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La mitología detrás de Ganda Bherundasana (Chin Stand o Parado de Mentón)

Una de mis posturas de yoga favoritas es Ganda Bherundasana, mejor conocida como Chin Stand o Parado de Mentón. Esta Asana es muy llamativa, pues implica levantar el cuerpo en una línea recta colocando el mentón en el piso[1] y sosteniéndote únicamente con los brazos flexionados; y, aunque requiere de suficiente fuerza en abdomen y hombros, lo que más me gusta de esta postura es que requiere de mucha técnica (o maña para lxs mexicanxs) para poder subir las piernas y, en especial, para no lastimarte las cervicales.

Más allá de su aspecto físico, esta postura busca ayudarnos a encontrar la fuerza (interna y externa) para encontrar el equilibrio y eliminar toda la ira que nos contiene y que se encuentra a nuestro alrededor. ¿Cómo busca hacerlo? Muy sencillo, a través de la figura que busca representar la postura mientras la realizamos; y es que, esta Asana busca encarnar el vuelo de Ganda Bherunda, Gandaberunda o Berunda[2], el ave bicéfala de la India. Seguramente habrás visto el símbolo del ave bicéfala, un pájaro de dos cabezas que ha sido escudo de armas de gran número de culturas y civilizaciones orientales y occidentales.

¿Quién fue Ganda Bherunda?

Como sabrás, Ganda Bherunda se encuentra presente en muchos de los escudos de diferentes países y/o localidades orientales, especialmente en la India. Esto se debe a que, la historia de este personaje, aunque pequeña, habla de la fuerza necesaria para poder controlar o calmar la ira que amenaza al mundo… por lo menos, según la historia que se cuenta en los Purunas (textos sagrados escritos en los últimos siglos antes de Cristo).

Ganda Bherunda fue la encarnación del Señor Vishnú, dios preservador, con la que luchó contra Sharabha, la encarnación parte león y parte elefante de Shiva, el dios destructor. ¿Cómo es posible que Vishnu y Shiva, ambos siendo parte de la Trimurti (trinidad) lucharan entre ellos? ¿No se supone que ellos, junto a Brahma conservan el equilibrio?

Según se cuenta en los Purunas, específicamente en el Bhágavat-purana, Vishnu descendió a la tierra en forma de Varaja, el avatar jabalí, para matar a Jirania Akshá, un rákshasa, o demonio. Pero Jirania Kashipú, el rey demonio y hermano de la “víctima” de Vishnu no recibió la noticia de buena gana, por lo que, lleno de ira, comenzó a odiar al Dios Conservador y a sus seguidores. Su rencor llegó a tal grado, que decidió que tenía que matar a Vishnu. Pero… ¿Cómo podrías destruir a un ser que es eterno? Solo podría hacerlo a través de Siddhis[3], o poderes que le otorgaría Brahmá a través de la práctica de las austeridades y penitencias.

Tras años y años de penitencia, manteniendo los pies en punta, Jirania Kashipú obtuvo un sinfín de Siddhis, con los que elevó la temperatura del universo. Ante este acto, los devas (deidades benévolas) se quejaron ante Brahmá, el dios creador, quien decidió solucionar el problema. Fue así que, el dios bajó al mundo para hablar con el rey demonio y le dijo que pidiera lo que quisiera y que lo haría realidad con tal de que dejara de aumentar la temperatura. Ante esto, el demonio pidió lo siguiente:

¡Oh, mi señor! ¡Oh, el mejor entre los dadores de bendiciones! Si usted amablemente me da la bendición que yo deseo, por favor no permita que yo sea matado por ninguna de las criaturas creadas por usted. Permita que yo no muera dentro ni fuera de una residencia, de día o de noche, en el piso, en el agua o en el aire, por un arma, un ser humano o un animal, por nada que esté vivo o muerto, por un devá o demonio o gran serpiente del infierno. Como nadie puede vencerle a usted en una batalla, usted no tiene ningún competidor. Por eso deme la bendición de que yo tampoco tenga rivales. Deme el señorío sobre todas las criaturas y sus deidades presidentes, y deme toda la gloria que se obtiene por esa posición. Además, deme todos los poderes místicos que se obtienen por largas austeridades y la práctica de ioga, porque esos no pueden perderse en ningún momento. – Bhágavat-purana

Durante los años que Jirania Kashipú se mantuvo en penitencia, lejos de su casa, Indra y otras deidades destruyeron el palacio del demonio y raptaron a su esposa embarazada para asesinarla, pero Nārada intervino salvando a la mujer y llevándola a su Ashram. Una vez ahí, el sabio Nārada compartió su sabiduría con la mujer embarazada. Prajlada, nació poco después, cuando su padre había regresado del retiro. Y, como era de esperarse se convirtió en el orgullo de su padre. Pero, mientras el niño crecía, empezó a mostrar su devoción hacia Vishnu, misma que aprendió desde que estaba en el útero, lo que enojó a su padre.

El demonio, al ver que su hijo sentía una profunda devoción hacia su enemigo, decidió matarlo; sin embargo, todos los intentos de asesinato fueron frustrados por el mismo Vishnu. En el último intento por asesinar a su hijo, Jirania Kashipú se encontró con su enemigo jurado, pero en la encarnación de Narasinja, un ser mitad león y mitad hombre. Narasinja tomó al demonio lo asesinó en su regazo con sus propias garras, encontrando la manera de vencer la bendición de Brahmá.

No lo mató en el piso, en el agua, ni en el aire, sino en su regazo. Jirania Kashipú no murió por un arma, sino por las garras de Dios (las uñas no están vivas ni muertas). Tenía forma mitad hombre y mitad león, así que no era un hombre ni un animal. No era una criatura viva o no viva, ni por un devá o demonio o gran serpiente del infierno, sino Dios mismo. No era de día ni de noche, sino el atardecer. Narasinja arrastró a Jirania Kashipú hasta el umbral hacia el patio —así no lo mataría dentro ni fuera de una residencia—, lo abrió en dos, le sacó los intestinos y se los puso como guirnaldas. – Bhágavat-purana

Pero la ira de Narasinja no fue aplacada con la muerte de Jirania Kashipú; de hecho, según el Skanda Purana, su ira fue creciendo y creciendo hasta volverse incontrolable. Ninguno de los devas pudo aplacar al ser mitad hombre y mitad león, por lo que buscaron a Laksmí, la consorte de Vishnu, para aplacar la ira de su esposo; pero la diosa tampoco pudo calmar a la bestia[4]. Fue así que el dios Shiva decidió tomar la forma de Sharabha, un ser mitad león y mitad ave, con la que buscó contener la ira de Narasinja. Narasinja lanzó el primer y último golpe, pues Sharabha adoptó una forma adamantina[5] lo que le provocó un gran dolor al hombre-león y llevó a Vishnu a gritar y darse cuenta que se estaba enfrentando a su amigo Shiva. Ante esto, Vishnu vuelve a su forma original y se inclina ante su amigo. Pero ahora era Sharabha quien representaba una amenaza para el universo, pues la ira de este dios podría destruirlo por completo[6].

De acuerdo al Vamana Purana, para aplacar la ira y el poder de Sharabha, el avatar mitad león y mitad ave de Shiva, Vishnu decidió adoptar la forma de Ganda Bherunda, una temible ave bicéfala (de dos cabezas) para luchar con su amigo. Ambas creaturas pelearon durante dieciocho días enteros, hasta que Ganda Bherunda terimnó sosteniendo a Sharabha con sus dos picos desmembrándolo hasta la muerte. Este proceso llevó a ambas encarnaciones a la “muerte” permitiendo que los dioses retomaran su forma original.

Como verás, la historia de Ganda Bherunda es una historia que habla de ira, humildad, fuerza y perseverancia. Es una historia que nos habla de la fuerza y perseverancia necesarias para poder aplacar la ira (propia y ajena), pero también nos habla de humildad, pues Vishnu supo reconocer la fuerza de su amigo y humildemente se alejó de la ira que lo contenía. Y así como la mitología, Ganda Bherundasana (Chin Stand o Parado de Mentón) también busca enseñarnos la importancia de la fuerza y la perseverancia en nuestro día a día y el cómo es que, estas dos cualidades pueden ayudarnos a encontrar el equilibrio físico y mental.

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[1] Es importante mencionar que, en algunos estilos de Yoga, la postura de Ganda Bherundasana es un arco avanzado en el que se coloca el mentón en el tapete y se realiza el arco, colocando los pies al lado de la cabeza.

[2] El nombre puede cambiar de región a región y la ortografía en alfabeto latino puede variar dependiendo de el o la académicx que haya realizado la traducción.

[3] Hoy en día se usa esta palabra para hablar de los poderes que se obtienen a través de la perfección del yoga (de hecho siddhi puede traducirse como perfección); aunque, de manera específica, en el Bhágavat-purana no se habla de Siddhi como poder, sino como la consorte de Bhaga (vulva) y madre de Majimán.

[4] La historia del Bhágavat-purana continúa hablando de que solo Prajlada logró calmar la ira de Vishnu, quien después lo nombraría rey de los daitias; pero las escrituras shivaístas (como el Skanda Purana) hablan de la versión que continuamos explicando a continuación.

[5] De diamante.

[6] De acuerdo al Skanda Purana, Shiva mismo decide desmantelar la forma de Sharabha y repartir las piezas en el mundo; sin embargo, en el Vamana Purana la historia continúa como la platicamos a continuación.

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