5. El hijo contestó: “Voy a la muerte como cabeza de muchos que todavía tienen que morir y con muchos que ahora están muriendo. ¿Cuál será la obra de Yama (el soberano de los fallecidos) que hoy tiene que hacer conmigo?

1.1.6. “Miro al pasado y observo lo que ocurrió a los que vinieron, miro al futuro y observo lo que ocurrirá a los que tienen que venir. El hombre mortal madura como el maíz y, como el maíz, brota de nuevo.” (Nachiketaentra en la morada de Yama, donde no hay nadie para recibirle. Uno de los sirvientes de Yama le increpa así:)

1.1.7. “El fuego penetra en las casas cuando un brahmín entra como invitado. Tal fuego solamente puede ser aplacado con una ofrenda de paz. ¡Trae agua, pues, oh Vaivasrata!

1.1.8. “Un brahmín que mora en la casa de un hombre necio sin recibir nada para comer, destruye todas las esperanzas y deseos del dueño de la casa, todas sus posesiones, su honestidad, sus sagradas y buenas acciones y todos sus hijos y ganado. (Yama, regresando a su casa después de tres días de ausencia, durante los cuales Nachiketano había recibido hospitalidad de él, se dirige a Nachiketa:)

1.1.9. “Oh, brahmín, puesto que tú, venerable huésped, has permanecido en mi casa tres días sin comer, escoge como compensación tres deseos.”

1.1.10. Nachiketa contestó: “Oh Muerte, como el primero de mis deseos, escojo que Gautama, mi padre, permanezca calmo, bondadoso y no se enoje conmigo; de este modo podrá conocerme y saludarme cuando tú me liberes”.

1.1.11. Yama repuso: “Por mi favor, Andalaki Aruni, tu padre, te aceptará y se comportará contigo como antes. Dormirá serenamente por la noche y la cólera no se apoderará de él cuando vea que has sido liberado de las fauces de la muerte”.

1.1.12. Nachiketa añadió: “En el mundo celestial no hay miedo alguno, pues tú no moras allí, oh Muerte. En ese reino nadie tiene que llegar a la vejez. Allí no hay hambre, ni sed, ni dolor. Todo es gozo en ese mundo.

1.1.13. “Tú conoces, oh Muerte, el sacrificio del fuego que nos conduce al cielo; revélamelo, pues mi corazón rebosa de fe. Aquellos que viven en el reino celestial alcanzan la inmortalidad; éste es, pues, mi segundo deseo.”

1.1.14. Yama replicó: “Cuando conozcas el sacrificio del fuego que conduce al cielo, comprende, Oh Nachiketa, que con él se alcanzan los mundos infinitos, escondidos en el corazón del hombre”.

1.1.15. Yama entonces le enseñó a realizar el sacrificio del fuego, que es el principio de todos los mundos. Le enseñó también qué ladrillos se requieren para el altar y cuántos y cómo tienen que ser colocados. Nachiketa repitió todo tal como se le había enseñado. Entonces Mrityu complacido con él, le dijo:

1.1.16. “Te concedo otro deseo: El fuego del sacrificio, que te ha sido revelado, tomará tu mismo nombre.

1.1.17. “Aquel, pues, que realiza este rito Nachiketa y hallando la unión con los tres, cumple los tres deberes, se halla más allá del nacimiento y la muerte. Quien aprende y comprende este fuego, que nos da a conocer todo lo que ha nacido de Brahma, todo lo venerable y divino, obtiene la paz eterna.

1.1.18. “El que conoce los tres fuegos —Nachiketa y, conociendo los tres, prepara el sacrificio— Nachiketa rompe las cadenas de la muerte y se regocija en el mundo que se halla más allá del dolor.

1.1.19. “Este, oh Nachiketa —exclamó la Muerte— es tu fuego que conduce al cielo y que tú has escogido como segundo deseo. Escoge ahora, pues, tu tercer deseo.”

1.1.20. Nachiketa dijo: “Hay una duda que surge en mí cuando muere un hombre. Algunos afirman que su alma también muere y otros dicen lo contrario. Esto me gustaría conocer; si tú me lo muestras, éste es mi tercer deseo”.

1.1.21. La Muerte respondió: “En este punto incluso los dioses han dudado. No es un tema fácil de comprender. Te ruego que escojas otro deseo, oh Nachiketa, no me obligues a responderte”.

1.1.22. Mas Nachiketa replicó: “Ciertamente en este punto incluso los dioses han dudado. Con toda seguridad, pues, no hay otro deseo mejor que éste”.

1.1.23. La Muerte repuso: “Escoge hijos y nietos que vivan cien años, ganado, elefantes, oro y caballos. Escoge como morada la tierra entera y vive tantas cosechas como quieras.

1.1.24. “Si puedes pensar en algún deseo parecido, escoge riqueza y larga vida. Sé el rey de toda la tierra. Te concedo el goce de todos los deseos.

1.1.25. “Pide cualquier deseo, por difícil que sea de obtener entre los mortales, pídelo según tu deseo: bellas doncellas con carros e instrumentos musicales… Tales deseos ciertamente no son alcanzados por los hombres, solamente por aquellos a quienes yo permito obtenerlos. Pide lo que te plazca, pero no preguntes acerca de la muerte.”

1.1.26. Nachiketa sin embargo respondió: “Estas cosas son efímeras, sólo duran hasta mañana, oh Muerte, puesto que su fuerza nace de los sentidos. Incluso la vida más larga es breve. Quédate, pues, con tus caballos y tus danzas y responde a mi deseo.

1.1.27. “Ningún hombre es feliz por la riqueza. ¿Acaso poseeremos riquezas cuando te tengamos que ver? ¿Acaso viviremos cuando tú reines sobre nosotros? Sólo este deseo quiero alcanzar.

1.1.28. “¿Qué mortal, después de conocer la liberación de la vejez gozada por los inmortales, apreciará vivir una larga vida en esta tierra, donde no existen los verdaderos placeres que nacen de la belleza y el amor?

1.1.29. “Oh Muerte, dinos qué hay en la otra Vida. Nachiketa no escoge otro deseo sino aquel que es la llave del mundo de las tinieblas.”

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Primer Adhyaya (Capítulo)

Segundo Adhyaya (Capítulo)

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