Vibrar alto, yoga y COVID
Según un estudio realizado por la Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT, el Coronavirus es vulnerable a las altas vibraciones. En el estudio las y los investigadores descubrieron que, en simulaciones realizadas en el aire y el agua, la capa y los picos del virus empiezan a romperse cuando este es sometido a vibraciones entre los 25 y los 100 megahertz; por lo mismo, cuando sometemos nuestro cuerpo a vibraciones altas evitamos el contagio, manteniendo nuestra salud en perfecto estado. ¡Basta con mantener pensamientos positivos para evitar caer enfermxs de COVID! Obviamente, el único problema es que, vivimos en un mundo lleno de negatividad y mala vibra.
Por suerte, en los últimos años han surgido un sinfín de “investigadorxs” y “terapeutas” que se han dedicado a entender y trabajar con la vibración mental y corporal de las personas, ayudándolas a vibrar alto y mantener su salud. De acuerdo a la física cuántica espiritual, todo en el mundo físico está interconectado a través de la vibración; y es que, toda la materia conocida está formada por átomos, estos están formados por electrones y un núcleo, y el núcleo está formado por quarks y estos están formados por vibraciones. Por ende, todo en este mundo físico se encuentra creado por ondas, o vibraciones, mismas que permiten que toda la materia esté interconectada entre sí.
¿Cómo controlamos la vibración de nuestro cuerpo? Algo que no se puede negar es que, la mente es muy poderosa. Según esta “ciencia” nuestros pensamientos son energía, misma que se compone de vibraciones; esta energía entra en contacto con las moléculas de nuestro cuerpo, mismas que, a través de los quarks, empiezan a vibrar a la misma frecuencia de nuestros pensamientos. Y, si nuestros pensamientos son positivos, y practicamos yoga y meditación, la vibración será más alta. Esto no solo nos ayudará a atraer la materia y sentimientos positivos, que vibren alto, y a eliminar las enfermedades de vibraciones bajas, como el COVID.
Continuando con la manera en la que la vibración conecta a todos los seres y materia, la filosofía tradicional del Yoga habla de la unión de todos estos seres. Esta cosmovisión también habla de la manera en la que, mediante la meditación y la práctica del yoga se pueden eliminar las enfermedades y vencer la muerte. Por lo tanto, cuando todoxs lxs invetigadorxs de “física cuántica espiritual” hablan de la vibración, la salud y no solo se basan en “hechos” científicos, sino que retoman una ciencia[1] que se ha desarrollado a lo largo de la historia.
Al parecer, la importancia de vibrar alto está más que comprobada; por un lado, desde hace siglos se ha investigado la manera en la que la mente nos permite modificar las vibraciones del cuerpo, aunque quizá no lo llamaban así, para eliminar la enfermedad; y, por el otro, la ciencia cuántica ha demostrado que estas vibraciones son realmente importantes en la manera en la que nos conectamos con nuestro entorno, permitiéndonos atraer lo positivo y eliminar las enfermedades.
Pero la realidad es muy distinta. La verdad es que toda esta ciencia detrás de la vibración mental/corporal es una reinterpretación a modo de las escrituras clásicas del yoga y de la ciencia. Hablando sobre el yoga, en los diferentes textos ancestrales sí se dice que, mediante la práctica del yoga se pueden eliminar las enfermedades; también se habla de una conexión entre todos los seres y materia del universo. Sin embargo, la disciplina de yoga que se describe en aquellos textos es muy diferente a la que practicamos hoy en día. De hecho, se basa principalmente en la meditación, la alimentación, la austeridad y otras prácticas de limpieza, entre otros elementos. Y ningún yogui o yoguini contemporánea, y especialmente de occidente, podría dedicarse a la práctica de yoga como se describía en aquél entonces; por lo que no podrían eliminar a la muerte como la conocemos (quizá algún monje podría llegar a lograrlo); además, toda esta .
Por otro lado, los textos hablan de una conexión intrínseca y sutil a través del prana, la energía sutil que permea todo en el universo. Pero la energía sutil de la que hablan nunca la describen como vibración, simplemente hablan de una energía imperceptible que se encuentra presente en todo el universo. También hablan de cómo es que Brahman se encuentra presente en toda la creación. Pe-ro… nunca mencionan una vibración mental o física que nos ayude a interactuar con el universo (aunque en el Shiva-samjita sí se menciona la vibración mental refiriéndose al pensamiento, de acuerdo a algunas traducciones). No es hasta que llegaron los monjes modernos, de finales de 1800 y principios de 1900, como Vivekananda y Abhedananda, quienes fueron fuertemente influenciados por el colonialismo inglés y la sociedad teosófica, que empezaron a interpretar las escrituras como una vibración que se encuentra presente en todo[2].
¿Influencia teosófica? Desde mediados del siglo XVIII, un gran número de grupos, sociedades y/o logias se dedicaron a “investigar” los textos ancestrales de todo el mundo, en busca de respuestas a preguntas que iban más allá de lo material (impulsadxs principalmente por el ocultismo). Estas sociedades se dedicaron a reinterpretar el conocimiento ancestral de todas las culturas antiguas, y con un mayor énfasis en las orientales. Esto podría no ser tan importante, si no fuera porque, este conocimiento lo impusieron directamente en la India colonial, gracias a la fuerte influencia que tuvieron estos grupos, y principalmente los teósofos, en la academia y la investigación de aquel país. El más grande ejemplo de esto, es que los teósofos patrocinaron a varios de los gurús que (re)popularizaron la filosofía y la práctica del yoga (postural) en el mundo: Vivekananda, Indra Devi, Abhedananda y BKS Iyengar, entre otros.
Y, fue gracias a las interpretaciones occidentales de los textos ancestrales, que la palabra vibración se empezó a permear de una manera distinta. Por otro lado, conforme se fue desarrollando la cultura del New Age (basada en el Nuevo Pensamiento) la idea de vibración se fue deformando hasta hacernos creer que, si vibramos alto con buenos pensamientos, podemos acabar con cualquier enfermedad posible.
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[1] Es importante mencionar que, para muchxs académicxs, el Yoga tradicional puede equipararse con una ciencia, pues seguía un método científico para el desarrollo de la misma; aunque no es una ciencia como el concepto de ciencia natural comprobable.
[2] En algunas traducciones posteriores a los teósofos, se incluye la palabra vibración, en otras no. Pero, más allá de la palabra, la manera en la que hablan de las mismas es muy diferente a la manera en la que hoy hablamos de vibras.