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La historia y simbolismo detrás de Bharadvajasana

Aunque Bharadvajasana, también conocida como la Torsión de Bharadvaja, es una postura de yoga poco común en los estudios de yoga, es un asana importante dentro de la mitología del yoga. Y es que, además de contar con un buen número de variaciones, la postura está dedicada a Bharadvaja (Bharad Vāya, भरद्-वाज) uno de los Sapta Rishis (सप्तर्षि), o siete sabios mencionados en la literatura clásica hinduista.

Bharadvasha fue un renombrado sabio del periodo védico (fines del II a mediados del I milenio a. C.), hijo de Bṛhaspati (padre) y Mammata (madre), nieto del rishi Anguirasa y, por ende, bisnieto del dios Brahmá. Se le considera (en varios textos) como padre del bráhmana (Brahmán, o casta sacerdotal). Además, es el padre de Droṇācārya, uno de los personajes principales del Mahabharata e instructor de los Pandava y los príncipes Kaurava.

Junto a su familia de discípulos, Bharadvasha es considerado el autor del sexto libro del Rigveda, un antiguo compendio de textos canónicos del hinduismo. Además, según el Charaka Samhita (texto sánscrito de medicina Ayuvédrica) Bharadvaja aprendió ciencias médicas directamente del dios Indra; tras suplicarle su ayuda, pues “la mala salud estaba interrumpiendo la capacidad de los seres humanos para continuar su viaje espiritual”.

Bharadvasha y el Ramayana

El Ramayana (Rāmāyaṇa, रामायणम्), texto épico de la literatura india clásica, cuenta que, cuando el Señor Rama (héroe del Ramayana y una encarnación de Vishnu, el dios preservador) fue exiliado al bosque, junto a su esposa Sita y su hermano Lakshman, encontró refugio en los hogares, o gurukulam[1]. Y, el primer sabio en recibir a Rama fue Bharadvaja; un hombre que vivía en el bosque practicando las austeridades junto a su familia de discípulxs.

Bharadvasha era un gran devoto al dios Vishnu, por lo que se dedicó durante años a la meditación, la contemplación y la austeridad. Además, todos los días practicaba los rituales de arghya y padya, mismos que consisten en lavar las manos y los pies de la deidad elegida; esto, mientras visualizas que la representación o estatua es el mismo dios.

Fue así que, un día, mientras Bharadvasha se encontraba preparando el ritual del lavado de manos y pies; llegaron Rama, Sita y Lakshman a la gurukula. Al encontrarse con uno de los discípulos del sabio, Rama le pidió que le avisara a su maestro que “Rama, hijo de Dasaratha, se encuentra al borde del bosque”. Al enterrarse de la noticia, Bharadvaja corrió a encontrarse con Rama y darle la bienvenida a su hogar.

He estado practicando austeridades todos estos años con la esperanza de ver al Ser Supremo, ¡y ahora has venido! Te conozco. He meditado en ti toda mi vida. Eres Paramatman, el más alto de lo alto en forma humana, el… ¡Ni siquiera sé cómo llamarte! Todo lo que sé es que tengo la bendición de conocerte, mi Señor, mi Señor “. Exclamó el sabio mientras se postraba a los pies de Rama.

Bharadvasha les brindó asilo a los forasteros. Y ese día, el sabio descubrió que todos esos años de visualizarse lavando los pies del Ser Supremo, de su dios, lo habían llevado a la oportunidad de rendirle tributo a la divinidad en persona.

La postura de Bharadvajasana

Bharadvaja visualizó lavar los pies y las manos de Vishnu todos los días como parte de sus devociones. Lo imaginó en detalle, con devoción, todos los días, durante mucho tiempo, y en su vejez, el objeto de su devoción se manifestó. Es así que, la postura de Bharadvajasana busca enseñarnos la importancia de la devoción y la visualización. Y es que, estas pueden convertirse en grandes aliadas de tu práctica de yoga.

Cuando empiezas con tu práctica de yoga, es probable que no logres alcanzar las versiones más completas o complicadas de este asana, por muy sencillo que se vea. Por lo mismo, deberás empezar a practicarla con variaciones más sencillas (o restaurativas); pero, al momento de realizarlas deberás entregarte a la postura (con toda tu devoción) y visualizarte alcanzando las versiones más complejas de la misma. De esta forma, con el tiempo, lograrás alcanzarlas.

Pero la devoción (a tu cuerpo y las posturas) y la visualización no deben de acabarse al soltar Bharadvajasana. No, estas dos herramientas las debes llevar a toda tu práctica para ayudarte a alcanzar cualquier postura. Por ejemplo, si quieres lograr Sirsasana (Parado de Cabeza), pero por más que lo intentas no logras subir las piernas o tiemblas mucho al subir.

¡La visualización te puede ayudar! Ensaya mentalmente los movimientos para entrar en la postura y visualízate manteniendo la postura todo el tiempo posible; imagina los movimientos y las sensaciones que surgen en los músculos, tu respiración relajada y natural y cómo es la visión del mundo de cabeza. Poco a poco, y con tu práctica constante, podrás alcanzar la postura de manera natural.

Pero la devoción y la visualización también te serán útiles en el día a día. Recuerda que el yoga se practica dentro y fuera del tapete; por lo que, la devoción y la visualización (y en especial esta última) te serán muy útiles en tu vida.

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[1] Plural de Gurukula (गुरुकुल), se podría traducir como la familia o casa del gurú; y se refiere al lugar en el que vive el gurú e imparte su conocimiento a sus discípulxs.

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