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Hanumanasana: Conoce la historia de Hanuman y de esta postura

Hanumanasana es una de las posturas más retadoras para la mayoría de las personas que practican yoga, a menos de que hayan crecido practicando ballet o danza en general. Y es que, Hanumanasana es básicamente una postura inspirada en el Split de Ballet (Grand Écart), en el que llevas una pierna hacia adelante y la otra hacia atrás, abriéndolas tanto que puedes recargarte cómodamente en el suelo. Existen muchas maneras de nombrar esta postura en español, las dos más comunes son Postura de Hanuman y Postura del Mono, pero también se le conoce como Postura de la Devoción. Y, aunque son tres nombres diferentes, de una u otra forma, todas ellas tienen la misma connotación. ¿Sabes por qué? Todo se debe a la manera en la que se suele bautizar a las posturas de yoga.

Existen dos principales formas de nombrar las posturas de yoga. La primera es por su anatomía, como en el caso de Janu Sirsasana, que se traduce como Postura de la Cabeza a la Rodilla (Janu es Rodilla y Sirsa es Cabeza). Y la segunda es por la manera en la que la postura emula alguna figura de la naturaleza o simbólica; por ejemplo, Perro Mirando Boca Abajo imita la manera en la que se estiran los perros, mientras que Ananda Balasana, o Postura del Niño Feliz, imita la manera en la que los bebés tomas sus pies cuando están contentos. De esta forma, también son nombradas de acuerdo a la forma o simbología de diferentes personajes mitológicos e históricos.

Pero… ¿Qué es Hanumanasana y por qué se le llama de diferentes formas en español? Si traducimos el nombre de Hanumanasana de manera literal, el nombre sería Postura de Hanuman. ¿Y quién o qué fue Hanuman? Hanuman es uno de los dioses de la mitología hindú, el señor de los monos. De hecho, es uno de los dioses más importantes del hinduismo, por lo que es adorado en prácticamente todas las castas y sectas. Es un dios admirado por su fuerza, erudición, sabiduría y humildad entre muchas otras virtudes. Hanuman es el símbolo de la devoción a lo sagrado, a la incorruptibilidad y a la rectitud; una deidad dedicada al bienestar de todos los seres vivos.

El nacimiento de Hanuman: encarnación de Shiva

Cuenta la leyenda que, Punyikastala se involucró en una querella con Brihaspati, el Gurú de los Dioses; debido a esta disputa, la mujer recibió la maldición de ser convertida en un mono, y solo podría liberarse de la maldición si daba a luz a una encarnación de Shivá. Una de las reencarnaciones de Punyikastala fue Añyana (¿te suena el nombre?). Toda su vida, Añyana se dedico adorar a Shiva, quien decidió ayudarla a romper el maleficio.

Un día, Agni, el dios del fuego, le entregó al rey Dasarath un plato de dulces sagrados, para que los repartiera entre sus esposas y pudieran concebir niños divinos. Sin embargo, un águila voló hasta el palacio, robó uno de los pasteles, o dulces, y salió huyendo del lugar. Y, mientras Añyana ofrecía su meditación a Shiva, el águila dejó caer el pastel en sus manos. La mujer comió el postre divino y dio a luz a Hanuman, la encarnación con forma de mono de Shiva; y liberándose de la maldición.

Desde pequeño, el joven Hanuman fue aceptado por Surya, dios del Sol, como discípulo. El dios le enseñó los sutras y el joven mono los memorizó en menos de 60 horas gracias a su gran poder de concentración. Además, durante su infancia dominó las seis escuelas de gramática, los cuatro Vedas y los seis Shastras; convirtiendose en un humilde erudito. Más grande, Hanuman se convirtió en el señor o rey de los Monos.

Hanuman y el Ramayana

El primer libro en el que es nombrado, y el que influencia ha tenido en la cultura y mitología hindú es el Ramayana. En este libro, escrito por Valmiki, se cuenta la historia de Rama, un avatar[1] del dios Visnú, haciendo hincapié en cuando este dios fue desterrado de Ayodhia, junto con su hermano Lakshmana y su esposa Sita, quien era la encarnación de la diosa Laksmí,. Mientras vivían en el bosque, Rávana, el rey Demonio, se enamoró de Sita; por lo que engañó a Rama y a su hermano, para que dejaran sola a la mujer y pudiera secuestrarla.

Mientras Rávana volaba de regreso a Sri Lanka, con Sita secuestrada, la mujer fue dejando caer sus joyas para marcar el camino y que Rama pudiera encontrarla. Al regresar a la cabaña y descubrir que Sita había desaparecido, Rama empieza a buscarla por todo el bosque. En ese momento se encuentra con el águila Jatayu quien está horriblemente herida y les cuenta lo que ha ocurrido. Ante este hecho, Rama decide acudir ante Hanuman. Al encontrarse con Rama, el corazón de Hanuman (encarnación de Shiva) se llena de alegría al saberse frente a la encarnación de Vishnu y se arrodilla ante él y le asegura que le servirá en todo lo que necesite.

Es así que Rama y Hanuman emprenden el camino al sur de la India, donde se encuentran con el mar que les impide cruzar al reino de Rávana en Sri Lanka. Es así que, Rama inicia la construcción de un puente, con ayuda del pueblo de los monos; mientras que Hanuman cruzó de una orilla del mar a la otra, para comprobar cómo está Sita.

“Fue el mayor salto jamás dado. La velocidad del salto de Hanuman dejó flores y pétalos en el aire tras su paso que parecían pequeñas estrellas ondeando en las copas de los árboles. Los animales de la playa nunca antes habían visto algo parecido. Todos aclamaron a Hanuman, entonces, el aire ardió y nubes rojas iluminaron el cielo…” Ramayana

Al final, el ejército de monos y Rama, junto con Hanuman, logran vencer al rey demonio y rescatar a Sita. De regreso en el bosque, Hanuman les ofrece ser su sirviente eterno, ofreciéndoles su corazón y convirtiéndose en el protector de los enamorados y la personificación de la humildad.

Hanuman y Hanumanasana

Y entonces… ¿Por qué en yoga le llaman Hanumanasana al Split? ¿Por qué le cambian el nombre a la postura al dictarla en español? Si leíste todo el texto, hasta este punto, seguramente ya tienes una idea del porque le llaman Hanumanasana a esta postura. Por un lado, esta postura se llama Hanumanasana, o Postrua de Hanuman, porque recrea el legendario salto con el que el Rey Mono cruzó del sur de la India a Sri Lanka.

Por otro lado, se le conoce como la Postura del Mono, porque muchas y muchos maestros de Yoga prefieren alejarse de los conceptos religiosos, para evitar que se confunda yoga con religión[2]. Por último, se le conoce también como Postura de la Devoción, porque esta postura busca rendir un homenaje a Hanuman, quien es considerado un símbolo de la devoción.


[1] Un avatar es la encarnación terrenal de un dios, en particular de Vishnú.

[2] Es muy importante señalar que Yoga no es una religión, sino que es una cosmovisión en la que se habla de una Energía Universal, un Todo o una Esencia; y, aunque muchas personas interpretan esto como dios, no se refiere a ningún dios del hinduismo, sino al dios en el que cada persona decida creer.

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