Ego, el peor enemigo en tu práctica de Yoga

No importa si estás iniciando con tu práctica de yoga, o si llevas ya mucho tiempo practicando, uno de tus más grandes enemigos siempre será el ego. ¿Has notado que tus maestras y maestros siempre lo mencionan en clase? ¿Te has preguntado por qué decimos que es nuestro enemigo en la clase de yoga? Bueno, estas preguntas se pueden responder desde dos puntos de vista; por un lado, desde la filosofía del Yoga, y por el otro, desde el aspecto Postural. A continuación, te contamos un poco sobre ambos lados de la moneda.

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De hecho, debido a su naturaleza, el ego nunca se puede satisfacer realmente, no importa cuánto placer o gratificación pueda obtener en el proceso. – Richard Freeman (El Espejo del Yoga)

El ego en la filosofía del Yoga

Tanto en la literatura clásica del Yoga, como en los libros contemporáneos sobre filosofía del Yoga, encontrarás un sinfín de referencias sobre el ego. Y es que, la meta de la verdadera práctica de Yoga, la que va más allá de las posturas, es alcanzar el estado que conocemos como Iluminación. ¿Iluminación? Nos referimos a un estado mental y espiritual, en el que se entra en unión con el Universo (o Dios).

Para poder alcanzar la iluminación, se necesita recorrer las ocho ramas del Yoga, o Ashtanga Yoga, definidas por Patañjali: Yama (Código Social), Niyama . (Código Personal), Asana (Posturas), Pranayama (Control de la Respiración), Pratyahara (Abstracción de los Sentidos), Dharana (Concentración), Dhyana (Meditación) y Samadhi (Unión). ¿Y el ego qué tiene que ver?

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…la ignorancia primordial y el ego son tan astutos y huidizos, que están rodeados y protegidos por emociones irracionales arraigadas. – Richard Freeman (El Espejo del Yoga)

Bueno, cuando no controlamos a nuestro ego, este empezará a controlar cada aspecto de nuestra vida y de nuestra mente, evitando que podamos controlar los sentidos, evitando que nos podamos concentrar y, por ende, alcancemos la meditación. Por lo mismo, debemos aprender a controlar al ego y buscar eliminarlo de nuestras vidas, para poder alcanzar o practicar las Ocho Ramas del Yoga de manera correcta. Debemos aprender a vivir con humildad y libres de ego.

El ego en la práctica postural de Yoga

Probablemente la manera en la que la filosofía del Yoga aborda la problemática del ego nos puede ser muy útil en el día a día, pues nos enseña a que no debemos engancharnos con el ego ante ninguna situación, y especialmente la laboral; pues, al permitir que el ego nos controle, podemos terminar frustrándonos y metiéndonos en muchos problemas. Sin embargo, es muy difícil entender el concepto del ego dentro de la filosofía, si no estás aplicándola de una manera práctica; y la forma más sencilla de entenderla es a través de la práctica postural de yoga.

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¿Cómo es que podemos entender qué es el ego y cómo nos afecta en la práctica de Asanas (Posturas)? Es muy sencillo, debes entender que el ego se presenta todo el tiempo durante nuestra práctica postural; es esa vocecita que nos lleva a compararnos con lxs otrxs practicantes más avanzados que nosotrxs, la que nos hace sentir mal cuando no alcanzamos alguna postura complicada (o alguna que ya habíamos dominado en otras clases), la que te incita a intentar posturas para las que no estás listx y termines lesionándote.

La ausencia de la función del ego sería letal para nuestro organismo físico, pero aprender a navegar el sistema del ego con fluidez nos guía al discernimiento. El ego, el ahamkara, es útil porque nos ofrece cosas que luego podemos soltar. – Richard Freeman (El Espejo del Yoga)

Entonces, más allá de controlar el ego para alcanzar la iluminación, lo que necesitas es aprender a identificar esa voz en tu cabeza y aprender a controlarla, para que ella no te controle a ti. Aprender a diferenciar el ego de la autoestima, de tus capacidades y mantenerte lo más alejadx posible del ego. Y, una vez que logras mantener el ego lejos de tu tapete, empezar a mantenerlo lejos en todos los demás aspectos de tu vida.