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Tejobindu Upanishad, el yoga de las quince ramas y la meditación…

Bindu es uno de los términos o conceptos más interesantes dentro de los hinduismos y, en especial, en el mundo del yoga. Un concepto cuyo significado cambia dependiendo del contexto en el que se utilice, pero se suele usar para referirse a “la semilla”; algo así como la semilla o el punto desde el cual comienza toda la creación. Por lo tanto, en algunas tradiciones tántricas, y yóguicas, se usa la palabra Bindu para referirse también a la conciencia más elevada, símbolo de Shiva y de Shakti; a fin de cuentas, cuando la mente alcanza ese punto de conciencia, también está alcanzando el origen[1].

El Tejobindu Upanishad (तेजोबिन्दु उपनिषद्) o Teju-Bindu Upanushad es un texto que retoma, de cierta forma, esa definición de Bindu, con la finalidad de hablar sobre el camino para poder alcanzar el Bindu, entendiéndolo como conciencia superior, que es donde reside el poder de Brahman, o el principio universal. ´De hecho, tomando esto en cuenta, el indólogo alemán, Paul Deussen, afirma que, el nombre del upanishad puede traducirse como “el punto que representa el poder de Brahman“, donde el punto es el Anusvara en Om.

Este texto es considerado un Upanishad menor y está clasificado como uno de los veinte Yoga Upanishads, y en específico es uno de los cinco textos de este tipo que hablan sobre el Bindu. Pero más allá de retomar el concepto de la semilla, lo que hace que este texto sea uno de los más interesantes entre los 108 enumerados en el canon del Muktikā Upaniṣad, es el hecho de que habla sobre las dificultades de la meditación y, en especial, porque menciona un sistema de yoga de quince ramas o pasos, rompiendo con el Ashtanga Yoga (yoga de ocho ramas) patañjálico que ha funcionado como una biblia yóguica en Occidente.

El texto comienza afirmando que Dhyana (meditación) es difícil, y se vuelve más difícil cada vez más a medida que uno procede de estados densos, luego finos y luego superfinos. Incluso los sabios y los que están solos, dice el texto, encuentran la meditación difícil de establecer, implementar y realizar.

दुःसाध्यं च दुराराध्यं दुष्प्रेक्ष्यं च दुतरा् |
दुर्लक्षं दुस्तरं ध्यानं मुनीनां च मनीषिणाम् ||

“Incluso para los sabios y reflexivos, esta meditación es difícil de realizar y difícil de alcanzar, difícil de conocer y difícil de acatar, difícil de definir y difícil de cruzar”. — Tejobindu Upanishad[2]

Continúa explicando cómo se puede meditar con éxito, explicando que se debe conquistar la ira, la codicia, la lujuria, los apegos, las expectativas, las preocupaciones por la esposa y los hijos. También se debe de abandonar la pereza y llevar una vida virtuosa; moderarse en la comida, abandonar los delirios y no tener antojos. También se debe de encontrar un gurú que nos ayude a seguir el camino del bien y la meditación.

Inmediatamente después empieza a enlistar los caminos del yoga:

  1. Yama,
  2. Niyama,
  3. Tyaga (renuncia),
  4. Mouna (silencio),
  5. Desa (lugar correcto, Seclusión)
  6. Kala (tiempo correcto),
  7. Asana (postura),
  8. Mulabandha,
  9. Dehasamyama (ver los cuerpos como iguales o equilibrio corporal),
  10. Drishti (posición del ojo/mente)
  11. Prana-samyamana (control de la respiración),
  12. Pratyahara (subyugación de los sentidos),
  13. Dharana,
  14. Atma-Dhyana
  15. Samadhi

El Tejobindu define brevemente estos quince miembros o ramas en los versículos 1.17 al 1.37, pero, al igual que en los Yoga-Sutras, no se da mucho detalle de los mismos. Los versículos 1.38 al 1.51 describen la dificultad para lograr la meditación y el samadhi, y las formas de superar estas dificultades. Afirma que, uno debe funcionar en el mundo y ser bueno en lo que hace, mejorarlo, pero evitar anhelar, afirman los versículos 1.44–1.45. El yoga físico por sí solo no proporciona los resultados completos, a menos que la introspección y el conocimiento correcto purifiquen la mente, afirman los versículos 1.48–1.49 del manuscrito más extenso. Uno debe abandonar la ira, los vínculos egoístas con las cosas y las personas, los gustos y disgustos para lograr el Samadhi, afirma el versículo 3 de la versión más corta del manuscrito.

La segunda parte del Tejobindu Upanishad continúa hablando sobre la unidad indivisible en la esencia de todo, y de ahí empieza a hablar sobre la naturaleza de Atman y Brahman, explicando que Atman es idéntico a Brahman.  Y continúa adentrándose en la No Dualidad.

Para que puedas conocer más sobre el Tejobindu Upanishad, a continuación, podrás encontrar una traducción al español de este texto. Esta versión está basada en la traducción al inglés publicada por learnkriyayoga.com y en Oshogulab.com.


[1] Y, si el macrocosmos se encuentra también reflejado en nuestro cuerpo, debemos preguntarnos… ¿cuál es la semilla que da origen a nuestro universo? Pues… esa semilla es también el semen. De hecho, en los textos medievales de Hatha Yoga se usa mucho este término y se habla de la importancia del control de Bindo a través de la eyaculación y reabsorción.

[2] Esta traducción está basada en la que realizó Swami Parmeshwaranand y no en la que presentamos en esta versión. Se eligió, porque es

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