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No hago Yoga porque no soy flexible…

A lo largo de los años, un gran número de personas me ha comentado que les encantaría practicar Yoga, pero que no lo hacen porque no son nada flexibles. Aseguran que, todas esas clases únicamente las pueden hacer las personas que pueden pasar las piernas detrás de la cabeza, y no para quienes apenas pueden tocarse las rodillas cuando se agachan. Al final, terminan diciéndome “No hago Yoga porque no soy flexible”.

Si supieran que, cuando empecé a tomar clases de Yoga, yo era de las personas que apenas podían tocarse las rodillas al agacharse, que me dolía estirar las piernas por completo, y que no podía sentarme en el suelo y mantener la espalda recta, probablemente entenderían que el Yoga no es exclusivo para las personas flexibles, sino que la flexibilidad es una habilidad que se adquiere a lo largo del tiempo, cuando llevas una práctica regular.

Cuando empecé a practicar Yoga, yo no era una persona flexible. No podía realizar ninguna de las posturas de flexibilidad, por más sencillas que fueran, y pensé que nunca lograría apoyar mis manos en el piso a realizar Uttanasana. Confieso que, esto era un poco frustrante, especialmente cuando veía a mis compañeras estirarse sin problemas. Sin embargo, poco a poco, y con una práctica constante, pasé de tocarme los muslos a las rodillas, luego llegué a las pantorrillas. Bajé a los tobillos y ahora puedo poner las palmas de la mano por completo. Lo mismo me pasó con las caderas y los hombros (que siguen siendo lo menos flexible de mi cuerpo).

Uttanasana

Durante todo ese tiempo, lo que fui aprendiendo es que Yoga no es una disciplina para la gente flexible de cuerpo, sino para todo el mundo. Que la práctica constante es la que te brindará la flexibilidad necesaria, en el cuerpo y en la mente, para poder alcanzar muchas de las posturas que podríamos encontrar complicadas; y que, la finalidad del Yoga no es alcanzar la postura perfecta, sino el camino que recorres para alcanzarla. Entonces, el no ser flexible no es un pretexto real para no practicar Yoga, la pereza y el desinterés sí lo es. Así que, si a ti te atrae mucho la idea de practicar Yoga, pero lo único que te lo impide es la falta de flexibilidad, olvídate de ese prejuicio y empieza a recorrer el camino del Yoga sin miedo. Solo recuerda, que no debes frustrarte, y que la flexibilidad llegará poco a poco.

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