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Todxs tenemos “mente de mono” y la neurociencia respalda la solución budista

Los estudios sugieren que la meditación puede calmar el cerebro inquieto.

  • La “mente de mono” tiene su origen en el folclore chino y describe ese estado inquieto de pensamientos y emociones caóticos.
  • La neurociencia ha rastreado la mente del mono hasta las regiones del cerebro conocidas como red de modo predeterminado (DMN).
  • Se ha demostrado que la atención plena budista calma el DMN y reduce el estrés.

En el Dhammapada, el Buda enseñó que “nuestros pensamientos nos moldean y nos convertimos en lo que pensamos”. Este sentimiento resalta la poderosa influencia que nuestros pensamientos tienen en la configuración de nuestras experiencias y nuestras vidas. Según las enseñanzas budistas, la mente puede ser amiga o enemiga dependiendo de nuestra capacidad para controlarla.

Orígenes de la “mente de mono”

Sin control, la mente puede volverse inquieta y propensa a un estado de pensamientos y emociones cíclicos. El camino budista implica cultivar la atención plena y desarrollar prácticas destinadas a reducir esta agitación mental y promover la paz interior.

La “mente de mono” se originó en una antigua leyenda del folclore chino y se cuenta nuevamente en la novela clásica Viaje al Oeste (atribuida al poeta de la dinastía Ming, Wu Cheng’en). El protagonista principal, Sun Wukong, “El Rey Mono”, es un embaucador rebelde, propenso a hacer travesuras.

En la novela, Sun Wukong emprende un viaje a la India en busca de escrituras budistas e iluminación. En el camino, aprende a controlar su mente de mono a través de la meditación y la autorreflexión. Con el tiempo se convierte en un fiel discípulo del monje budista Tang Sanzang y obtiene libertad espiritual.

La historia del viaje de Sun Wukong hacia la iluminación a través de la meditación es una importante visión cultural y espiritual de la filosofía y el budismo del este de Asia. El viaje de Sun Wukong puede verse como una metáfora del camino budista de desarrollo espiritual.

¿Por qué meditación?

La meditación es una práctica mental que implica centrar la atención en un objeto, pensamiento, sensación o actividad, para lograr claridad mental y calma emocional y física. Puede adoptar diversas formas, como la visualización o la conciencia consciente de las emociones.

Durante la meditación, inevitablemente surgirán pensamientos y distracciones. El “trabajo” de la meditación implica volver a centrarse repetidamente en la respiración, las sensaciones corporales o un elemento seleccionado (como un mantra o una imagen). La habilidad de devolver la atención al objeto de meditación, sin juzgar ni frustrar, es lo que desarrolla la fuerza mental.

Uno de los objetivos de la meditación implica separar el yo de los pensamientos. Cuando meditamos, intentamos observar nuestros pensamientos sin quedar atrapados en ellos. Esto significa que podemos notar nuestros pensamientos a medida que surgen y desaparecen, sin apegarnos a ellos. Al cultivar un sentido de equilibrio y ecuanimidad, podemos aprender a relacionarnos con nuestros pensamientos y emociones de una manera más objetiva.

A través de la meditación, según el budismo, también aprendemos a ver que nuestros pensamientos cambian constantemente y son impermanentes. Esto significa que podemos dejar de creer que nuestros pensamientos definen quiénes somos y, en cambio, verlos como fenómenos pasajeros que van y vienen.

La neurociencia de la meditación

La meditación de atención plena es uno de los elementos más importantes del óctuple camino del Buda hacia la iluminación. Según las antiguas enseñanzas budistas, el apego a los pensamientos, emociones y deseos es la fuente de todo sufrimiento mental. En los últimos años, la neurociencia ha descubierto que muchas de estas uniones se originan en partes específicas del cerebro.

Varios estudios han investigado los efectos beneficiosos de la meditación en el cerebro. En 2010, los psicólogos identificaron una fuerte correlación entre la infelicidad y la “divagación mental”. Descubrieron que las personas que pasaban más tiempo perdidas en sus pensamientos o soñando despiertas reportaban mayores niveles de infelicidad, mientras que aquellas que se centraban en el momento presente reportaban mayores niveles de felicidad y satisfacción.

Avance rápido hasta 2015, cuando un estudio reveló que las prácticas de meditación tienen un efecto embotante en la red de modo predeterminado (DMN). La DMN es un conjunto de regiones del cerebro que se activa durante la divagación, la preocupación y la cavilación: todas características de la “mente de mono”. En un estudio de 2022 de Scientific Reports, los investigadores descubrieron que la meditación de atención plena aumentaba la comunicación entre ciertas redes del cerebro, incluido el DMN. El estudio concluyó que la meditación mejora la comunicación entre diferentes partes del cerebro, lo que puede conducir a una mejor función cerebral general, un mejor control cognitivo y una mayor resistencia al estrés.

Una corteza más fuerte

Otro beneficio de la meditación es el fortalecimiento de la corteza prefrontal: la parte del cerebro responsable de funciones ejecutivas como la atención, la toma de decisiones y el autocontrol. Un estudio de 2011 encontró que la participación en la Reducción del Estrés basada en la Atención Plena (MBSR), un programa que consiste en meditación de atención plena y yoga, se asociaba con aumentos en la concentración de materia gris. Los hallazgos sugirieron que, al mejorar la función cognitiva, la meditación de atención plena puede aumentar nuestra capacidad para tomar decisiones racionales, lo que conduce a cambios positivos en el bienestar psicológico.

Antes de esos resultados, un estudio de 2005 realizado por NeuroReport encontró que la práctica de meditación a largo plazo se asocia con un mayor grosor cortical en las regiones del cerebro que están involucradas en la atención y la regulación emocional. Esto puede tener una serie de efectos positivos en el bienestar general y puede afectar al deterioro cortical relacionado con la edad.

Ciencia y tradición

En general, múltiples estudios han encontrado que la meditación mejora la función cerebral y produce cambios estructurales en el cerebro. Aunque no todos los aspectos de las prácticas tradicionales pueden medirse fácilmente o entenderse completamente mediante la investigación científica, estos estudios pueden comenzar a brindar respaldo científico occidental a algunas de las afirmaciones hechas por las prácticas tradicionales orientales.

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