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El Sucio y Multimillonario Negocio del Yoga

En el año 2016, Yoga Alliance, la mayor certificadora de maestrxs de yoga, realizó un estudio sobre el crecimiento del Yoga a nivel mundial. En el estudio menciona que el número de practicantes de yoga subió de 20.4 millones en 2012 a 36.7 millones en el 2016, más de 16 millones de practicantes más. Por otro lado, según este estudio, el gasto en la industria del yoga (ropa, accesorios, clases y equipo) subió de 10,000 millones en 2012 a 16,800 millones en el 2016; de estos, 4,600 millones se destinaron únicamente a la compra de ropa y 5,800 al pago de clases.

En 2008, se calculó que los practicantes de yoga estadounidenses gastaban un total de 5,700 millones de dólares en clases de yoga, cursillos y productos (Yoga Journal, 2008), una cifra que equivale aproximadamente a la mitad del producto interior bruto de Nepal. – Mark Singleton (El Cuerpo del Yoga)

Como podrás ver, aunque uno de los Códigos Personales (Niyamas) del Ashtanga Yoga (8 disciplinas/ramas del yoga) es el de Tapas, o austeridad, el Yoga se ha convertido en un negocio multimillonario. Una industria que lucra ofreciendo todo tipo de productos para mejorar tu práctica de yoga, aunque lo único que necesitas para practicarlo sea un cuerpo. ¿Cómo es que el yoga puede generar todo ese dinero? Acompáñanos a conocer un poco más sobre El Negocio del Yoga.

Clases y Estudios de Yoga

Puedes tomar clases con maestras y en lugares públicos o en sus casas y estás serán mucho más accesibles; pero la mayoría de las y los practicantes suelen tomar clases en estudios de yoga, mismos que deben pagar sueldos, rentas y servicios; ofreciendo sus clases a costos bastante elevados.

Desde la década de 1990, el yoga se ha convertido en un negocio multimillonario, e incluso se han entablado batallas legales de gran repercusión mediática por la propiedad de asana. – Mark Singleton (El Cuerpo del Yoga)

Tapetes de Yoga

Aunque realmente no se necesita absolutamente nada para realizar tu práctica de yoga, un buen tapete de yoga (Yoga Mat o Esterilla) puede serte muy útil; y es que, un tapete puede darte amortiguación contra el piso, evitar que te resbales y aislarte del frío y la suciedad. Encontrarás todo tipo de tapetes y de todos los precios. Muchos de ellos de mala calidad, muchos otros ofrecen ser 100% sustentables y muchos otros únicamente ofrecen una marca de lujo.

La austeridad destruye las impurezas y propicia la perfección del cuerpo y de los sentidos. (Yoga Sutra 2.42)

Accesorios y Props

Cada vez se inventan más accesorios y props que te “ayudarán” a mejorar o profundizar tu práctica de yoga. Desde los bloques y cintas, hasta ruedas y muebles especiales para realizar las posturas. Eso sí, una gran mayoría de estos accesorios, aunque son fáciles de fabricar, suelen tener un costo mucho más elevado de lo normal.

Ropa para Yoga

Este es probablemente uno de los más grandes negocios del yoga. Y es que, aunque lo único que necesitas es usar ropa cómoda para tu práctica, las marcas de ropa deportiva han logrado hacer un gran negocio con las yoguinis, y algunos yoguis. Ofrecen todo tipo de ropa especializada para practicar yoga, misma que, además de ser lujosas, tener grandes diseños les “ayudará” a mejorar su práctica. Pero todo eso son verdaderas mentiras. Además, toda esa ropa suele ser increíblemente cara.

Certificaciones para Maestros y Maestras

Sí, para poder dar clases de yoga necesitas tener una preparación previa. Estas preparaciones suelen darse en diferentes estudios de yoga y contar con todo tipo de “certificaciones”; normalmente son cursos de 200 o 500 horas en los que se explica la filosofía, la fisiología y las posturas del yoga, entre otros temas. Y debes saber que son certificaciones bastante costosas, muchas veces impartidas por gente que no tiene conocimientos profundos en el tema. Por lo que, si es muy importante que busques certificaciones de confianza antes de gastarte todo tu dinero en ellas.

Certificadoras de Maestros y Estudios

Este es uno de los negocios más siniestros del Yoga. Más allá de las buenas intensiones que puedan tener las Certificadoras, nacionales o internacionales, por mantener un estándar en cuanto al conocimiento y técnicas de las y los maestros de yoga; la gran mayoría de ellas, incluyendo a Yoga Alliance (que es la más grande de todas), no son realmente instituciones vinculatorias y no suelen dar un verdadero seguimiento a las certificaciones que ellos mismos aprueban, ni suelen revisar el verdadero nivel y práctica de sus maestrxs certificados. Al final, lo único que hacen es cobrarles a los estudios para poder aprobar sus certificaciones y a lxs maestrxs para que puedan aparecer en su directorio (y no son sumas accesibles).

…y las posturas de yoga se utilizan para vender todo tipo de productos, desde teléfonos móviles hasta yogures. – Mark Singleton (El Cuerpo del Yoga)

Patente de estilos

Una última forma en la que, algunas personas han buscado hacerse millonarias con el yoga es la de la Patente de Estilos y Asanas. Es decir, que crean secuencias específicas de posturas y las incluyen dentro de una marca patentada, para vender certificaciones más caras y crear centros de yoga especializados en ese estilo. El mayor ejemplo de esto es el Bikram Yoga, una marca patentada por Bikram Choudhury, quien se volvió multimillonario con sus certificaciones y centros de Bikram[1] autorizados.

Conclusión

¿Realmente está mal que las y los maestros de yoga cobren por dar sus clases? ¿Qué tanto derecho tienen los Centros de Yoga de a cobrarte por las clases? Tomemos en cuenta que, el principio de Tapas habla de la vida en austeridad, pero de una vida digna, en la que no tengas que preocuparte por subsistir. Por lo mismo, está bien que te cobren por tomar clases de yoga, pues, más allá de las creencias, vivimos en un sistema capitalista en el que se necesita dinero para subsistir, y todo mundo necesita generar dinero; de la misma forma, los Centros de Yoga son negocios que tienen que ser autosustentables para poder continuar ofreciendo el servicio.

El yoga es el proceso de deconstruir toda la mierda que está en nuestras cabezas. – Taylor Hunt (A Way from Darkness)

El negocio verdaderamente sucio del yoga se encuentra en las certificadoras que, aunque son útiles, tampoco realizan un seguimiento profundo de sus certificaciones; así como en las personas que buscan lucrar con marcas relacionadas a estilos específicos de yoga, como es el caso de Bikram; y en las personas que aceptan, sin cuestionarse nada, las necesidades ficticias que crean las grandes empresas de accesorios y ropa para yoga. Todas esas personas y empresas se alejan por completo del concepto de Tapas, Austeridad, rompiendo con todo lo espiritual que podría llegar a tener el yoga.


[1] Por cierto, en esta página estamos en contra del Bikram Yoga, no por ser un estilo “patentado” sino por la manera en la que Bikram Choudhury se ha aprovechado de su fama y fortuna, depredando sexualmente a sus alumnas.

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