En las clases y certificaciones de yoga nos hablan mucho de la historia del Yoga. Nos cuentan cómo es que esta disciplina “renació” en la India gracias a las ideas de Krishnamacharya; mismas que llegaron a Occidente gracias a sus discípulxs. Pero esta historia, aunque es cierta, es muy romántica y simplificada. La verdad es que, la historia del Yoga Occidental o Contemporáneo es mucho más compleja de lo que nos cuentan.

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De hecho, la llegada del yoga a América (como continente) se remonta a finales del siglo XVII, cuando Charles Wilkins realizó la primera traducción de la Bhagavad Gita (o Canto del Señor)  al inglés (en 1785). A raíz de esta traducción, y de otros textos sobre yoga y filosofía hundú/vedanta, lxs espiritistas occidentales voltearon su mirada a la India y al Oriente. Desde aquél entonces, hubo gente que buscó emular las técnicas de Yoga descritas en la Gita y otros textos yóguicos.

Tal es el caso de Henry David Thoreau quién decidió llevar una vida de asceta y realizar las prácticas descritas en el Hatha Yoga Pradipika, como una respuesta al mercado capitalista de mediados del siglo XIX; convirtiéndose, para muchas personas, en el primer yogui (del que se tiene conocimiento)[1] de América. Es así que, al igual que en muchos otros casos, la historia del Yoga en América (como continente) nos llega, de una forma u otra, a través de Estados Unidos.

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Navegando por internet, buscando más información a cerca de la historia del Yoga en América, me encontré con una sencilla cronología, escrita por Holly Hammond, en el Yoga Journal, sobre cómo es que el Yoga llegó a Estados Unidos, y por ende a América. La cronografía es sencilla y algo romántica, pero inicia con la llegada de Swami Vivekananda, lo que me parece interesante. Y, para que puedas profundizar un poco más sobre este tema, decidí traducirlo y compartirlo en español (no lo encontré en la versión en español de Yoga Journal). Eso sí, es muy importante recordar que, esta es una versión sencilla de la historia del yoga en EE.UU., por lo que vale la pena leerla con una mirada crítica de la misma.

El texto original lo encuentras en: yogajournal.com/yoga-101/yogas-trip-america/

Cronología de la historia del yoga en América

Por Holly Hammond

Descubre cómo es que el yoga encontró un hogar en Estados Unidos gracias a estos pioneros del yoga.

Yoga a finales del siglo XIX

Swami Vivekananda fue la primera persona en traer el yoga a América

“En Estados Unidos está el lugar, la gente, la oportunidad para todo lo nuevo”, escribió Swami Vivekananda antes de dejar la India en 1893. Vivekananda había aprendido de su gurú, Sri Ramakrishna, que las religiones del mundo “son sólo varias fases de una misma religión eterna” Y esa esencia espiritual podría transmitirse de una persona a otra. Por lo mismo. se dispuso a llevar esa transmisión a Estados Unidos.

Su primer discurso fue en el Parlamento Mundial de Religiones en Chicago. “Hermanas y hermanos de América”, comenzó, y la audiencia se puso de pie, dándole una ovación de pie.

Nuestra historia de amor con Oriente nació, y así comenzó un flujo constante de ideas orientales que fluían hacia el oeste.

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Yoga en la década de 1920

Paramahansa Yogananda escribió el primer clásico espiritual moderno

En 1920, Paramahansa Yogananda se dirigió a una conferencia de liberales religiosos en Boston. Fue enviado por su gurú, el eterno Babaji, para “difundir el mensaje del kriya yoga en Occidente”.

Aunque sus primeras obras tenían títulos poco prometedores como Recargar la batería de su negocio con el cosmos, su Autobiografía de un yogui de 1946 sigue siendo un clásico espiritual.

Estados Unidos impuso una prohibición de la inmigración de India

En 1924, el servicio de inmigración de los Estados Unidos impuso una cuota a la inmigración india, lo que hizo imposible que los orientales viajaran a Estados Unidos. Los occidentales se vieron obligados a viajar a Oriente si buscaban enseñanzas yóguicas.

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Yoga en la década de 1950

Theos Bernard escribió un importante libro de consulta sobre yoga

Theos Bernard regresó de la India en 1947 y publicó Hatha Yoga: The Report of a Personal Experience (hatha Yoga: El Reporte de una Experiencia Personal). Fue un libro de consulta importante para el yoga en la década de 1950 y todavía se lee ampliamente en la actualidad.              

Indra Devi abrió un estudio de yoga en California

Ese mismo año, Indra Devi abrió un estudio de yoga en Hollywood. Sus tres libros populares se convirtieron en el libro de cabecera de las amas de casa, desde Nueva Jersey hasta Texas.

Ella fue la primera occidental en estudiar con Sri Krishnamacharya y la primera en traer su linaje a Occidente. Sri Krishnamacharya se convirtió en el abuelo del yoga estadounidense; sus estudiantes incluyeron también a B.K.S. Iyengar, Pattabhi Jois y T.K.V. Desikachar.

Richard Hittleman fue pionero en el yoga en la televisión

La persona que introdujo el yoga a más estadounidenses fue Richard Hittleman. Y es que, en 1950 regresó de sus estudios en la India para enseñar yoga en Nueva York.

No solo vendió millones de copias de sus libros y fue pionero del yoga en la televisión en 1961, sino que también influyó en cómo se enseña el yoga desde entonces.

Aunque fue alumno del sabio Ramana Maharshi y un yogui muy “espiritual”, presentó un yoga no religioso para la corriente principal estadounidense, con énfasis en sus beneficios físicos. Esperaba que los estudiantes estuvieran motivados para aprender la filosofía del yoga y la meditación.

La familia Baptiste comienza su dinastía

El yoga se estableció en la costa oeste a mediados de los años 50 con el estudio de Walt y Magana Baptiste en San Francisco. El padre de Walt había sido influenciado por Vivekananda, y Walt y Magana eran estudiantes de Yogananda. La dinastía del yoga familiar continúa hoy con sus hijos, Baron y Sherri.

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Yoga en la década de 1960

Swami Vishnu-devananda abre una de las redes más grandes de escuelas de yoga

En 1958, Swami Vishnu-devananda, de origen indio y discípulo de Swami Sivananda Saraswati, llegó a San Francisco, patrocinado por el artista Peter Max.

Su libro de 1960, The Complete Illustrated Book of Yoga, se convirtió en una guía esencial para muchos practicantes. Apodado por un colega como “un hombre con un empujón”, fundó los Centros Sivananda Yoga Vedanta, con sede en Montreal, una de las redes de escuelas de yoga más grandes del mundo.

La meditación trascendental se extiende por todo Estados Unidos

La meditación y el yoga explotaron en todo Estados Unidos a principios de los años 60, cuando un yogui de aspecto modesto “salió del Himalaya para regenerar espiritualmente el mundo”. El imperio de Meditación Trascendental de Maharishi Mahesh Yogi ahora cuenta con 40,000 maestros y más de cuatro millones de practicantes, con 1,200 centros en 108 países.

B.K.S. Iyengar influye en cómo vemos la anatomía

En 1966 Light on Yoga (Luz Sobre el Yoga) de B.K.S. Iyengar se publicó en los Estados Unidos, un libro que todavía se considera la Biblia de la práctica seria de asanas. En 1973, Mary Palmer (madre de Mary Dunn) invitó a Iyengar a Ann Arbor, Michigan para enseñar. Casi todos los maestros occidentales han sido influenciados por su énfasis en la precisión anatómica, muchos sin siquiera saberlo.

Estados Unidos eliminó la prohibición de inmigración india

Una revisión de 1965 de la ley estadounidense eliminó la cuota de 1924 sobre la inmigración india, abriendo nuestras costas a una nueva ola de maestros orientales.

Kirpalu abre sus puertas

En 1966 Amrit Desai fundó la Sociedad de Yoga de Pensilvania, y más tarde Kripalu Yoga Ashram.

Swami Rama rompe terreno médico

Swami Rama sorprendió a los investigadores de la prestigiosa Fundación Menninger en 1970 cuando las pruebas mostraron que podía controlar las funciones de su sistema nervioso autónomo, incluidos los latidos del corazón, el pulso y la temperatura de la piel.

Swami Satchidananda abre el Festival de Woodstock

En 1966, Swami Satchidananda, otro de los discípulos de Swami Sivananda, llegó a Nueva York por un par de días y terminó quedándose definitivamente. Su Instituto de Yoga Integral ahora incluye un ashram en la zona rural de Virginia y más de 40 sucursales en todo el mundo.

Satchidananda inauguró el festival de Woodstock en 1969, haciéndose eco del saludo que Vivekananda dio 75 años antes: “Hermanas y hermanos de América”. Con aspecto de un hippie envejecido, con cabello y barba sueltos, proporcionó un ejemplo vivo de una vida dedicada al espíritu. Era precisamente lo que ansiaban muchos jóvenes.

Ram Dass comienza una búsqueda espiritual

Ram Dass se convirtió en otro flautista (mágico) para la juventud estadounidense. El ex profesor de Harvard partió en peregrinación a la India a finales de los 60 como Richard Alpert; regresó con un gurú y una nueva identidad. Su gira de 1970 por los campus universitarios y su libro Be Here Now (Se aquí y ahora) establecieron la búsqueda espiritual como un estilo de vida para una nueva generación de buscadores.

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Yoga en la década de 1970

En los años 70 se podía encontrar yoga y enseñanzas espirituales en todas partes.

Baba Hari Dass ofrece programas residenciales

Cerca de Santa Cruz, California, el sabio silencioso Baba Hari Dass fundó Mount Madonna para ofrecer programas de yoga residenciales.

Pattabhi Jois expone Ashtanga-Vinyasa yoga a Estados Unidos

En 1975 Pattabhi Jois hizo su primera visita a los Estados Unidos y provocó el “incendio forestal” de Ashtanga-vinyasa Yoga.

T.K.V. Desikachar trae Viniyoga a Occidente

Casi al mismo tiempo, T.K.V. Desikachar, hijo del gran maestro Sri Krishnamacharya, trajo su Viniyoga a Occidente.

Yoga Journal publica su primer número

Y en 1975 se publicó el primer número de Yoga Journal: se juntaron $ 500 para imprimir y distribuir 300 copias mecanografiadas. Los fundadores —Rama Jyoti Vernon, Rose Garfinkle, Judith e Ike Lasater, Jean Giradot, Janis Paulsen y William Staniger— no se dieron cuenta de que su modesta publicación se convertiría en la revista de referencia del yoga en Occidente.

Como Yoga Journal expresa nuestra gratitud a todos aquellos pioneros que plantaron las semillas del yoga en el suelo de Estados Unidos.

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[1] Y más allá de tenerse conocimiento, por el poco acceso que se tenía a los libros sánscritos en Occidente, es muy probable que sí haya sido el primero.