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Subala Upanishad, la filosofía del Rig Veda resumida…

El Purusha Sukta es un himno (10.90) dedicado al Purusha o Ser Cósmico dentro del Rigveda[1]. El himno da una descripción de la unidad espiritual del universo, presentando la naturaleza de Purusha como inmanente al mundo material (o manifestado) y, a su vez, trasciende al mismo mundo. En otras palabras, Purusha podría definirse como el ser primigenio o el dios que da vida al universo entero, mismo que se encuentra presente en el mundo material y el espiritual. Concepto que, con el tiempo, fue adaptándose hasta convertirse en lo que hoy conocemos como Brahman, o el Principio Universal[2].

Continuando con el Purusha Sukta, el Subala Upanishad es un Upanishad tardía que retoma el himno védico, comentándolo y especificando que Narayana (Vishnú) es el Brahman, y afirmando que este es el padre, la madre, el refugio, el amigo y la meta de todo ser viviente. Es un texto en el que se ahonda en la filosofía Advaita Vedanta, es decir la no dualidad, desde un punto de vista visnuista; en otras palabras, entendiendo que Vishnú es el dios principal de la Trimurti (o trinidad) y que él es el principio universal, es decir, el dios creador y del que se desprende todo el universo, y que vive dentro de humanos, animales y toda la creación.

Este Upanishad está considerado dentro del grupo de los Samanya Upanishads, los Upanishads que abarcan temáticas generales. Cuenta con 16 capítulos y en sus páginas se retratan temas como la cosmología, la fisiología, la psicología y la metafísica, entre otros; claro, todo siendo abordado desde el hinduismo y no desde una perspectiva occidental, por lo que fisiología y psicología no tienen una relación tan directa con nuestro propio entendimiento de las mismas.

Cosmología

El texto inicia con una conversación entre el sabio védico Raikva y Prajapati; en la plática, Raikva pregunta por el origen del universo. Prajapati responde, retomando el himno Nasadiya Sukta 10.129 del Rigveda, explicando que antes no había Sat (Seidad) ni Asat (no-Seidad[3]) y tampoco existía Sat-Asat (Sat y Asat en un mismo contexto); afirmando que el universo surgió de la nada, donde no habái espíritu ni materia. Sin embargo, el Subala Upanishad afirma que en esta nada existía el Para-brahman absoluto, del cual emergió la oscuridad.

El texto afirma que de la oscuridad surgió el éter (o espacio) y a su vez, el aire surgió del éter, el fuego surgió del aire, el agua surgió del fuego y la tierra surgió del agua. De la tierra emergió el huevo, que se partió para crear la atmósfera y la tierra. Entre la atmósfera y la tierra surgió la persona divina (Purusha) de mil cabezas, mil ojos, mil brazos y mil pies, que creó la muerte. El Brahman entonces creó siete hijos llenos de verdad, llamados Prajapatis. De la boca del divino Purusha surgieron los brahmanes, de los brazos surgieron los kshatriyas, de los muslos surgieron los vaishyas y de los pies surgieron los shudras. De su mente surgió la luna, de los ojos salió el sol, de su corazón salió la fuerza vital (prana).

En el segundo capítulo, se afirma que del apana del divino Purusha vinieron los Yakshas, Rakshasas, animales domésticos y Gandharvas.  De sus huesos surgieron las montañas, mientras que las hierbas y los árboles salieron de su cabello. Su frente e ira se convirtieron en Rudra[4] (Shiva), mientras que su exhalación se convirtió en los Vedas, los Sutras, la gramática, la lógica Nyaya, la prosodia, el dharma y todo el conocimiento humano y todos los seres. Atma (alma) surgió como luz divina absorbiendo todo en el universo. Se dividió a sí mismo (Atman de Purusha) en dos, creando así a la mujer y al hombre. El texto afirma que, junto con el ciclo de la creación, existe un ciclo competitivo de destrucción, en el que Vaishvanara destruye y devuelve todo a la oscuridad, donde “no hay ni Sat, ni Asat, ni Sat-asat“.

La vida virtuosa como medio para el autoconocimiento

El tercer capítulo elabora el camino hacia moksha (liberación) a través de la realización de la realidad y el ser último, el Atman y el Brahman.El texto afirma que Atman y Brahman, son innacientes, sin causa, desprovistos de forma o naturaleza que pueda ser percibida; son imperecederos. Explica que el Atman se puede alcanzar  y el autoconocimiento, a través de las seis virtudes: veracidad, caridad, austeridad, no dañar a los demás, Brahmacharya[5] y renuncia.

El siguiente capítulo establece que el alma reside en el corazón de los seres vivo (dahara), en un loto de diez pétalos. Explica que, el corazón alimenta los 72,000 nadis o canales energéticos del cuerpo. También habla sobre la inmortalidad del alma y explica que esta es el centro más interno de la existencia, que está siempre presente como el “resplandor refulgente”, ya sea que estemos despiertos o soñando.

Los órganos del cuerpo humano son divinos

El quinto capítulo afirma que los 14 órganos del cuerpo humano y la ahamkara (personalidad) son divinos. Explicando que, áquel que se mueve en estos órganos y los une es el Atman (alma, yo) “intrépido, sin dolor, infinito”. Continúa explicando que, el ojo es la deidad Surya y la fuente del conocimiento, y por lo tanto está vinculado al alma; la lengua y la boca son Varuna, las manos son Indra, los pies son Vishnu, la mente es Luna, ahamkara (personalidad) es Rudra y los órganos sexuales son Prajapati.

Narayana: la base

Los capítulos 6 y 7 son purmente visnuistas,pues afirman que Narayana (Vishnu) es el único divino. Que todos los dioses direccionales, los Devas, el tiempo y los eones, los sistemas planetarios, los fenómenos climáticos, todos los órganos de los seres vivos, los padres, los hermanos, el fuego y el ghee (mantequilla clarificada) se identifican como manifestaciones de Narayana. Narayana es el espíritu radiante que habita en todos y en cada criatura, afirma el texto.

Disolución

Los siguientes cinco capítulos (del 8 a l 12), el Subala Upanishad establece que todo, excepto Narayana (alma), es transitorio y está sujeto a la disolución. Todo se funde de nuevo en el Brahman inmortal, intrépido, sin dolor, sin fin y sin semilla.También afirma que Atman es Brahman, y todo descansa en la propia alma.

La vida del sabio

El capítulo 13 afirma que el niño es un estado de inocencia y desapego, y esto es lo que se debe cultivar. El niño no conoce clases ni etapas de la vida y aprende inocentemente. Así también, afirma el texto, es el estado de moksha (liberación) para un sabio, que no conoce el miedo, las preocupaciones, los deseos, la ira o la falsedad.

La disolución gradual en lo supremo

Los últimos capítulos afirman que con el autoconocimiento, una persona se disuelve en lo supremo, el Narayana. En este estado, no hay Sat, ni Asat, ni Sat-asat.

La influencia del Subala Upanishad

Hoy en día, el Vishishtadvaita es la escuela más popular entre las y los seguidores de la filosofía Vedanta. Esta escuela no Dualista de corte visnuista fue ampliamente divulgada por el filósofo y gurú Ramanuja (siglos siglos XI y XII), por lo que es uno de los personajes más importantes dentro de esa doctrina.

El filósofo citó constantemente al Subala Upanishad dentro de todos sus trabajos; de hecho, en su bhasya (comentario) sobre el Brahma Sutras, hace referencia este Upanishad. Ramanuja justifica a Vishnu como cada yo individual (Atman, alma), el yo interior de todos, todo en el mundo, el medio para la liberación final, con argumentos teológicos basados en parte en el Subala Upanishad. Por lo mismo, un gran número de académicos describen al Subala Upanishad como la principal influencia dentro de la filosofía Vishishtadvaita de Ramanuja.

Por otro lado, según John Plott, el Subala Upanishad influyó en el movimiento Bhakti en la India medieval.

Para que puedas conocer más sobre el Subala Upanishad, a continuación, podrás encontrar una traducción al español de este texto. Esta versión está basada en la traducción al inglés publicada por learnkriyayoga.com

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[1] También se encuentra en el Shukla Yajurveda Samhita 30.1-16 y el Atharva Veda Samhita 19.6.

[2] Claro, podemos traducirlo de muchas maneras diferentes, pero la idea es la misma.

[3] Seidad (Be-ness, en inglés) es un término teosófico usado para traducir el término sánscrito Sat. De alguna forma, se puede describir como un sentimiento de ser o la conciencia de la existencia y se aplica únicamente al Principio Universal o Absoluto.

[4] Es el dios védico de la tormenta y tras las epopeyas sánscritas posvédicas, el nombre del dios Rudra cambió a Shiva, término que se usaba como epíteto para descrir a Rudra; el epíteto nació porque se decía que el dios era un dios amable o śiva.

[5] El término se traduce de manera literal como el Camino de Brahman, pero se suele utilizar como celibato.

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