2.3 Historia del Yoga: Yoga Postural
En la antigüedad, Yoga era una práctica exclusiva, que no todo mundo podía practicar. Y es que, todo el conocimiento de esta práctica, ciencia o cosmovisión se transfería de manera oral, de maestro a alumno, y se daban distintas interpretaciones de los textos clásicos. Por lo que, además de ser una disciplina excluyente, también existía una infinidad de formas de aproximarse al estudio del Yoga. Estas dos limitantes hicieron que la práctica del Yoga se mantuviera hasta cierto punto alejada del día a día del groso de la población.
No fue hasta el siglo XX, que el Yoga evolucionó, por decirlo de alguna forma, permitiendo que todos podamos realizar una práctica de Yoga, profundizando al nivel espiritual que lo deseemos. Todo fue gracias a Tirumalai Krishnamacharya, y otros maestros; un filósofo, académico, sanador y profesor de yoga que profundizó el entendimiento del Hatha Yoga y en la cultura física occidental y ancestral, dando paso a todas las prácticas de Yoga que hoy conocemos.
Si quieres adentrarte en la historia del yoga postural contemporáneo, te recomendamos leer El Cuerpo del Yoga de Mark Singleton.
Vida de Krishnamacharya
Krishnamacharya nació el 18 de noviembre de 1888, en la aldea de Muchukundapuram, en el estado de Karnataka, al sur de la India, dentro de una familia perteneciente a la etnia Iyengar. Según se cuenta, Krishnamacharya desciende del linaje de Nathamuni, un yogui muy respetado del siglo IX. Por lo mismo, su padre lo inició en la filosofía y práctica del Yoga desde los cinco años. Su padre murió antes de que llegara a la pubertad; sin embargo, logró despertar su interés en el Yoga. Por lo mismo, a los 16 años decidió emprender una peregrinación al templo de Nathamuni, donde tuvo una visión, a través de un trance, en la que el maestro yogui (Nathamuni), en la que le transmitió las enseñanzas de un antiguo texto perdido, el Yoga Rahasya; mismo que contenía la esencia de la práctica del Yoga.
A raíz de estas enseñanzas, se mudó a Mysore, donde fue a la universidad. Y posteriormente realizó un viaje por los Himalayas en busca de maestros que le pudieran ayudar a profundizar su conocimiento sobre el Yoga. Durante ese viaje, en una remota cueva cercana a Manasa Sarovar, Tibet, se encontró a Ramamohan Brahmachari, uno de los últimos maestros de Hatha Yoga. Krishnamacharya permaneció con su maestro, y sus tres hijos, durante siete años en los Himalaya. Durante ese tiempo estudio las Ásanas, Pranayamas y los Yoga Sutras; además de que profundizó sobre los aspectos terapéuticos del Yoga, permitiéndole adaptar la práctica a las necesidades de cada cuerpo.
Al terminar sus estudios, Brahmachari le pidió a Krishnamacharya que regresara a Mysore y compartiera sus conocimientos, permitiendo una práctica de Yoga para todo el mundo, adaptada para el ciudadano común. En 1924, el Maharaj de Mysore lo invitó a abrir la primera escuela de Yoga en el palacio, con la finalidad de revivir el Yoga. Y, durante su estancia en el palacio, Krishnamacharya encontró el Srittvanidhi, un manual de Yoga del siglo XIX en el que se describe el primer sistema de posturas, bien desarrollado; incluyendo varias de las posturas que se utilizan en la actualidad. También encontró varios manuales y artilugios de gimnasia, con los que desarrollo diferentes posturas y técnicas que hoy conocemos, como el Chaturanga Dandasana y el Lolasana.
Pensamiento de Krishnamacharya
Aunque Krishnamacharya decía que el Yoga no se encuentra en los textos, se basó firmemente en las enseñanzas de Patañjali. Llegando a la conclusión de que el Yoga es al mismo tiempo antiguo y moderno; un arte dinámico y creativo que se adapta al tiempo, lugar, cultura y cuerpo de quien lo practica. El Yoga es para todos y su práctica debe centrarse en la persona (capacidades, cuerpo, experiencia, etc.) y no la persona en su práctica. Incluso, llegó a decir que Yoga es la manera en la que se hace, más allá de lo que se hace[1].
En cuanto a la práctica física del Yoga, a través de las posturas. Krishnamacharya comenta que son la manifestación de nuestra energía de vida y que, lo que realmente importa es nuestra devoción hacia el despertar de esta energía, expresándola en forma física. Además, introdujo las Vinyasas, o series
Por lo mismo, afirmaba que lo que hace que algo sea Yoga es la manera en la que se hace, más allá de lo que hace. Bajo esta idea, también aseguraba que el Yoga es para todos, lo que lo convierte en una disciplina universal.
Krishnamacharya decía que el yoga es tanto. Esto, porque es un arte dinámico que se adapta al tiempo, lugar, cultura y cuerpo de quien lo practica; y es que, el Yoga es para todos. Por lo mismo, en su escuela de Mysore adaptaba las prácticas a las necesidades de todos sus alumnos, permitiendo que el Yoga fuera accesible a todos.
2.0 Historia del Yoga
2.1 Yoga Clásico y los Sad-Dharsanas
2.2 Literatura Clásica del Yoga
2.3 Yoga Moderno
2.4 Llegada a Occidente
[1] Por lo que, incluso, tejer podría considerarse Yoga, si se logra alcanzar cierto nivel de concentración o meditación
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