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Varaha Upanishad: Tercer Adhyaya

En el tercer Adhyaya o Capítulo del Varaha Upanishad (sánscrito: वराह उपनिषत्), Vishnu continúa hablando de su propia naturaleza, del Único Principio. Continúa explicando cómo es que, la única manera de asociarse con el universo visible es a través de la conciencia, y empieza a hablar sobre la manera de encontrarse con Brahman a través de la meditación.

A continuación, encontrarás los 30 versos que conforman el Tercer Adhyaya del Varaha Upanishad. Esta traducción al español del Varaha Upanishad está basada en el la traducción de K. Narayanaswami Aiyar, incluída en Thirty Minor Upanishads (1974) y fue recopilada por oshogulaab.com. Si quieres consultar el texto íntegro, con su versión AITS (Alfabeto internacional de transliteración sánscrita) y en español, puedes descargar el PDF original dando clic aquí.

Consulta todos los Adhyayas del Varaha Upanishad

Tercer Adhyaya

3.1 En momento alguno puede convertirse en las múltiples formas el Único Principio. Dado que soy el Sin-partes, no existe otro aparte de Mí.

3.2 Todo lo que se ve y todo lo que se oye no es otra cosa que Brahman. Yo soy ese Parabrahman que es eterno, inmaculado, libre, uno, bienaventuranza indivisa, no-dualidad, verdad, sabiduría e infinitud.

3.3 Tengo naturaleza de bienaventuranza, mi sabiduría no tiene divisiones, soy supremo de lo supremo, soy la resplandeciente Conciencia Absoluta. Así como las nubes no tocan al akasha, tampoco me afectan a mí las miserias que acompañan a la existencia mundana.

3.4 Aprende que todo es felicidad por medio de la aniquilación del sufrimiento y que todo tiene naturaleza de Sat (seidad), vía la aniquilación de Asat (no seidad). Tan sólo la naturaleza de Chit (conciencia) es la que se asocia con este universo visible. Por eso mi forma está exenta de partes.

3.5 Para el yogi exaltado no hay nacimiento ni muerte ni paso (a otras esferas) ni regreso (a la tierra), no hay mácula ni pureza ni conocimiento, sino que para él (el universo) brilla en forma de conciencia absoluta.

3.6 Practica siempre en silencio [pensando]: “Yo soy Parabrahman, que es Verdad y Conciencia Absoluta, que es indiviso y no dual, que es invisible, inmaculado, puro, sin segundo, beneficioso.”

3.7 Ese (Brahman) no está sujeto al nacimiento y la muerte, a la felicidad y la tristeza. No está sujeto a casta, ley, familia ni gotra (clan). Practica en silencio [pensando]: “Yo soy Chit, el vivarta upadana (la causa ilusoria) del universo”

3.8 Practica siempre en silencio [pensando]: “Yo soy Brahman, el que es plenitud, el sin segundo, la conciencia indivisa en la que no hay ni las relaciones ni las diferencias que existen en el universo y que participa de la esencia de lo no dual, del supremo Sat y de Chit.

3.9 Eso que siempre es, y que preserva la misma naturaleza en los tres períodos de tiempo sin que nada lo afecte, es mi forma eterna de Sat.

3.10 Incluso el estado de felicidad eterno y sin upadhis (vehículos) y que es superior a toda la felicidad que se puede obtener de sushupti, proviene sólo de mi bienaventuranza.

3.11 Así como los rayos del sol destruyen las densas tinieblas, Hari (Vishnu), que es el esplendor del Sol, destruye a la oscuridad que es causa del renacer.

3.12 Al contemplar y venerar mis pies, toda persona queda librada de su ignorancia. La única manera de acabar con la muerte y los nacimientos es la contemplación de mis pies.

3.13 Como el que ama las riquezas alaba al rico, ¿no se librará de la esclavitud la persona que alabe con persistencia a la Causa del Universo?

3.14 Así como el mundo comienza a realizar por sí solo sus actividades al aparecer el sol, con mi presencia quedan animados de actividad todos los mundos.

3.15 Así como se confunde la madreperla con la plata por error de atribución, por obra de maya se me atribuye erróneamente a Mí este universo compuesto por Mahat y demás.

3.16 Yo no tengo las diferencias (observables) en los cuerpos de los hombres de baja casta, en el cuerpo de la vaca, en el de los seres inmóviles, en los cuerpos de los Brahmanas, etcétera.

3.17 Así como para la persona persisten las direcciones, aunque se la haya aliviado de la noción errónea de las direcciones, igual es para mí con el universo, a pesar de que vijñana lo haya destruido. Por lo tanto, el universo no es.

3.18 No soy ni el cuerpo, ni los órganos de los sentidos o de acción, ni los pranas, ni manas, ni buddhi, ni ahamkara, ni chitta ni maya ni el universo que incluye a akasha, etcétera.

3.19 No soy yo el actor ni el experimentador, ni el que ocasiona la experiencia. Yo soy sólo ese Brahman que es Chit, Sat y Ananda, y que es Janardana (Vishnu).

3.20 Tal como se mueve el sol (reflejado) con las oscilaciones del agua, así surge Atman a la existencia mundana por su mera conexión con ahamkara.

3.21 Esta existencia mundana tiene su raíz en chitta. A este chitta hay que purificarlo con repetidos esfuerzos. ¿Cómo puede ser que deposites tu confianza en la grandeza del chitta?

3.22 Ah, ¿dónde está toda la riqueza de los reyes? ¿Dónde están los brahmanas? ¿Dónde están los mundos? Todos los anteriores se han ido. Muchas creaciones nuevas se han producido.

3.23 Millones de Brahmas han perecido. Muchos reyes se han esfumado como partículas de polvo. Incluso en el jñani puede brotar el amor al cuerpo por obra de la naturaleza asúrica (demoníaca). Si en un hombre sabio llegara a despertarse la naturaleza asúrica, su conocimiento de la verdad queda sin frutos.

3.24 (Pero) si rajas y las otras que se generan en nosotros fuesen consumidos por el fuego de la sabiduría discriminativa (divina) ¿cómo podrían volver a germinar?

3.25 Así como la persona muy inteligente se alegra al ver los defectos de otro, ¿quién no será aliviado de la esclavitud si descubre sus propias faltas (y las enmienda)?

3.26 Señor de los munis, sólo anhela los siddhis aquel que carece de Atmajñana, y que no es una persona emancipada y conquista esos siddhis usando medicinas (o dinero), mantras, obras religiosas, tiempo y aplicación.

3.27 Estos siddhis carecen de importancia alguna a los ojos del Atma-jñani. El que ha llegado a convertirse en Atma-jñani que tiene la vista puesta sólo en Atman y que se contenta en Atman (el yo superior) por Atman (el yo inferior), jamás sigue los dictados de avidya.

3.28 Él sabe que todo lo que existe en este mundo tiene naturaleza de avidya. Así pues, el Atma-jñani que ha descartado a avidya, ¿cómo va a sumergirse en ella (o dejarse afectar por ella)?

3.29 Si bien las medicinas, los mantras, las obras religiosas, el tiempo y la aplicación (o las expresiones místicas) conducen al desarrollo de los siddhis, no pueden ayudarnos en modo alguno a alcanzar la sede de Paramatman.

3.310 ¿Cómo podrá decirse que anhele siddhis el Atma-jñani que está exento de la mente, cuando tiene bajo control todas las acciones de sus deseos?

Así finaliza el tercer Adhyaya.

Continía leyendo los cinco Adhyayas del Varaha Upanishad:

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