Āruṇeyī Upaniṣad, el camino del Sannyasin (renunciante)
Uddalaka Aruni[1], conocido comúnmente como Aruni[2], fue un sabio védico que vivió alrededor del siglo VIII a.C. Su nombre ha sido mencionado en infinidad de textos sánscritos de la era védica y sus enseñanzas filosóficas fueron resumidas en dos de los Upanishads más extensos, antiguos e importantes entre los 108 Upanishads del canon del Muktika-Upanishad. Vivió unos siglos antes que Buda y sus enseñanzas atrajeron a un gran número de estudiantes desde regiones lejanas, convirtiéndolo, junto a su discípulo Yajnavalkya, en uno de los personajes más mencionados en el hinduismo/vedanta.
Más allá de eso, Aruni es considerado, por un gran número de pensadoras y pensadores contemporáneos, como es el caso de Ben-Ami Scharfstein (profesor emérito de Filosofía en la Universidad de Tel Aviv), como uno de los primeros filósofos en la historia registrada. Aruni fue un brahmán, hijo de Aruna, que terminó optando por una vida de renuncia en busca del conocimiento y la liberación. Según se cuenta, Aruni fue a visitar al dios Parajpati/Prayápati[3] (en este caso Brahma[4]) para preguntarle qué es necesario para dejar a un lado todos los rituales o el trabajo por completo.
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Ante la pregunta, Brahma le comenta al sabio que debe de seguir el camino de la renuncia; renunciar a sus hijos, hermanos, amigos y al resto de la familia; debe renunciar a todo para vivir como un Sannyasin (renunciante). Pero… ¿Cómo debe ser la vida de un Sannyasin? El Āruṇeyī Upaniṣad (también conocido como Aruneya Upanishad) es el texto sánscrito en el que se puede conocer la conversación entre el sabio védico y el dios; una plática en la que se ahonda en la vida del Sannyasin, explicando cómo debe prepararse desde las etapas previas de la vida[5], de acuerdo al sistema Āśrama, la manera en la que debe de renunciar y los beneficios de convertirse en un Paramahamsa Parivrajaka, los monjes que fueron iluminados.
Este Upanishad, adjunto al Sama-Veda, se encuentra clasificado como uno de los Sannyasa Upanishad, es decir, los Upanishads que hablan sobre la renuncia. Pero, a diferencia de otros textos clasificados como Sannyasa, como el Laghu-Samnyasa, el Kathashruti y el Paramahamsa Upanishad, el Aruni Upanishad no afirma que se debe de renunciar al terminar las tres etapas previas de la vida, de acuerdo al sistema Āśrama, de hecho, aunque el texto se enfoca en la persona que ya es cabeza de familia, no da información sobre el momento ideal para renunciar[6].
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Para que puedas conocer más sobre el Āruṇeyī Upaniṣad, a continuación, podrás encontrar una traducción al español de este texto. Esta versión está basada en la traducción al inglés publicada por learnkriyayoga.com.
Āruṇeyī Upaniṣad
¡OM! Deje que mis extremidades y el habla, Prana, ojos, oídos, vitalidad
Y todos los sentidos crecen en fuerza.
Toda la existencia es el Brahman de los Upanishads.
Que nunca niegue a Brahman, ni Brahman me niegue.
Que no haya negación alguna:
Que no haya negación al menos de mi parte.
Que las virtudes que se proclaman en los Upanishads estén en mí,
que soy devoto del Atman; que residan en mí.
¡OM! ¡Que haya Paz en mí!
¡Que haya Paz en mi entorno!
¡Que haya Paz en las fuerzas que actúan sobre mí!
1. Om. El hijo de Aruna fue a la esfera de Brahma, el Creador, y llegando allí dijo: “Señor, ¿de qué manera puedo abandonar el trabajo por completo?” Brahma le dijo: Debes renunciar a tus hijos, hermanos, amigos y el resto, tu mechón y el hilo sagrado, tus sacrificios y libros que los regulan, tus escrituras; debe abandonar las esferas (siete superiores) tituladas Bhur, Bhuvar, Svar, Mahar, Jana, Tapas y Satya, y las esferas (siete inferiores), a saber, Atala, Patala, Vitala, Sutala, Rasatala, Talatala y Mahatala, junto con el (todo) universo; y debe tomar el bastón y la escasa ropa de los Sannyasins; debes renunciar a todo lo demás, sí, a todo lo demás.
2. El cabeza de familia, o el Brahmachari, o el Vanaprashta deben encomendar los fuegos que conducen a las diferentes esferas al fuego que está en el estómago, y consignar el sagrado Mantra, Gayatri, al fuego que está en su propia habla de él, debe tirar el hilo sagrado en el suelo o en el baño. El Kutichara que vive la vida de un Brahmachari debe renunciar a sus parientes y desechar su cuenco de limosna y el trapo, debe renunciar a sus bastones triples y los fuegos que conducen a esferas particulares.
(Así dijo Prajapati): De ahora en adelante debe comportarse como alguien que no tiene Mantra para repetir, debe abandonar el deseo de ir a las esferas superiores, bañarse al comienzo de los tres puntos de encuentro del día, a saber, mañana, mediodía y tarde, debe efectuar una unión con su Atman a través de la más alta concentración, y de entre (toda la gama de) Vedas debe repetir solo los Aranyakas, solo los Upanishads, sí, nada más que los Upanishads.
3. En verdad, yo soy Brahman, el Sutra; el Sutra es Brahman porque Él origina (el cosmos); Yo mismo soy el sutra porque soy un hombre de realización: el sabio que se ha dado cuenta de esto debe abandonar su triple hilo sagrado. “He renunciado, he renunciado, he renunciado” – pronunciando esto tres veces debería declarar – “De mí no hay miedo (en palabra, pensamiento o acción) a ningún ser, porque de mí todo ha procedido”. Pronunciando el Mantra – “Ese eres mi amigo, así que protégeme (de vacas, serpientes, etc.), eres fuerza y mi amigo, en todo peligro visible e invisible eres el Trueno del Señor del Universo”, etc., debe sostener en alto el bastón de bambú y ponerse el taparrabos. Debe tomar la comida como si fuera medicina, sí, como si fuera medicina. Guarden cuidadosamente (oh ustedes todos los que están involucrados) su castidad (en pensamiento, palabra y obra), no dañar, no aceptar regalos (superfluos), no robar y veracidad: ¡guárdenlos por todos los medios, sí, guárdenlos!
4. Ahora bien, los deberes de la clase más alta de monjes itinerantes, los Paramahamsa Parivrajakas (son los siguientes): Deben sentarse y acostarse en el suelo. Los que ya han hecho el voto de castidad, etc., deben usar un cuenco de barro o uno hecho de calabaza, o un cuenco de madera; deben abandonar la lujuria, la ira, la avaricia, el enamoramiento, la ostentación, la altivez, los celos, el apego a los objetos, el egoísmo, la falsedad y similares. El sannyasin debe permanecer en un lugar durante los cuatro meses de la estación lluviosa y durante los ocho meses restantes deambular solo o con un solo compañero, sí, un solo compañero.
5. En verdad, quien se ha dado cuenta de la (verdadera) importancia de los Vedas puede renunciar a esas cosas (previamente enumeradas) después de la investidura con el hilo sagrado, o puede hacerlo incluso antes de esa ceremonia: (renunciar) a su padre, hijo, sus fuegos de sacrificio, y el hilo sagrado, sus obras de él, su esposa y todo lo demás que pueda poseer. Los sannyasins ingresan a una aldea solo con fines de mendicidad, con las palmas de las manos o el estómago como receptáculo para la comida. Pronunciando “Om”, “Om”, “Om”, deben colocar mentalmente este Mantra, el Upanishad, en las diferentes partes de su cuerpo.
Aquel que realiza la Verdad de esta manera es realmente el sabio. Tengo quien sabe esto (y él es un Brahmachari que toma el voto monástico) debe renunciar al bastón hecho de la madera de los árboles Palasha (Dhak), Bilva (Marmelos) o Audumbara (Higuera), su piel y cinturón y el hilo sagrado, etc., y así ser un héroe. “Ese estado supremo de la Deidad que todo lo penetra, los sabios lo comprenden para siempre como el ojo que penetra de un extremo al otro del cielo”. “Los sabios purgados de todas las impurezas como la ira, etc., que han despertado del sueño (de la ignorancia), encienden esa Verdad (en las mentes de los indagadores), ese estado supremo de la Deidad omnipresente”. De hecho, tal es el mandato de las escrituras que conducen a la liberación: el mandato de los Vedas, sí, de los Vedas.
¡Om! Deje que mis extremidades y el habla, Prana, ojos, oídos, vitalidad
Y todos los sentidos crecen en fuerza.
Toda la existencia es el Brahman de los Upanishads.
Que nunca niegue a Brahman, ni Brahman me niegue.
Que no haya negación alguna:
Que no haya negación al menos de mi parte.
Que las virtudes que se proclaman en los Upanishads estén en mí,
que soy devoto del Atman; que residan en mí.
¡Om! ¡Que haya Paz en mí!
¡Que haya Paz en mi entorno!
¡Que haya Paz en las fuerzas que actúan sobre mí!
Aquí termina el Arunyupanishad, incluido en el Sama-Veda.
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[1] También se le conoce como Uddalaka Aruni, y se le suele llamar Aruni.
[2] No confundir con Aruni, el Aruni/Aruná, el dios que personifica al amanecer; cochero del carro de Surió, el dios sol.
[3] Nombre genérico que se usa para designar a varias deidades que presiden sobre la procreación y son protectores de la vida; mismos que han sido identificados con Soma, Agní, Brahmá, Visnú, Shivá y Savitri, entre otros (depende de la época y del texto que se revise).
[4] Dependiendo del comentario que se revise, el nombre del dios puede cambiar. En el caso de esta traducción utilizan el término Brahma en vez de Parajpati/Prayápati, pues el comentario en el que está basada equipara a ambos dioses como uno solo.
[5] Todo hombre debe pasar por cuatro etapas: Brahmacharya (estudiante), Gṛhastha (cabeza de familia), Vanaprastha (habitante del bosque), and Sannyasa (renunciante).
En este caso uso la palabra hombre y no persona, porque el sistema se enfocaba en ello
[6] Mientras que los Upanishads mencionados sí aseguran que se debe renunciar después de ser cabeza de familia.
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