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Bhagavad-gītā: Capítulo 11 – Revelación de la Visión Divina

En el décimo primer capítulo del Bhagavad-gītā (Bhagavad GitaKrishna se manifiesta en su Suprema Forma Divina ante Arjuna. Bajo esta Forma, el héroe puede contemplar a todos los seres que habitan en el universo y a todos los dioses; un Krishna con miles de cabezas y brazos, en el que se fusiona toda la creación en un solo ser.

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A continuación, encontrarás los 52 versos, que conforman el décimo primer capítulo del Bhagavad-gītā (Bhagavad Gita) tal cual fueron traducidos al español, por lo que no encontrarás ninguna nota al pie de página, ni ningún tipo de comentario del mismo. Decidimos subirlo de esta forma, porque creemos que la mejor forma de tener un primer acercamiento a este tipo de textos es con tu interpretación propia; por lo que, sin embargo, recomendamos que, al terminar con la lectura, busques alguna versión comentada que te ayude a profundizar en el texto.

En este caso, la traducción al español fue realizada por Julio Pardilla, y que fue subida a la página de la Sociedad Biosófica (sociedadbiosofica.org). Cabe mencionar que, el portal mencionado no tiene ningún vínculo al PDF original y solo se puede llegar a él a través de una búsqueda de Google. Por otro lado, no encontré ninguna referencia al traductor en ningún lugar; solo una página de Amazon a lo que era el libro del Bhagavad Gita, pero en la que no se puede comprar el libro y en la que no aparece información del mismo. Si quieres consultar la publicación original (con varias notas al pie de página y una introducción muy completa) da clic aquí.

A continuación, encontrarás los 18 capítulos del Bhagavad-gītā traducidos al español.

ARJUNA:

1. Movido por tu infinita misericordia, oh Krishna, me has explicado el Supremo Secreto de tu Espíritu Divino, y con tus palabras, has disipado la ignorancia que a mi alma sumía en la ilusión.

2. He escuchado con atención todo lo que me has dicho acerca de la procedencia y el destino de todos los seres, al igual que de la infinita inmensidad de Tu gloria.

3. He oído Tus palabras empapadas de verdad, pero, aun así, mi alma anhela profundamente poder ver; ver Tu Forma Inmanifiesta como el Dios Omnipresente que habita en todas las cosas.

4. ¡Oh, mi Señor!, si crees que soy digno de obtener una Visión tal, por favor, muéstrame Tu gloria, ¡oh Ser Supremo, oh Dios del Yoga!

KRISHNA:

5. Contempla, pues, oh Arjuna, mis centenares y millares de formas divinas, todas variadas, y de innumerables aspectos y colores.

6. Contempla los dioses del sol, los del fuego y los de la luz; los dioses de la tempestad y del relámpago, y los dos luminosos aurigas de los cielos. Contempla, pues, oh Arjuna, las maravillas nunca vistas hasta ahora.

SANJAYA:

7. ¡Oh rey!, después de que Krishma, el Señor del Yoga, hablase así a Arjuna, se le manifestó en su Suprema Forma Divina.

8. Y Arjuna, dotado de visión divina, contemplaba, en una visión portentosa, cómo su Señor tomaba incontables formas de impresionante aspecto, con multitud de ojos correspondientes a innumerables caras, con gran profusión de ornamentos divinos, y blandiendo numerosas armas celestiales.

9. Ataviado con espléndidas guirnaldas y ostentosas vestiduras, despidiendo fragancias de aromas celestiales y luciendo todo tipo de maravillas, resplandeciente en su infinita divinidad, su cara miraba en todas direcciones.

10. Como si la deslumbradora luz de mil soles juntos surgiera de repente en medio del firmamento, tal era el refulgente esplendor que desprendía Su Espíritu Supremo.

11. Y Arjuna vio el universo entero en su incontable variedad, suspendido y formando una inmensa unidad dentro del resplandor que desprendía el cuerpo del Dios de los dioses. Sobrecogido de estupor y asombro, Arjuna el héroe, inclinó su cabeza juntando sus manos en acto de adoración, y con estas palabras se dirigió a su Señor:

ARJUNA:

12. En Ti, oh Dios mío, contemplo a todos los dioses y las innumerables variedades de seres que habitan en Tu creación; asimismo, veo a Brahma sentado en el trono de su flor de Loto, y a todos los grandes sabios videntes y las serpientes de la luz.

13. Por doquier contemplo la gloria de tu infinitud: El poder de tus innumerables brazos, la visión de tus innumerables ojos, las palabras de tus incontables bocas, y el fuego vital de tus innumerables cuerpos. Me resulta imposible ver tu principio, tu medio o tu fin, ¡oh Señor de todas las especies, Dios de la Forma Infinita!

14. Puedo ver el infinito resplandor de una divinidad de belleza extremada que ilumina el universo entero: ¡oh, eres Tú! Llevas tu corona, el cetro y el círculo. ¡Qué difícil es verte! Cual ingente masa de luz, desprendiendo vivísimos fulgores por doquier, no puedo abarcar tu inmensidad ni resistir la brillantez de tu luz, pues resplandeces como el fuego ígneo, como el sol radiante.

15. Tú eres el Inmortal, la Meta Suprema del Conocimiento, Creador, Preservador y Destructor de todo el universo, el eterno guardián de la ley de la justicia, el Espíritu que estaba al principio y que, siendo imperecedero, aún Es.

16. No tienes principio, ni medio, ni fin. Contemplo el poder infinito de tus incontables brazos. Tus ojos son el sol y la luna, y tu cara contemplo cual llameante fuego de sacrificio, dando luz y vida al universo entero, en el fulgor de una inmensa ofrenda.

17. Llenos están el cielo y la tierra de tu Espíritu, al igual que todas las regiones del espacio infinito, y ante la maravillosa visión de tu temible majestad, los tres mundos tiemblan.

18. Pues hacia Ti se dirigen las legiones de los dioses adorándote y alabándote, con las manos unidas en maravilla y asombro. “¡Salve!”, exclaman a coro las multitudes de sabios y santos glorificándote con sublimes cantos.

19. Los Rudras de la destrucción, los Adityas del sol, los Vasus de fuego y los Sadhyas de las plegarias. Los dioses menores, los Visves, dioses dévicos, los dos Ashvins, aurigas celestiales, los Maruts, dioses de los vientos y tempestades, y los Ushmapas, espíritus de los antepasados; así como los Gandharvas, coros celestiales, los Yakshas, guardianes de las riquezas, los Asuras, demonios del infierno, y los Sidhas, quienes alcanzaron la perfección en la tierra: Todos ellos te contemplan maravillados, absorbidos en éxtasis.

20. Pero los mundos, contemplando tu monstruosa forma aterrorizante, con tantas bocas y ojos, con tantas barrigas, muslos, y pies, aterrorizados por tus terribles dientes, tiemblan de miedo, e igual me ocurre a mí.

21. Pues al verte alzándote por los cielos y resplandeciente, con tal variedad de matices y colores, al contemplar tus bocas desmesuradamente abiertas y tus enormes ojos fulgurantes, mi alma se estremece, oh Vishnú, y pierdo mi armonía y mis fuerzas, sintiéndome desfallecer.

22. Mirando tus enormes mandíbulas armadas de dientes amenazadores y ardientes, como el fuego devorador del fin del mundo, mi ánimo desfallece y la dicha me abandona. ¿Dónde estoy?, ¿dónde me refugio? ¡Apiádate de mí, oh Señor de los dioses, Refugio Supremo del débil y desamparado!

23. Todos los hijos de Dhritarashtra, unidos a una pléyade de príncipes y señores de la tierra, además de Bhishma y Drona, y el gran Karna, junto con los más grandes guerreros de estas regiones.

24. Todos se abalanzan atropelladamente para prccipitarse dentro de tus horripilantes bocas, dotadas de dientes aterradores; tales, que los infelices que quedan atrapados entre ellos son triturados hasta reducirse a polvo sus cabezas.

25. Como caudalosos ríos que, en arrebatada corriente, se abalanzaran con tremendo estruendo hacia el océano, así, todos estos héroes de nuestro mundo mortal se precipitan en tropel cayendo dentro del abismo de tus bocas llameantes.

26. De igual modo que un enjambre de polillas arrojándose en raudo vuelo hacia la lumbre de una hoguera, para encontrar allí su muerte segura, del mismo modo estos hombres se precipitan raudos entrando en tu fuego; con ímpetu se arrojan hacia su propia destrucción.

27. Tus lenguas flamígeras saliendo de tus bocas devoran todos los mundos. El universo entero se llena con tu esplendor, pero ¡terriblemente abrasador es el fuego de tu gloria!

28. Por favor, manifiéstate ante mí, dime quién eres Tú, que con tan aterradora forma te presentas ante mí. ¡Ten piedad de mí! Yo te adoro como el Dios Supremo, y anhelo conocerte, mas no logro entender tu misteriosa forma de obrar.

KRISHNA:

29. Yo soy el tiempo demoledor que destruye todas las cosas, y aquí estoy dispuesto a exterminar el linaje de estos hombres. Ni tan sólo uno de los guerreros que luchan en el ejército enemigo escapará a la muerte.

30. ¡Levántate, pues, Arjuna! Ve a conquistar tu gloria, vence a tus enemigos y goza del reino que te pertenece. Debido a las condiciones de su Karma, ya los he condenado a todos a encontrar aquí la hora de su muerte. Sé tú tan sólo el instrumento para realizar mi trabajo.

31. La muerte de Drona, la de Vhishma, la de Jayadratha y la de Karna, ya han sido decretadas y consumadas por Mí. Así que, sin temor, lucha y extermínalos. Triunfa sobre tus enemigos en esta batalla.

SANJAYA:

32. Cuando Arjuna escuchó las palabras que Krishna le habló, con pulso tembloroso encogió sus brazos y, con voz balbuceante, después de inclinarse en adoración, le habló a Krishna de este modo:

ARJUNA:

33. Cierto es, oh mi Señor, que las multitudes, cantando tus alabanzas, se regocijan con alegría en Ti. Las turbas de espíritus malignos, aterrorizados, huyen despavoridas en desbandada, mientras los Santos, reunidos, se postran ante Ti en acto de adoración.

34. ¿Cómo podrían dejar de adorarte y expresarte su amor, oh Señor de señores, oh Supremo Poder? Tú creaste a Brahma, el dios de la creación, eres refugio eterno e inagotable para este mundo. Soporte de lo que es y de lo que no es, estando aún más allá de ambos.

35. Eres el Poder Superior que estaba en el principio, Señor de los hombres desde que el hombre existe; el más valioso tesoro que esconde este inmenso universo. Tú eres el que ha de ser conocido al tiempo que el conocedor, la morada del descanso final. Eres el Poder Omnipresente para el cual nada hay oculto.

36. Dios del viento y de las aguas, del fuego y la muerte, Señor de la luna solitaria, Creador, Padre de todas las criaturas. Mil postraciones mereces en adoración a Ti, y más aún debiera postrarme una vez tras otra ante Ti, pues eres el Poder Superior en persona.

37. Te adoro a Ti, que estás delante y detrás de mí. Te adoro a Ti, el que me rodea por todas partes, pues donde quiera que miro, ante mí está tu rostro. Dios omnipotente de poderes sin límite, todo lo que existe se dirige a Ti, como la Meta Última: Tú eres mi Todo.

38. Si alguna vez, considerándote como a un igual debido a nuestra relación amistosa, te llamé Krishna o hijo de Yadú o mi amigo, te ruego que excuses mi inconsciencia, pues desconocía la magnitud de tu grandeza.

39. Si alguna vez a solas o en compañía de otros, te traté irrespetuosamente, con irreverencia, o si alguna vez me burlé de Ti durante nuestros juegos en nuestros ratos de ocio, o en alguna fiesta, implorando tu misericordia, te pido perdón. ¡oh Tú, Señor Todopoderoso!

40. Padre de los mundos y de todo cuanto existe en ellos, Maestro Supremo, ¿quién puede igualarte a Ti? ¿Cómo podría nadie superarte, cuando en ninguno de los tres mundos existe nada comparable a tu Grandeza? Tú eres el Poder Superior en persona.

41. Ante Ti yo me inclino haciéndote Pranam; ante Ti yo me postro en actitud de adoración. Te imploro tu Gracia, oh Señor Glorioso. Mírame como mira el padre a su hijo, como un compañero fiel mira a su amigo, como un amante mira a su amada. ¡Oh mi Señor! ¡Bendíceme con tu Gracia!

42. Mi corazón rebosa de gozo ante la maravillosa visión que revelas dentro de mí, permaneciendo oculta a los ojos de todo hombre, pero aun así, mi corazón está sobresaltado por el miedo. Ten piedad de mí, oh Señor de los dioses. Tú eres el refugio seguro para el universo entero. Por favor, déjame verte otra vez en tu forma humana.

43. De todo corazón anhelo verte de nuevo con tu corona tu cetro y tu círculo. Por favor, adopta otra vez tu forma excelsa de cuatro brazos62,¡oh Tú, Ser Infinito, Forma Ilimitada!

KRISHNA:

44. Como una gracia singular y en virtud de mi maravilloso poder, te he revelado, oh Arjuna, la Luz Divina que constituye mi Forma verdadera, que, siendo infinita, todo lo penetra: Mi forma auténtica, que ha existido desde el principio de los tiempos, aunque ningún hombre la ha podido ver con estos ojos mortales.

44. Ni los Vedas ni las ofrendas de sacrificios ni el estudio de las escrituras ni las obras de caridad ni los ritos ni las penosas austeridades pueden revelarte la Visión Suprema de Mi Espíritu Supremo que en Ti mora. Sólo tú has podido ver la gloria de mi Forma Verdadera, ¡oh príncipe noble, el mejor de los kurus!

46. No guardes recelo alguno ni te turbes ante la estremecedora visión de mi grandeza. Libérate de todo temor y, con el corazón henchido de júbilo, contempla ahora otra vez mi forma natural.

SAN JAYA:

47. Así habló Krishna a su amado Arjuna, al tiempo que se manifestaba en su forma humana. De este modo, mostrándose el Señor de los mundos en su serena belleza, disipó los temores del príncipe pandava trayendo la calma a su corazón.

ARJUNA:

48. ¡oh Krjshna! Cuando veo la hermosura de tu cara humana, atraído por el candor de tu belleza, mi alma se tranquiliza y mi corazón se serena.

KRISHNA:

49. Por mi Gracia te ha sido posible ver, a través de la visión espiritual, mi Forma Divina, lo cual a muy pocos les ha sido concedido. Incluso los dioses del cielo anhelan con vehemencia ver lo que tú ahora has visto.

50. Ni la recitación de los Vedas, ni la vida de austeridad, ni las limosnas a los pobres, ni los rituales ni las ofrendas pueden revelar la visión de Mí, que tú por mi infinita Gracia has tenido.

51. Sólo los hombres que me ofrecen su amor obtienen la Gracia de poder verme a través de la visión espiritual. Sólo por Amor pueden recibir Mi Conocimiento. Yo sólo me revelo a aquéllos que vienen a Mí con humildad y con amor en sus corazones, deseando sinceramente conocer la Verdad.

52. Aquél que trabaja por y para Mí, aquél que me ama y para quien Yo soy su Meta Suprema, liberado ya de todas las ataduras de las cosas de este mundo, y con inmenso amor por todo lo existente, ése, en verdad viene a Mí.

A continuación, encontrarás los 18 capítulos del Bhagavad-gītā traducidos al español.

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