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Henry David Thoreau, el primer yogui de América

La historia oficial (y romántica) del yoga asegura que Swami Vivekananda fue el primer yogui de América (como continente). Cuentan que, Vivekananda llegó a los Estados Unidos para presentarse en el Parlamento Mundial de Religiones de 1893, mismo que se realizó en Chicago. Cuentan que, gracias al contundente discurso que dio Vivekananda, ese 11 de septiembre, América recibió con al yoga y al hinduismo con los brazos abiertos.

Pero la historia del Yoga en América, y en Estados Unidos, es mucho más compleja que esto. En primer lugar, en su discurso, Vivekananda nunca habló sobre el yoga o hinduismo (como tal), aunque sí habló de hinduismo en sesiones posteriores; y en segundo lugar, en EE.UU. el debate del yoga ya tenía más de cien años en su haber. El primer yogui de América había publicado un libro sobre su experiencia espiritual/introspectiva casi cincuenta años antes de la llegada de Vivekananda.

La pregunta no es lo que miras sino lo que ves. – Henry David Thoreau

Entonces… ¿Quién fue el primer yogui de América? Bueno, fue el escritor, poeta y filósofo Henry David Thoreau. ¿Quién chin5@#0$ es Henry David Thoreau? ¿Por qué es el primer yogui de América? Acompáñanos a conocer la historia de Thoreau y el inicio del estudio del yoga en Occidente.

La llegada del Bhagavad Gita a Occidente

Antes de hablar sobre Henry David Thoreau creo que es importante hablar brevemente sobre el Bhagavad Gita. Como sabrás, este es uno de los textos más importantes en el hinduismo y en el mundo del yoga (clásico y contemporáneo). Un texto escrito en algún punto entre el siglo V y II a.C., que consta de 700 versos y en el que se narra el diálogo que tiene Arjuna con Krishna en el campo de batalla; cuando Arjuna se enfrenta al dilema de luchar una guerra contra su propia familia.

Aquel que deja de lado la soberbia de la posesión, aquel que se encuentra libre del sentimiento del “yo” y de “aquello que es mío”, alcanza finalmente la paz suprema. – Bhagavad Gita

En la conversación, Krishna explica a su amigo los deberes que tiene como guerrero y como príncipe usando diferentes ejemplos y analogías de la doctrina yóguica. Además, Krishna le habla a Arjuna sobre los diferentes caminos del Yoga, la naturaleza universal (no dualista) del mundo y de la humanidad y, por si fuera poco, se revela ante su amigo como Brahman (Bhagaván), el Espíritu Supremo o el Universo.

Este es uno de los textos más leídos de la India, pues sienta las bases de varias filosofías y religiones hindúes[1]. Sin embargo, este libro no se conoció en Occidente hasta 1785, cuando Charles Wilkins lo tradujo al inglés, con el apoyo de la Sociedad Asiática de Bengala. Varias décadas después, el texto fue traducido a otras lenguas europeas como el alemán (1823) y el francés (1832)[2] y al español (1896). Y, como dato curioso, Francisco I. Madero fue un ávido lector de la Gita y basó su política en este libro (para conocer más, te invito a leer: El Yoga y la Revolución Mexicana, la influencia del Bhagavad Gita en la política de Francisco I. Madero).

El sabio se libera del apego a la actividad mundana. Libre de la esclavitud y la ignorancia, ya no se atribuye el papel de hacedor. – Bhagavad Gita

Fue así que, la primera traducción de la Gita llevó a las y los estudiosos, y espiritistas, a voltear la mirada a la India. Poco a poco empezaron a traducirse otros textos clásicos del yoga, como es el Hatha Yoga Pradipika o los Yoga Sutras, atrayendo la atención de más y más lectorxs. Fue así que, Henry David Thoreau se introdujo a la filosofía y práctica del yoga.

¿Quién fue Henry David Thoreau?

Henry David Thoreau nació bajo el yugo de una familia puritana, el 12 de julio de 1817 en Concord, Massachusetts. Hijo de John Thoreau, un fabricante de lápices, y Cynthia Dunbar; y nieto de Asa Dunbar, quien dirigió “la rebelión de la mantequilla“, la primera protesta estudiantil registrada en las colonias americanas, en 1766 mientras estudiaba en Harvard.

No es hasta que estamos perdidos que comenzamos a comprendernos a nosotros mismos. – Henry David Thoreau

Al igual que su abuelo, Henry Thoreau estudió en el Colegio de Harvard (cuando aún no era la universidad de prestigio que es hoy en día) donde tomó cursos de retórica, filosofía, matemáticas y ciencias. Al terminar sus estudios regresó a Concord y descubrió que no le interesaban los trabajos que solían realizar los estudiantes universitarios; fue así que, en 1837 empezó a dar clases en la escuela pública de Concord, pero renunció porque no quería aplicar el castigo corporal a sus estudiantes.

Tiempo después, Thoreau conoció a Ralph Waldo Emerson, líder del movimiento del trascendentalismo, a través de un amigo en común. Emerson introdujo a Thoreau al círculo de escritores y pensadores locales, entre los que se encontraban William Ellery Channing, Margaret Fuller, Amos Bronson Alcott y Nathaniel Hawthorne. Fue así que, Thoreau empezó a publicar sus poemas y ensayos, y se fue introduciendo en el mundo de la filosofía Trascendentalista, misma que va más allá de lo físico y lo empírico y se enfoca en el lado espiritual.

Libres en este mundo como los pájaros en el aire, liberados de toda clase de cadenas, quienes practican el yoga recogen en Brahma el fruto seguro de sus obras. … Puedes estar seguro de que, a pesar de lo rudo y descuidado que soy, me gustaría practicar el yoga fielmente. … El yogui, absorto en la contemplación, contribuye en su grado a la creación; respira un perfume divino, oye cosas maravillosas. Las formas divinas lo atraviesan sin desgarrarlo, y unido a la naturaleza que le es propia, va, actúa como Materia Originaria animadora. … Hasta cierto punto, y en raras ocasiones, incluso yo soy un yogui. – Carta escrita por Henry David Thoreau en 1849

Henry David Thoreau, el yogui

Para 1845, Thoreau ya se había interesado en el Bhagavad Gita y en otros textos de la filosofía yóguica. Por otro lado, sentía una gran necesidad de concentrarse en su trabajo como escritor, y su amigo Ellery Channing le recomendó aislarse en una cabaña en medio del bosque para dedicarse a su escritura sin interrupciones. Fue así que, decidió construir una pequeña cabaña alejada del mundo (a 2.4 kilómetros de la civilización), en las inmediaciones de Walden Pond, para retirarse del mundo por dos años.

Fui a los bosques porque quería vivir solo, deliberadamente, para afrontar los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que tenía que enseñar y no descubrir, a la hora de la muerte, que no había vivido. No quería vivir lo que no era vida, ni quería practicar la renuncia, a menos que fuese necesario. Quería vivir profundamente y extraer toda la médula a la vida, vivir de una forma tan intensa y espartana que pudiese prescindir de todo lo que no era vida. – H. D. Thoreau (Walden, o La vida en los bosques)

El Experimento Walden, como se le conoce al retiro de dos años que realizó Thoreau no fue un simple retiro creativo, sino que se convirtió en una respuesta del mismo Thoreau al sistema de mercados capitalistas que se había desarrollado, y también sirvió como un método de experimentar la disciplina del yoga descrita en el Bhagavad Gita y el Hatha Yoga Pradipika. De esta forma, Thoreau empezó a emular las limpiezas, posturas y pranayamas descritas en los textos sánscritos, mientras llevaba una vida similar a la de un asceta.

Thoreau vivió poco más de dos años en el bosque, practicando lo que él entendía como yoga[3]. Y para 1854 publicó “Walden, o Vida en el bosque”, un ensayo en el que narra los dos años, dos meses y dos días que vivió en el bosque, acompañado únicamente de las múltiples manifestaciones de la naturaleza. Una obra que, con el tiempo, se convirtió en uno de los ensayos más aclamados de Estados Unidos.

Otra prueba de que Thoreau era un yogui fue su ascetismo, mismo que definió su vida en Walden y tenía fuertes huellas de su lectura de la literatura índica. Allí, las mañanas de verano, se bañaba en el estanque. (Esta ablución ritual hizo que Thoreau estuviera más limpio y sano que la mayoría de sus vecinos; en 1845 Boston llegó al extremo de prohibir el baño, excepto por consejo médico específico). – Stefanie Syman (El cuerpo sutil)

Como podrás ver, la historia del yoga en América (y/o en Estados Unidos) es mucho más compleja de lo que aparenta. Antes de la llegada de Vivekananda hubo otros personajes que buscaron adentrarse en la filosofía y la práctica del yoga; con la única diferencia de que, ellxs lo hicieron desde un punto de vista académico o intelectual, a través de los libros y la discusión de los mismos. Y no fue hasta que Vivekananda conoció a Sara Chapman Bull que el concepto que se tenía del yoga en Occidente dio un giro de 180°… pero eso, lo retomaremos en algún otro texto.

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[1] Al igual que, con el término yoga, creo que se puede usar la palabra hindú en plural, pues es una forma de englobar todas las religiones y filosofías basadas en el hinduismo.

[2] Cabe mencionar que, ya existía una versión francesa del Bhagavad Gita pero esta fue una traducción directa al texto de Wilkins y no al texto en sánscrito.

[3] En caso de que ya hayas leído los textos clásicos de yoga, y especialmente el Hatha Yoga Pradipika o los Yoga Sutras, sabrás que estos libros solo son una sencilla introducción al tema y que, las técnicas se describen de manera muy sencilla y simplista, haciendo énfasis en la necesidad de practicar bajo la tutela de un gurú que las conozca a la perfección; por lo mismo, el yoga de Thoreau podría considerarse como un mal intento de yoga y no como un yoga real. De aquí surge la discusión de si Thoreau realmente fue un yogui o no. Lo que no se puede negar, es que fue la primera persona que intentó practicar esta disciplina en América.

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