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Yoga Tattva Upanishad: Parte 2 de 3

El Yoga Tattva Upanishad (Yoga-tattva-upaniṣad) es uno de los Upanishads menores, y está clasificado como uno de los 20 Yoga Upanishads. En este se habla de una plática entre Brahma y Vishnu, en la que, el Señor del Universo (Vishnu) aborda el yoga-tattva (la verdad del yoga). Habla de la necesidad de practicar yoga para poder alcanzar la liberación (del ciclo de renacimientos) o moksha, menciona las 8 ramas del yoga (las mismas que propone Patañjali), y continúa explicando la práctica de yoga (más enfocada en el Raja Yoga).

A continuación, encontrarás los 142 versos que conforman el Yoga Tattva Upanishad, separados en tres partes. Esta traducción al español del Varaha Upanishad está basada en el la traducción de K. Narayanaswami Aiyar, incluída en Thirty Minor Upanishads (1974) y fue recopilada por oshogulaab.com. Si quieres consultar el texto íntegro, con su versión AITS (Alfabeto internacional de transliteración sánscrita) y en español, puedes descargar el PDF original dando clic aquí.

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1.46, 1.47, 1.48 y 1.49 Los que son peritos en el yoga deben dejar los alimentos perniciosos para la práctica del yoga. Hay que dejar la sal, la mostaza, las cosas ácidas, calientes, picantes y los vegetales amargos; la asafétida y demás [condimentos de sabor fuerte], la adoración del fuego, las mujeres, los paseos a pie, los baños al amanecer, la reducción del cuerpo con ayunos, etcétera. Enlas etapas tempranas de la práctica se indica alimentarse con leche y ghi, y también se dice que favorecen el avance los alimentos compuestos por trigo, legumbres verdes y arroz rojo. Así se podrá contener el aliento todo el tiempo que guste.

1.50, 1.51, 1.52 y 1.53 Al retener así el aliento todo lo que se quiera, se alcanza kevala kumbhaka (retención del aliento sin exhalación ni inhalación). Cuando se alcanza el kevala kumbhaka y así se prescinde de inhalación y exhalación, no hay cosa que no pueda lograr en los tres mundos. Al principio (de la práctica) se produce sudoración que hay que limpiar; luego por la retención del aliento el practicante suelta flemas. Después, por aumento de la práctica del dharana se produce [más] sudoración.

1.54 Como se mueve a los saltos la rana, así se mueve sobre el suelo el yogi sentado en la postura Padma. Con más práctica, es capaz de despegar del suelo.

1.55 Mientras está sentado así en posición Padma, levita. Entonces se despierta en él el poder de realizar acciones extraordinarias.

1.56 No revelará las acciones resultantes de su gran poder a los demás. Al yogi no lo afecta dolor alguno, ni grande ni pequeño.

1.57 Se reducen entonces las excreciones y el sueño, y no se producen lágrimas, lagañas, salivación, sudoración ni mal aliento bucal.

1.58, 1.59 y 1.60 Con más práctica todavía logra gran fuerza, gracias a la que adquiere el bhuchara siddhi, que le permite poner bajo su control a toda criatura que ande sobre la tierra: tigres, sarabhas (un animal de ocho patas), elefantes, toros o leones mueren con sólo que el yogi los golpee con la mano. Se vuelve tan apuesto como el mismo Kandarpa (el dios del amor).

1.61, 1.62 Encantadas con la hermosura de su persona, todas las mujeres desearán tener relaciones sexuales con él; si tiene relaciones, su virilidad se pierde, por eso ha de evitar la cópula con mujeres y continuará su práctica con toda asiduidad. Por la preservación del semen, el cuerpo del yogi queda impregnado de un perfume exquisito.

1.63 Después ha de sentarse en un lugar apartado y repetir el pranava (Om) con los tres pluta-matras (o sea entonación prolongada) para acabar con sus pecados anteriores.

1.64 El mantra pranava (Om) destruye todos los obstáculos y todos los pecados. Al practicar de esta manera logra el estado arambha (principiante, o primero)

1.65 y 1.66 Luego viene el estado ghata (segundo), que se adquiere por la práctica constante de la restricción del aliento. Cuando tiene lugar la unión perfecta sin oposición entre prana y apana, manas y buddhi, jivatma y Paramatma, a eso se denomina estado ghata. Voy a describirte sus señales.

1.67 Ahora puede practicar sólo la cuarta parte del período que se prescribía practicar antes. Ha de practicar sólo un yama (tres horas) durante el día y durante la noche.

1.68 Tiene que practicar kevala kumbhaka sólo una vez por día. Se llama pratyahara al apartamiento total de los órganos de los objetos sensoriales durante la contención del aliento.

1.69 Que considere Atman a todo lo que ve con sus ojos.

1.70 Que considere Atman a todo lo que oye con sus oídos. Que considere Atman a todo lo que huele con su nariz.

1.71 Que considere Atman a todo lo que saborea con su lengua. Que considere Atman a todo lo que toque con su piel.

1.72 Así el yogi ha de gratificar sus órganos sensoriales con gran esfuerzo, sin cansarse, por el lapso de un yama cada día.

1.73 y 1.74 Entonces el yogi logra varios poderes maravillosos, como la clarividencia, la clariaudiencia, la capacidad de desplazarse en un instante a grandes distancias, gran capacidad oratoria, habilidad para adquirir cualquier forma, capacidad de volverse invisible y capacidad de convertir hierro en oro meramente frotándolo con sus heces.

1.75 y 1.76 El yogi que practica constantemente el yoga adquiere la capacidad de levitar. Entonces debe pensar el yogi que estos poderes son grandes obstáculos en el logro del yoga y que nunca debe deleitarse por tenerlos. El rey de los yogis no debería jamás hacer gala de sus poderes ante persona alguna.

1.77 Debe vivir en el mundo como un tonto o un idiota o un sordo, para mantener sus poderes a cubierto.

1.78 y 1.79 Sin duda sus discípulos le requerirán que demuestre sus poderes para gratificar sus sentidos. El que se ocupa activamente de sus deberes se olvida de practicar (el yoga). Por eso debe practicar el yoga noche y día sin olvidar las palabras de su guru. Así pasa el estado ghata aquel que se dedica constantemente a la práctica del yoga.

1.80 Nada se gana con la compañía inútil, porque por ese motivo se deja de practicar el yoga. Por eso hay que practicar el yoga con todo ahínco.

1.81 y 1.82 Entonces, gracias a esa práctica constante se logra el estado parichaya (o tercero). El vayu (o sea la respiración) gracias a la práctica ardua y con ayuda del pensamiento, penetra en la kundalini junto con Agni, y entra sin interrupción en el Sushumna. Cuando el chitta penetra en el Sushumna junto con prana, alcanza junto con prana la sede elevada[1].

1.83 Hay cinco elementos: prithivi, apas, agni, vayu y akasha.

1.84, 1.85 y 1.86 Para el cuerpo hecho de los cinco elementos está el dharana quíntuple. Se dice que de los pies a las rodillas está la región de prithivi, de forma cuadrilonga, de color amarillo y que tiene el varna (o letra) “La”. Hay que llevar el aire con la letra “La” por la región de la tierra (es decir, desde los pies a las rodillas) y contemplar a Brahma el cuatrifáceo, de cuatro bocas y de color de oro, realizando el dharana en esa región durante dos horas. Entonces se alcanza el dominio de la tierra y la muerte no molesta más, porque se logró el dominio del elemento tierra.

1.87, 1.88, 1.89 y 1.90 Se dice que la región de apas se extiende desde las rodillas hasta el ano. Apas tiene forma de media luna, es de color blanco y su letra bija (semilla) es “Va”. Hay que llevar hacia arriba el aliento junto con la letra “Va” a lo largo de las regiones de apas, y contemplar al Dios Narayana, que tiene cuatro brazos y la cabeza coronada, del color del cristal puro, vestido con ropas anaranjadas e imperecedero; allí hay que practicar dharana durante dos horas, y quedará uno libre de todo pecado. A partir de entonces no padecerá temor por el agua, ni hallará la muerte en el agua.

1.91, 1.92,1.93 y 1.94 Se dice que la región de agni va desde el ano hasta el corazón. Agni tiene forma triangular, es de color rojo y tiene por bija (semilla) a la letra “Ra”. Hay que llevar el aliento al que se habrá hecho resplandecer con la letra “Ra” a lo largo de la región del fuego, y contemplar a Rudra, el que tiene tres ojos, que concede todos los deseos, que tiene el color del sol del mediodía, que está cubierto totalmente con cenizas sagradas y que tiene un rostro pácido. Allí hay que practicar dharana por un lapso de dos horas y entonces no lo quemará a uno el fuego, aunque el cuerpo penetre en una hoguera.

1.95 y 1.96 Desde el corazón hasta el entrecejo se dice que se extiende la región de vayu. Vayu tiene forma hexagonal, es de color negro y resplandece con la letra “Ya”. Hay que llevar el aliento por la región de vayu y contemplar a Ishvara, el Omnisciente, el que posee rostros vueltos hacia todas las direcciones, y al practicar el dharana allí durante dos horas, uno entra en vayu y luego en akasha. El yogi no enfrentará la muerte por temor a vayu.

1.97, 1.98, 1.99,1.100, 1.101 Desde el entrecejo hasta la coronilla de la cabeza está, según dicen, la región de akasha. Tiene forma circular, es de color de humo y resplandece con la letra “Ha”. Hay que llevar el aliento a lo largo de la región de akasha y contemplar a Sadashiva de la siguiente forma: como productor de felicidad, con forma de bindu, como el gran deva que tiene la forma de akasha, brillante como el cristal puro, que viste en la cabeza el cuarto creciente de la luna, con cinco rostros, diez manos y tres ojos, de rostro plácido, armado con todas las armas, adornado con todos los ornamentos, que lleva a (la diosa) Uma en la mitad de su cuerpo, dispuesto a conceder favores y que es la causa de todas las criaturas. Al practicar dharana en la región de akasha, se obtiene ciertamente el poder de levitar en el akasha (eter).

1.102 En cualquier lado en que se halle, disfruta de una bienaventuranza suprema. Así pues, el que es experto en el yoga debe practicar estos cinco dharanas.

1.103 Entonces su cuerpo se fortifica y no sabe qué es la muerte. El hombre de mente grande no muere ni siquiera durante el diluvio de Brahma. 1.104 y 1.105 Después tiene que practicar dharana por un período de seis ghatikas (dos horas y 24 minutos). La restricción de la respiración en (la región de) el akasha y contemplar a la deidad que concede los deseos es lo que llaman saguna dhyana, que es capaz de conferir (los siddhis de) anima, etcétera. El que se entrega al nirguna dhyana alcanza el estado de samadhi.

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[1] Probablemente, la cabeza.

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