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Yoga y Religión… La relación del yoga, el hinduismo y el catolicismo

Hace unos días, una amiga me preguntó si el yoga era una religión. Obviamente le respondí que no, pero ella me contestó hablando de la espiritualidad dentro del yoga y en cómo eso puede considerarse una religión. Me platicó sobre un artículo que leyó en catholic.net, uno de los primeros portales católicos de internet (que busca evangelizar a través de la fibra óptica). En el artículo, el “profesor”[1] Joel S. Peters, del Instituto católico en Montvale (New Jersey, Estados Unidos), habla de cómo es que el Yoga es una religión y el por qué no debe ser practicado por católicos y católicas.

Inicia hablando de lor orígenes del yoga (hace 5,000 años) y de cómo definido en los Vedas (los textos más antiguos de la India), para después ser complementado por Patañjali. Menciona cómo el Yoga y el hinduismo son completamente inseparables, pues la palabra Yoga deriva de la raíz sánscrita Yuj, que significa unión o uncir. Explica cómo es que el significado de la palabra “yoga” es muy similar a la palabra latina religio (que significa sujetar o atar), misma que deriva en la palabra religión. Y el señor continúa y continúa mareando al lector o lectora con sus afirmaciones sobre el por qué lxs católicxs no deben practicar yoga.

Y si el yoga no es realmente una religión, entonces ¿cómo explicamos el hecho que tenga un papel prominente en los Vedas, el Bhagavad-Gita y los Upanishads, que son libros sagrados hindúes? De modo que esas negaciones son, en el mejor de los casos, ignorancia de parte de esos autores (lo que es insostenible a la luz del nivel de estos maestros del yoga) y en el peor de los casos, un deliberado falseamiento de lo que realmente es el yoga. Ambas explicaciones presentan problemas. – Joel S. Peters

Obviamente terminé picándome con el tema y empecé a buscar más y más información al respecto. Fue así que, en el portal aciprensa.com (de la Agencia Católica de Información), encontré el artículo 5 claves para entender por qué el yoga es incompatible con el cristianismo. Uno de los puntos que daba Diego López Marina, autor del artículo, decía que el Yoga es panteísta, una visión en la que dios y el mundo son uno solo; mientras que, en la “revelación contenida en la Tradición y las Sagradas Escrituras se conoce la verdadera naturaleza del hombre como creación única de Dios hecho a su imagen y semejanza; y que ni el hombre ni el universo creados son divinos”. Y continúa hablando de cómo es que la iglesia católica se ha pronunciado a tener prudencia al acercarse a los métodos orientales[2].

Por otro lado, encontré muchos otros textos en los que buscan justificar que el yoga no es una religión. Uno de los que más me llamó la atención lo encontré en insayoga.com. El artículo, escrito por Noelia Insa Satorre, llamado El yoga NO es una religión, explica que, a diferencia de las religiones en el yoga no existen dogmas, por lo que puedes tomar del yoga lo que más te interese sin que alguien vaya a juzgarte. Además, enumera algunas razones por las que el yoga no puede considerarse una religión:

  • No existe una divinidad a quien adorar
  • No tiene una iconografía sagrada.
  • No tiene un credo que deba ser aceptado de forma incondicional.
  • No se realizan rituales.
  • No hay clérigos, sacerdotes u otro tipo de líderes.
  • Tampoco hay un líder global.
  • No requiere fe.
  • Entre otros

Afirmaciones que podrían ser cuestionadas desde varias perspectivas dentro y fuera del mundo del yoga. Por ejemplo, si retomamos las leyendas del origen del yoga o los niyamas descritos por Patañjali en los Yogasutras, podríamos afirmar que en el yoga sí existe un dios. Por ejemplo, en el Sutra 1.23 se puede leer ईश्वरप्रणिधानाद्वा (īśvarapraṇidhānād vā), lo que puede traducirse como: Ofrecer regularmente plegarias a Dios, con sentimiento de sumisión a Su poder, permite ciertamente alcanzar el estado de Yoga[3].

Por otro lado, aunque no existe una iconografía sagrada per se, cuando entras a un estudio de yoga es común encontrarte con imágenes de flores de loto, de Ganesha o Buda, así como Japa Malas (rosarios budistas), inciensos y otros artilugios espirituales; lo que nos podría hacer desconfiar un poco del segundo punto de Noelia Insa. Y así nos podríamos ir hablando desestimando la lista[4].

Entonces… ¿El yoga es una religión? ¿O no? Y es que… ¡el Yoga sí es una religión!, pero al mismo tiempo no es una religión. ¿Entonces? Para poder explicar esta (intento de) oxímoron debemos adentrarnos en la definición del yoga, misma que nos obliga a hablar brevemente sobre los orígenes y evolución de esta disciplina/filosofía/cosmovisión.

¿Qué chin$@%0$ es el Yoga?

 Esta es una de esas respuestas que no tiene una verdadera respuesta. Sí, podría empezar a hablar de que el término yoga viene del sánscrito yug (Joel S. Peters sí hizo su tarea) y que se puede traducir como unión[5]. ¿Unión de qué? Del cuerpo, la mente y el espíritu; podría hablar sobre cómo es que el yoga busca calmar las fluctuaciones mentales para permitirnos alejarnos de las distracciones y poder liberarnos del engaño de Maya (la ilusión), permitiéndonos fundirnos con el Atman, el alma universal. Pero todo esto nos llevaría a adentrarnos en la idea de que el Yoga es una religión; y sí, bajo este concepto el yoga podría parecer una religión.

El yoga fue importante en una variedad de tradiciones, predominantemente la Śaiva, Vaiṣṇava y Budista, que juntas constituyeron la “religión” dominante de la India en el período comprendido entre el siglo VI y el XIII d.C., y que ha llegado a conocerse como ‘tantra‘. – Mark Singleton y James Mallinson (Roots of Yoga).

A lo largo de los siglos, se han generado un sinfín de definiciones sobre lo que es el Yoga. En muchos textos antiguos se habla del yoga como un estado al que se debe llegar[6], también se le ha definido como una disciplina que ayuda a alcanzar el Samadhi (un estado superior de conciencia), el Nirvana (la realización del Ser) o el Moksha (la liberación). También se le ha definido como una serie de herramientas que ayudan a servirle a dios; y como estas, existen un sinfín de definiciones.

La razón por la que, el yoga cuenta con tantas definiciones es porque este se ha ido desarrollando a través de los siglos en diferentes culturas. Todas ellas se han acercado al yoga como una manera de conectarse con el Universo; y, por lo mismo, cada una de ellas ha definido diferentes formas de abordar y entender el yoga. Sin embargo, en todas ellas se habla de la meditación y la concentración como una manera de alcanzar esa conexión. Y, para darle la razón a Diego López Marina (el fanático religioso de aciprensa.com; en este punto sí, el yoga es una filosofía panteísta, pues todas las religiones derivadas del vedantismo (como las hinduistas y el budismo) tienen una idea panteísta de entender al mundo (aunque claro, hay diferentes discusiones sobre el hinduismo y si este es panteísta). Pero el yoga no es realmente una religión, es un complemento a las religiones.

Embarrada de la historia de los yogas

El punto es que, desde hace miles de años, el yoga o, como los llama Adrián Muñoz, los yogas[7] han ido evolucionando de diferentes formas en cada una de las culturas; y también fueron desapareciendo poco a poco[8]. Sin embargo, el grupo shivaísta Nath, seguidores del tantrismo, mantuvieron la tradición del Yoga, creando lo que hoy llamamos Hatha Yoga. Fue a partir de esta escuela de pensamiento que la Asana, o Postura, adquirió verdadera relevancia (antes de ellos, el yoga se basaba principalmente en códigos ético/morales y meditación). A partir del medioevo, los Nath desarrollaron un yoga más complejo y accesible para todo el mundo.

Sin embargo, a finales del siglo XVIII d.C, Inglaterra empezó a colonizar territorios de Asia. Y, aunque la conquista de la India no se concretó hasta mediados del siglo XIX, la India se encontraba ocupada por los comerciantes ingleses. En ese periodo, los Nath se organizaron y convirtieron en un grupo de choque en contra de los comerciantes y colonizadores ingleses; y, debido a su ascetismo se veían obligados a mendigar mientras realizaban sus penitencias (que, en este caso eran posturas de yoga). Fue así que el (hatha) yoga se convirtió en una especie de broma de mal gusto para lxs inglesxs e indixs. El yoga como una herramienta de la religión estaba prácticamente muerto.

La llegada del Yoga Postural Angloparlante (o Contemporáneo)

Hasta finales del siglo XIX, el yoga había pasado a convertirse en una especie de arte misteriosa, espiritista. Prácticamente nadie practicaba yoga (más allá de algunos ascetas), y quienes lo hacían eran vistos como una especie de paria social. Sin embargo, todo el misticismo que se generó en torno al yoga empezó a llamar la atención de los espiritistas europeos (y algunos mexicanos, como es el caso de Francisco I. Madero).

Mientras tanto, en Europa se había desarrollado una cultura del cuerpo, lo que permitió el nacimiento de la YMCA, y otros gimnasios del estilo. En ese entonces, como la India ya era territorio inglés, la YMCA pudo abrir una sucursal en el lejano oriente, donde se dedicó a predicar el amor por el cuerpo y la unión del cuerpo, la mente y el espíritu. Sí, aunque no lo creas los cristianos ya hablaban de cuerpo, mente y espíritu[9]; antes de que el yoga hablara de manera directa de esta unión, la YMCA ya la predicaba[10]. La cultura física estaba introduciéndose en la India, liderada por los sistemas de Ling, Sandow y YMCA.

Paralelamente, se estaba desarrollando un nuevo nacionalismo indio, mismo que se veía impulsado por ideas independentistas. Fue así que Swami Vivekananda llegó a los Estados Unidos, buscando fondos para la lucha; y ahí descubrió que podía lucrar más, hablando de Yoga, y específicamente del Raja Yoga Panañjalico. Fue así que empezó a desarrollar un nuevo Yoga Angloparlante (porque todos los textos y comentarios se escribieron en inglés, a pesar de basarse en textos sánscritos) adaptado a la cultura occidental.

Por otro lado, Tirumalai Krishnamacharya y otros personajes empezaron a desarrollar una disciplina meramente física, bajo el patrocinio de Krishna Raja Wadiyar IV, Maharajá de Mysore. Fue así que, basándose en algunas posturas clásicas de los textos de yoga antiguos e inspirándose en otras posturas de gimnasia europea (especialmente la gimnasia sueca yoga de Per Henrik Ling) creó una nueva disciplina, que después pasaría a llamarse Yoga (un Yoga Postural). Poco más adelante, Krishnamacharya incorporaría algunos principios del yoga patañjalico y el Hatha Yoga Pradipika para vender la idea de un Yoga Tradicional. Mismo que se vendió como pan caliente por todo el mundo, convirtiéndose en el fenómeno que es hoy en día.

Entonces… ¿El Yoga no es religión?

Como podrás ver, este Yoga Postural, o Hatha Yoga (como lo conocemos hoy en día) es muy diferente al Yoga clásico o antiguo. Pues, aunque hoy en día incorpora elementos de diferentes textos yóguicos, su verdadera finalidad es la de unir cuerpo, mente y alma bajo un concepto de la cultura física (inspirada por la YMCA) y no tanto en las sagradas escrituras. Por lo mismo, no podemos hablar de un yoga religioso o panteísta como tal. En este caso, es una disciplina principalmente física, a la que se le ha inyectado cierto misticismo y tradiciones enfocadas en aprender a controlar la mente, no tanto con fines espirituales, sino introspectivos[11]. Bajo este entendido, el yoga no es una religión. Repito… el yoga no es una religión.

Si nos ponemos muy estrictxs, el yoga no es (y nunca ha sido) una religión como tal. Sí, en el pasado lejano el yoga (o los yogas) fue una de las tantas herramientas de las religiones para alcanzar su fin espiritual/dogmático; por lo mismo entiendo que digan que el yoga es una religión. Sin embargo, el yoga postural contemporáneo, ese yoga de tradición angloparlante, está muy lejos de la religión. Aunque le hemos inyectado algunos elementos espirituales, pero son elementos sencillos que hablan de principios éticos, de meditación y de disciplina; ninguno de ellos son realmente elementos religiosos. Por lo que no, el yoga no es (y en el estricto sentido de la palabra, nunca fue) una religión; y tampoco va en contra del catolicismo, el cristianismo o el judaísmo[12].

Además… más allá de lo que diga la “Carta a los obispos de la iglesia católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana” de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la iglesia católica tomó muchos elementos del hinduismo durante el Imperio Romana; pues, para nadie es un secreto que el Rosario está inspirado en el Japa Mala; o que ciertas formas de oración y meditación católica pudieran estar basadas en las técnicas orientales de meditación y canto de mantras.

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[1] Y lo pongo entre comillas porque sus afirmaciones son tendenciosas.

[2]Carta a los obispos de la iglesia católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana” de 1989, por la Congregación para la Doctrina de la Fe (órgano colegiado de la Santa Sede cuya función, custodiar la correcta doctrina católica en la Iglesia). Puedes leerla aquí: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19891015_meditazione-cristiana_sp.html

[3] En el texto original se refiere a Íshuara, concepto que se refiere al supremo controlador; mismo que es comúnmente traducido como Dios, Ser Supremo o Universo.

[4] Ojo, creo que es importante mencionar que yo no estoy buscando desestimar la lista de Noelia Insa, sino mostrar otro punto de vista (mismo que, también, podría ser fácilmente criticado).

[5] Curiosamente, en el Rig-Veda se usa la palabra yoga, pero generalmente con referencia al carro de guerra al que se unían los caballos, siendo “yugo” un cognado inglés del yoga sánscrito. (Mark Singleton y James Mallinson en Roots of Yoga).

[6] Este es el estado de unión con el Ser Supremo o el Universo.

[7] Dice que son los yogas, porque realmente no existe una sola escuela de pensamiento del yoga, sino que cada cultura fue creando su propia versión del yoga.

[8] Esto es solo un decir, pues muchas culturas continuaron desarrollando su yoga. Aunque, la escuela que más trascendió en la historia posterior al medioevo fue el Hatha Yoga de los Nath.

[9] Hoy en día, el slogan de la Y sigue siendo “Espíritu / Mente / Cuerpo”.

[10] Quizá es importante mencionar la discusión que existe respecto a este tema. Hay quienes aseguran que la nueva cultura física occidental retomó este concepto de “cuerpo, mente y alma/espíritu” del yoga, aunque no se tiene un registro exacto de algún texto que mencione esta unión per se (aunque sí se dio a entender).

[11] Y sí, podemos decir que une el cuerpo, la mente y el alma, permitiéndonos la liberación; pero la verdad es que, si quisiéramos alcanzar una verdadera iluminación/liberación, tendríamos que someternos a horas y horas de meditación y un estilo de vida mucho más complejo que la práctica postural y la meditación occidental.

[12] Como dato curioso, en la antigüedad hubo culturas musulmanas que practicaron su propia forma de yoga.

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