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8 consejos para mejorar tu flexibilidad

¡Yo no hago yoga porque no soy flexible! Una de las más grandes mentiras que escuchamos todos los yoguis y yoguinis cuando platicamos sobre nuestra pasión. Y digo mentira, porque nadie (o casi nadie) nace siendo flexible. Claro, quienes empiezan con su práctica más jóvenes no tendrán ningún problema en generar flexibilidad y progresar en las posturas rápidamente; mientras que, quienes empezamos a practicar más grandes, siempre tendremos problemas para generar flexibilidad. Pero no te asustes, eso no quiere decir que no podrás ganar flexibilidad y dominar todas las posturas de yoga. Solo es cuestión de que seas constante en tu práctica, y de que sigas nuestros 8 consejos para mejorar tu flexibilidad.

1. La flexibilidad está en la mente

Sri K Pattabhi Jois, considerado el fundador del Ashtanga yoga, solía decir a sus alumnos que “El cuerpo no está rígido. La mente está rígida.” (Body is not stiff. Mind is stiff) Una afirmación que podría resultarte falsa cuando tratas de tocarte los dedos de los pies y sientes que aún te faltan 10 metros para lograrlo. Pero si tomas en cuenta que, la mente controla a nuestro cuerpo, la afirmación empieza a tener sentido. Al momento de trabajar con tu flexibilidad corporal, recuerda que, aunque parezca que eres físicamente incapaz de lograr una postura, el cuerpo se va irá adaptando, generando la fuerza y la flexibilidad para lograrlo. ¡Simplemente no te pongas una barrera mental!

2. Disciplina, disciplina, disciplina

La disciplina y la constancia son las dos cualidades que te ayudarán a progresar en cualquier aspecto de la vida. Para poder avanzar en tu práctica de yoga, y ganar flexibilidad, debes de realizar una práctica constante. Si eres principiante basta con que realices unas 3 o 4 sesiones de entre 30 y 40 minutos a la semana, y si ya tienes un poco más de condición, puedes realizar 5 o 6 sesiones de entre 60 y 90 minutos (incluyendo meditaciones, calentamiento y enfriamiento).

3. Estira por las mañanas

Al momento de despertar, nuestro cuerpo siempre se encuentra más tieso. ¡Es un momento ideal para estirarlo! Seguramente notarás que no logras alcanzar la postura tan fácilmente como en las tardes (cuando el cuerpo está más suelto), pero al estar más tieso, generarás mucha más elasticidad. Eso sí, no debes de realizar estiramientos de golpe, debes hacerlo poco a poco, calentando bien todo el cuerpo.

4. Trabaja todo tu cuerpo

Toma en cuenta que todos nuestros músculos están conectados entre sí, algunos de manera literal que otros. Por lo mismo, si quieres abrir la cadera intensamente, como si quisieras alcanzar un Hanumanasana o un Standing Split, no debes solo enfocarte en la cadera e isquiotibiales, debes de trabajar todo el cuerpo; a fin de cuentas, una buena apertura de caderas requerirá un buen estiramiento en la espalda.

5. Estira varias veces al día

Con esto no nos referimos a que realices varias clases de yoga al día, nos referimos a realizar pequeñas pausas activas en nuestro día a día. Por ejemplo, si pasas todo el día sentado frente a la computadora, tomate unos 5 minutos cada hora o cada dos horas y dedícalos a estirar brazos, piernas y espalda. No tienes que hacer estiramientos intensos, simplemente pequeños ejercicios que te ayuden a relajar el cuerpo.

6. No te esfuerces demasiado

Sabemos que quieres estirar y estirar, para lograr esa postura perfecta. Y para alcanzarla debes de trabajar con mucha constancia y pasión. Pero pasión no es sinónimo de exageración. Toma en cuenta que debes de trabajar a tu nivel, y debes progresar poco a poco. Debes aprender a reconocer las sensaciones del cuerpo y reconocer cuándo se trata de un dolor que puede desembocar en una lesión y cuando es un dolor que surge del estiramiento; debes evitar las lesiones a toda costa, porque una lesión podría retrasar tu camino por muchos días, meses o años.

7. Descansa lo necesario

Al igual que con el punto anterior, debes saber que el descanso es fundamental para la flexibilidad. Debes permitirte unos días de descanso a la semana (mínimo uno) para que tus músculos se recuperen del esfuerzo que estás realizando. El descanso no solo evitará lesiones, sino que te ayudará a profundizar los estiramientos cuando los retomes.

8. Aliméntate bien

Aunque quizá no es el punto más importante, siempre debes buscar una buena alimentación. El estiramiento es un ejercicio sencillo, pero que puede generar mucha tensión en músculos, huesos y articulaciones; por lo mismo, vale mucho la pena que consumas alimentos altos en calcio y proteínas. También vale mucho la pena ingerir frutas y verduras, para mantenernos con suficientes vitaminas y minerales. Y, por si fuera poco, debes de mantener tu cuerpo bien hidratado para asegurar el correcto funcionamiento del mismo, y evitar calambres.

Estos son solo algunos consejos que podrían ayudarte a mejorar tu flexibilidad, y mejorar en tu práctica de yoga. Recuerda que lo más importante al momento de trabajar con la flexibilidad de tu cuerpo es tener tus objetivos claros y ser perseverante. No te desanimes si parece que nunca lograrás tocarte los pies, tu continúa practicando y practicando hasta lograrlo. Y, sobre todo, nunca dejes que tu ego te desanime.

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