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El Yoga y la Revolución Mexicana, la influencia del Bhagavad Gita en la política de Francisco I. Madero

El Bhagavad Gita (Bhagavad-gītā, भगवद्गीता) es uno de los libros más importantes dentro del hinduismo. Un texto escrito en algún punto entre el siglo V y II a.C., que consta de 700 versos y en el que se narra la conversación entre Krishna, una de las tantas encarnaciones de Vishnú, y su primo y amigo Arjuna. El diálogo, que tiene lugar en el campo de batalla en los instantes previos al inicio de la guerra de Kurukshetra.

El diálogo es una respuesta a la al dilema moral que enfrenta Arjuna (o Aryuna) ante la batalla, pues debe enfrentarse a muerte con su propia familia. Durante la plática, Krishna explica a su amigo los deberes que tiene como guerrero y como príncipe usando ejemplos y analogías de la doctrina yóguica. Además, Krishna revela su identidad y forma como Brahman (Bhagaván), el Espíritu Supremo o el Universo; explicándole la naturaleza universal (y no dualista) del mundo y la humanidad.

¡Oh, Gran Señor, Krishna! ¿Por qué debo yo dar muerte a mis propios y más queridos amigos, maestros y familiares, por qué razón debo asesinarlos en el combate inminente? – Arjuna (Bhagavad Gita)

La primera traducción que se realizó del Bhagavad Gita (o Canto del Señor) la realizó Charles Wilkins en 1785, con el apoyo de la Sociedad Asiática de Bengala. Y pasaron varias décadas para que este libro fuera traducido a otras lenguas europeas: al alemán en 1823 y al francés en 1832[1]. En aquél entonces, un gran número de autores e intelectuales empezaron a acercarse a la filosofía de la India a través de estas traducciones de la Gita (incluso se dice que, el psicoanálisis freudiano está fuertemente influenciado por la filosofía hindú). Por otro lado, la primera traducción de la Gita al español llegó en 1896. Fue realizada por el teósofo José Roviralta Borrel y se convirtió en un éxito en España y Latinoamérica.

Mientras tanto, en 1892, Francisco I. Madero empezó a acercarse al ocultismo y espiritismo durante sus estudios en París, Francia. En aquél entonces descubrió la revista Espirita, misma que lo llevó a entablar una amistad con el filósofo y espiritista francés, León Denis. Al llegar a México, Madero se hizo de fama por su interés por el espiritismo y lo oculto, e incluso se dice que se convirtió en un médium que podía hablar con los muertos[2]; hoy en día, se conocen varios Diarios Espiritistas escritos por el mismo Madero mientras se encontraba en trance.

Del mismo modo que el ignorante realiza sus acciones sólo atento al resultado de éstas, el hombre que es verdaderamente sabio trabaja desinteresadamente, atento solamente al bien para toda la humanidad que produzcan sus acciones. – Krishna (Bhagavad Gita)

De hecho, Madero se unió a la Sociedad Espirita de la República Mexicana y realizó muchos escritos sobre espiritismo, mismos que firmaba con los pseudónimos de “Arjuna” y “Bhima” (ambos personajes del Bhagavad Gita). Sus primeros artículos se empezaron a publicar en 1904 en La Cruz Astral. También participó en dos congresos nacionales de espiritismo en 1906 y 1908, y donó la imprenta con la que se publicaría la revista El Siglo Espírita (editada de 1906 a 1911). En ese entonces, Madero tuvo acceso a la Bhagavad Gita en español, inglés y francés, lo que le ayudó a formarse una idea del deber desde una perspectiva hinduista, lo que influyó de manera significativa en su manera de entender el espiritismo y ocultismo.

Como sabrás, en 1904 Madero fundó el Partido Democrático Independiente, incursionando fuertemente en la política y formando una parte importante de la Revolución Mexicana. Y es que, debes saber que, para Madero, la política “constituye el espiritismo puesto en prácticasiempre que se haga de una manera justa y desprendida, salvífica, cumpliendo el deber por la acción misma, no buscando sus resultados, según lo enseña la Bhagavad Gita[3]. Fue así que, basándose en las enseñanzas de Krishna, el revolucionario decidió involucrarse en la Revolución Mexicana.

Queremos demostrar que el Bhagavad Gita, que puede considerarse como la fuente más pura de las doctrinas teosó ficas, budistas y en general de las doctrinas filosóficas de la India, no solamente no encierra en sus enseñanzas nada que haga creer en la doctrina del panteísmo, de la absorción de todos los seres en la Divinidad y de la creencia de que somos dioses, sino que se desprende precisamente la doctrina contraria y es que, aunque todos los seres provienen de una partícula de la Divinidad, no por eso son la Divinidad misma, no por eso son dioses, y sobre todo, que jamás perderán su individualidad. – Francisco I. Madero

En 1911, tras consumarse la revolución, Madero asume la presidencia de México. Ese mismo año también escribió el Manual Espírita, tres años después de haber publicado La sucesión presidencial. Ambos textos, abordan la problemática del mejoramiento individual y social, el progreso y la democracia desde dos puntos de vista distinto: la metafísica y la política. Por otro lado, mientras era presidente, Madero también publicó sus comentarios sobre la Gita en la revista Helios; comentarios que abordan el análisis de la Bhagavad Gita desde un punto de vista político. Sin embargo, a diferencia de la Gita, en la que se debe de cumplir el deber ofreciéndolo a dios o el Universo, en los comentarios de Madero, el deber es con la patria:

…el hombre que por defender a su patria o a la sociedad va a la guerra, puede dar muerte a numerosos adversarios sin que esto constituya una mancha para él; “como la hoja de loto sale inmaculada del seno de las aguas”, así el guerrero saldrá inmaculado y glorioso después de la batalla a donde fue en cumplimiento de su deber. – Francisco I. Madero

De esta forma, Madero utiliza el Bhagavad Gita como una brújula ética y filosófica que le permite justificar las acciones y decisiones que se toman durante las batallas de la revolución, y durante su gobierno, como acciones entregadas de manera desinteresada a la patria[4]. Los comentarios que Madero realizó a la Gita buscan introducir a los lectores y lectoras en el concepto del yoga, como la unión con lo divino, traduciendo el concepto del yogui como santo. De esta forma, Madero se vio como un santo que fue llevado a la batalla, un santo de ética notable que luchó en la Revolución de manera desinteresada, ofreciendo su lucha a la Patria; convirtiéndose, como lo denomina el doctor José Ricardo Chaves, en el santo patrono de la democracia mexicana.

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[1] Cabe mencionar que, ya existía una versión francesa del Bhagavad Gita pero esta fue una traducción directa al texto de Wilkins y no al texto en sánscrito.
[2] Incluso, se afirma que habló con Benito Juárez, otro personaje que creía en lo oculto.
[3] Texto de José Ricardo Chaves (Doctor en Literatura Comparada por la UNAM): http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-25462012000100005
[4] Que los actos de Madero realmente fueran desinteresados o no ya no será tema de este texto, sino de algún historiador o historiadora.

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