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¿Cómo se relacionan el Yoga y el Islam?

Según el islam, Abraham, Moisés y Jesús de Nazaret fueron los tres grandes profetas que se encargaron de propagar el mensaje de Dios. Varios siglos después de la muerte de Jesús nació Abū l-Qāsim Muḥammad ibn ‘Abd Allāh ibn ‘Abd al-Muttalib ibn Hāšim al-Qurayšī (ابو القاسم محمد ابن عبد الله ابن عبد المطلب ابن هاشم القريش), mejor conocido como Mahoma, el último de los profetas, y quien se encargó de actualizar el mensaje de Dios. Mahoma creó, por decirlo de alguna forma, una nueva religión y, con su influencia pudo adueñarse de La Meca[1] convirtiéndola así en el lugar sagrado del islam y principal sitio de peregrinaje de la nueva religión.

Poco a poco, Mahoma pudo expandir su influencia por toda la península arábiga, sentando las bases del Califato. Tras la muerte de Mahoma, se instauró el califato Rashidun[2] (de 632 a 661), periodo en el que gobernaron cuatro califas: Abu Bakr as-Siddiq, Úmar ibn al-Jattab, Uthmán ibn Affán y Ali ibn Abi Tálib[3]. Bajo el gobierno de Abu Bakr, el califato expandió su dominio por toda Arabia; bajo el control de Úmar ibn al-Jattab, el Califato expandió sus fronteras a Siria, Palestina, Egipto y Mesopotamia, tras la guerra contra el Imperio Romano de Oriente y Persia. En 663 el año inicia el Califato de los Omeyas, una dinastía que inició con Mu‘awiya I, y terminó con Marwán II, tras la Revolución abasí en el 750. Este fue uno de los periodos más importantes en cuanto a la expansión del islam, pues durante este califato, el Islam expandió su influencia política por todo el norte de África, cruzó el Mediterráneo hasta España y continuó expandiéndose hacia el Oriente, llegando a invadir parte de la frontera con la India.

Entre los siglos XII y XV, el hathayoga se convirtió en un sello distintivo de los nāth-yoguis, una orden religiosa devota del dios Śiva y cuya impronta en el subcontinente indio ha sido profunda. – Adrián Muñoz

Llegando a este punto, es probable que te estés preguntando qué tiene que ver toda esta información de la expansión del islam con el Yoga. También es posible que empieces a esbozar una pequeña respuesta cuando te enteraste que la influencia del islam llegó a la frontera con la India. Bueno, justamente ahí empieza la respuesta. Y es que, durante varios años, el islamismo interactuó con varios yoguis, y, de una u otra forma, ambas doctrinas se influenciaron mutuamente.

Dejando a un lado la historia del islam, debes saber que, uno de los grupos más importantes en el desarrollo del Hatha Yoga fueron los Nāth, una tradición heterodoxa y shivaísta con un enfoque práctico en el tantra. De hecho, gran parte (si no es que toda) la literatura relativa al Hatha Yoga, como el Hatha Yoga Pradipika o el Gheranda-samjita, surgieron en esta tradición. Todo indica a que, el culto de los Nāth se practica en Bengala desde el siglo XI, aunque su mayor florecimiento se dio entre el siglo XIII y el XVI. Y, la región de Bengala fue una de las zonas que quedaron bajo la influencia del Califato. Además, durante el periodo del sultanato de Delh, la presencia de grupos sufíes se acrecentó en todo el subcontinente indio.

Por otro lado, es importante tomar en cuenta que, un gran número de religiones cuentan con una corriente o dimensión interna con un aspecto espiritual o esotérico; mientras que, en el judaísmo se le llama cábala, en el islamismo se le conoce como sufismo[4]. Fue gracias a los grupos sufíes, que el islam se acercó al yoga, adoptando algunas de sus prácticas, pero con un enfoque muy diferente.

Esto resulta interesante no sólo por la interacción entre comunidades musulmanas e hindúes, sino porque dichos encuentros, sobre todo en las regiones del norte de India parecen haber estado cobijadas por la cultura de la devoción o bhakti. – Adrián Muñoz

Aunque muchos de los grupos y órdenes musulmanes que se encontraban en el subcontinente solían ser muy ortodoxos y celosos de la Shariah (ley islámica); pero hubo otros grupos, como la orden qalandariy y la chishti, que se expusieron muy directamente con los yoguis, incorporando algunos elementos vaiṣṇava y śaivas (la doctrina de los avatares y algunas formas de yoga tántrico). Esto se comprueba al retomar la literatura de los Nizaríes, secta islámica a quienes se les suele llamar asesinos (hashshashin)[5].

En un valioso artículo, Carl Ernst (2005, p.23) sugiere que posiblemente los yoguis fueron el único grupo religioso con el cual los sufíes sintieron verdadera afinidad, lo que habría facilitado la interacción. Ambos podrían haber competido por erigirse como curadores, obradores de milagros y santos. Incluso es posible que hayan frecuentado los mismos sitios y que hasta hayan llegado a ejecutar prácticas similares, notablemente en materia de control respiratorio. – Adrián Muñoz

A lo largo de la historia, han surgido varias pruebas sobre la estrecha relación entre los sufíes y los yoguis. Por ejemplo, se sabe que Abd Al-Quddus Gangohi, un sheik chishtiya que vivió en India en tiempos de Babur conocía las técnicas del Hatha Yoga y le gustaba leer la poesía hindú. También se sabe de varias traducciones, realizadas fuera de la India, al persa, árabe y turco otomano del Amṛtakuṇḍa (El estanque de néctar), un libro yogui sobre el control de la respiración. Incluso, en la Muhammad ibnMahmudAmuli (1300-1352), médico iraní, escribió un tratado enciclopédico en el que menciona las prácticas del control respiratorio y el sistema de los Chakras. También se pueden encontrar varias narraciones en la hagiografía (historia de santos) sufí, sobre los encuentros entre los Nāth y los sufís, principalmente en cuanto al dominio de los poderes sobrenaturales (que en yoga entenderíamos como Siddhis).

Aunque el islam rechaza (y siempre rechazó) las prácticas del yoga tradicional por sus dogmas o filosofías religiosas (y las ramas más ortodoxas también rechazan el yoga postural contemporáneo), en algún momento, ambos mundos se entrelazaron durante algún breve periodo de tiempo. Esta breve unión de permitió que ambas culturas aprendieran de la otra, permitiéndose aprender y crecer de una u otra forma. Si quieres conocer más sobre este tema, te invito a leer leer Radiografía del hathayoga de Adrián Muñoz (El Colegio de México, La cuestión de la identidad Nath: Consideraciones sobre una orden de Yoguis también de Arián Muñoz (El Colegio de México) o Situating Sufism and Yoga de Carl W. Ernst (Cambridge)[6].

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[1] Quiero dejar claro que, estoy simplificando la historia lo más posible para fines prácticos y no tengo ninguna intención de criticar al islamismo.

[2] En algunas lenguas europeas lo llaman el Califato Ortodoxo.

[3] Es importante mencionar que, el orden o los gobernantes pueden variar dependiendo de la fuente que se consulte. Esto, debido a las diferentes ramas del Islam.

[4] Sufismo es el término que usamos lxs occidentales para referirnos a la espiritualidas o esoterismo islámico, mismo que realmente se llama tasawwuf.

[5] ¿Ubicas al grupo de Asesinos de Assasins Creed? Bueno, se supone que descienden de esta secta o grupo.

[6] Adrián Muñoz cita mucho a este autor.

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