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Makyo: El Lado Obscuro de la Meditación

Empecé a profundizar mi práctica de yoga hace unos seis años y, con ella, empecé a adentrarme en la meditación y el mindfulness. La verdad es que, la meditación empezó a ayudarme mucho desde el principio, pues gracias a ella pude canalizar mejor el estrés del trabajo. Tiempo después, pasé por una situación personal que pudo ser muy dura, pero logré sobrellevarla gracias a la meditación y al establecerme un Sankalpa (intención) personal en el día a día.

Hasta ese entonces, la meditación había traído grandes beneficios para mi salud mental. Y, si yo estaba disfrutando de los beneficios de la meditación… ¡todo mundo puede disfrutarlos! Sin embargo, cuando platicaba con amigxs sobre la meditación, escuché en varias ocasiones algo como “yo no medito, porque no quiero enfrentarme a mis demonios”. Me comentaban que, si al meditar te enfocabas en tu interior, era lógico que tus demonios saldrían a flote. Una afirmación ligeramente razonable, aunque nunca hayan meditado.

Entrar en la oscuridad ciega que adoran a Avidyâ (ignorancia y engaño); caen, por así decirlo, en una mayor oscuridad que adoran a Vidyâ (conocimiento). – Pattabhi Jois (Yoga Mala)

Pero la finalidad de la meditación es sentarte y dejar de pensar, enfocándote en cómo se siente tu cuerpo (física y anímicamente), sin detenerte a observar los pensamientos; y, si no observas los pensamientos, y los demonios surgen del pensamiento… ¿Cómo es posible que surjan tus demonios?

No fue hasta principios del 2020, el año de la pandemia, que entendí lo que decían de los demonios que surgen con la meditación. Después de una intensa clase de Vinyasa Yoga con mi maestra favorita, mientras meditaba en Savasana, Postura del Cadáver, empezaron a surgir los demonios. No fue realmente un pensamiento el que me atrapó, fue más bien un sentimiento. Empecé a notar los sentimientos que estaban ahí y que no había buscado ver. Llegó un vacío, un sentimiento de soledad a pesar de estar acompañado. Una sensación que empezó a convertirse en ansiedad.

Así pues, la mente es creadora y destructora. Por un lado la mente nos crea y por el otro nos destruye. Deben decirle al lado destructivo de la mente que se quede callado, y entonces podrán aprender. – BKS Iyengar (El Árbol del Yoga)

Tuve que parar la meditación. Prestarles atención a mis pensamientos. Buscar cuál fue el detonante de ese vacío. No encontré nada, pero pude empezar a controlar esa ansiedad. Terminando la clase, me vestí rápido y me fui a casa. Ese día aprendí que, aunque la meditación si puede enfrentarte a tus demonios, y terminé abandonando mi práctica por algún tiempo. No quería volver a sentir eso que sentí aquel día.

Makyo, el enemigo de la meditación

Llegó la pandemia, y con ella el encierro. Todas las personas nos vimos obligadas a buscar nuevas maneras de enfrentarnos a la nueva realidad. En mi caso, decidí retomar la meditación para enfrentarme al encierro. Pero, no solo retomé la meditación como tal, sino que me puse a investigar un poco sobre lo que pasó en aquel momento.

La causa de las enfermedades es, según el yoga, la fluctuación de la mente o chitta.- BKS Iyengar (El Árbol del Yoga)

Makyo es el término que se usa en el Budismo Zen para autoengaño que resulta de aferrarse a la experiencia del mundo de la ilusión, o el mundo en el que vivimos. Este engaño surge durante la meditación y se manifiesta distorsionando los sentidos y las sensaciones que surgen dentro de nosotrxs. Puede manifestarse con algo muy sencillo como el vacío o la soledad, o puede manifestarse con sonidos o visiones. Es una especie de trance en el que podemos entrar, pero que nos lleva por todo tipo de caminos desagradables.

 El término Makyo (魔境) es la conjunción de las palabras ma, que significa diablo, y kyo, que se refiere al mundo objetivo o de ilusión; y suele traducirse como “cueva del diablo”, una cueva que nos conduce por los caminos del lado obscuro, sumergiéndonos en la depresión, la ansiedad y muchos otros males. Literalmente es el camino que eligió Anakin Skywalker para convertirse en un Sith.

Así, sentándose en estado de meditación y meditando con devoción, el alma halla finalmente su genuino descanso sumida en mí. – Krishna (Bhagavad Gita)

Si nos enfrentamos al Makyo durante la meditación, podríamos únicamente sentir una ligera ansiedad o depresión momentánea (como fue mi caso). Sin embargo, el gran problema el Makyo es que suele presentarse ante nosotrxs como si fuera el Kenshō, o la ver la verdadera naturaleza. Y, si dejamos que el Makyo se apodere de nuestro Ser (entendiéndolo como nuestra conciencia o alma), podríamos llegar a sumergirnos en una terrible depresión o ansiedad… incluso, podría detonarnos algún episodio psicótico.

Por otro lado, Willoughby Britton, psiquiatra y profesora de Psiquiatría de la Universidad de Brown, y Jared Lindahl, profesor de Estudios sobre la Religión del mismo instituto, junto a otrxs científicos, realizaron el estudio The varieties of contemplative experience: A mixed-methods study of meditation-related challenges in Western Buddhists (Las variedades de la experiencia contemplativa: un estudio de métodos mixtos de los desafíos relacionados con la meditación en los budistas occidentales). Tras el estudio, lxs investigadorxs concluyeron que existen unos 59 síntomas negativos relacionados a la meditación. Todos estos síntomas fueron clasificados en siete dominios para abordarlos con mayor minuciosidad, organizándolos en los siguientes campos: cognitivo, perceptivo, afectivo, somático, autoconsciente, conativo y social. Todos esos síntomas, son parte de lo que los budistas podrían llamar Makyo.

La mente tiene dos lados: puede ser muy útil y puede crear grandes problemas. Puede ayudaros a resolver nuestros problemas, o puede perturbar y encerrar a las personas. – TKV Desikachar (Freud & Yoga)

Ahora, las consecuencias de caer en este engaño de la mente no son un simple ataque de pánico o ansiedad, o una depresión pasajera. No, de hecho, existen varios casos documentados en los que, personas que han entrado de lleno en la meditación (sin ningún tipo de guía, o entrando de forma directa en la misma) han terminado en instituciones mentales debido a una severa depresión o por prolongados periodos de psicosis. ¡Pero no te espantes! Son casos muy contados, en comparación de todas las personas que meditan a diario, y todos ellos se han manifestado en personas con condiciones previas de problemas mentales.

¿Qué se puede hacer ante el engaño del Makyo? Los maestros budistas comentan que se debe de detectar este engaño y afrontarlo, buscando sus causas y evitando que pueda lastimarnos; pues, si solo lo ignoramos, podríamos caer en el abismo del mismo Makyo.

La mente (manas) es de la naturaleza de la última partícula (paramāṇu) y su naturaleza es fluctuar (cañcala). Aunque podemos conocer nuestro cuerpo y sus cualidades, no podemos saber fácilmente qué es la mente. – Tirumalai Krishnamacharya (Yoga Makaranda)

Para este punto, sigo pensando que, la meditación es para todo el mundo y que, esta puede ayudarnos a todxs a mantener una buena salud mental. Sin embargo, creo que es importante ir introduciéndose en la meditación poco a poco para poder aprender a identificar las sensaciones que surgen cuando cesan nuestros pensamientos y evitar caer en el engaño el Makyo. Además, en caso de tener alguna condición previa de depresión, o de alguna enfermedad mental, es importante que se realice la meditación acompañada de terapia psicológica y/o psiquíatrica.

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