La Rebelión de los Sannyāsīs, la guerrilla de los yoguis contra el imperio británico
Hoy en día se nos vende la idea de que los yoguis son personas de luz que viven en paz con su entorno y todos los seres que los rodean. ¿Y como no serlo si Patañjali afirma que se debe de seguir el principio de Ahimsa, o No-Violencia, para poder seguir el camino del yoga? De hecho, este concepto es el que ha llevado a un gran número de yoguis y yoguinis occidentales a abrazar el vegetarianismo o el veganismo como una forma de no dañar a los animales. Pero antes de que el yoga se occidentalizara por completo, la idea que se tenía de los yoguis era muy diferente; y es que, durante dos o tres siglos, los yoguis, y en especial los Hatha yoguis, fueron considerados como seres violentos y bárbaros. Es por eso, que, durante muchos años, y hasta inicios del siglo XX, el Hatha Yoga se consideró como algo burdo e indigno. ¿Por qué?
Esto se debe a lo que hoy conocemos como La Rebelión de los Sannyāsīs, una especie de revolución (o lucha de independencia) protagonizada por renunciantes hindúes y musulmanes (faquires) que tuvo lugar en Bengala, India, a finales del siglo XVIII. No existe un consenso académico en el que se aclare por completo cuales fueron los eventos que detonaron la Rebelión de los Sannyāsīs, también llamada Rebelión de los Monjes; sin embargo, lo que sí se sabe, es que esta rebelión tuvo una fuerte repercusión en el gobierno británico y en la imagen de los mismos renunciantes; en palabras del historiador R.C. Majumdar
La Rebelión de los Sannyāsīs fue una de las más formidables (revueltas) que los ingleses tuvieron que enfrentar casi al principio de su reino en Bengala. El movimiento se inició con las actividades antibritánicas de dos grupos diferentes, Sannyāsīs hindúes y faquieres musulmanes, pero ganaron ímpetu debido al apoyo que les dio el campesinado hambriento, los zamindares desposeídos y los soldados desbandados. Es difícil determinar el motivo que llevó a los dos grupos religiosos hacer incursiones casi anuales en Bengala desde 1763 en adelante. Después de la gran hambruna de 1770 sus actividades aumentaron, y el infortunio económico hizo que un gran número de personas se unieran a los Sannyāsīs y desafiaran a la administración británica recién establecida.
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Como lo explica Majumdar, no se conocen a ciencia cierta los motivos por los que los religiosos se levantaron en armas contra los británicos, pero se cree que todo inició a mediados del siglo XVIII después de que se firmara el tratado de Allahabad (Treaty of Allahabad), el 16 de agosto de 1765, entre el emperador mogol[1], Shah Alam II, y Robert Clive, de la East India Company (Compañía de las Indias Orientales), tras la batalla de of Buxar, donde participaron varios Sannyāsīs y faquieres, del 23 de octubre de 1764. Este tratado marca, de manera oficial, el inicio del gobierno británico en la India. Este acuerdo le otorgó a la Compañía de las Indias Orientales los derechos Diwani, o el derecho a recaudar impuestos[2] en nombre del Emperador de la provincia oriental de Bengala-Bihar-Orissa; permitiendo que la Compañía se quedara con el excedente, por lo que el impuesto se elevó.
En aquél entonces, los Sannyāsīs (eran principalmente faquires musulmanes) solían realizar un peregrinaje anual a diferentes regiones de Bengala y en el camino cobraban pequeñas contribuciones semivoluntarias a los zamindares[3] locales y a los campesinos ricos. En un principio, los contribuyentes buscaron la manera de evitar el pago de la renta/impuestos a la Compañía de las Indias, aclarando que se acercaba la peregrinación anual y, por lo mismo, solicitaban ser exentos del pago. Pero el gobierno británico no estuvo de acuerdo con las solicitudes, y más bien trató de poner a los campesinos y aristócratas en contra de los Sannyāsīs.
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La tensión entre gobierno y ascetas empezó a crecer poco a poco. Los renunciantes empezaron a organizarse y agruparse. El 30 de noviembre de 1770, el general Barker mandó una carta al presidente del Comité Selecto en la que hablaba de una “asamblea de 10,000 sannyasi-faquires armados en Benares, quienes tenían la intención de pasar por Bihar y Bengala“. El gobierno claramente empezó a tener miedo de los monjes; por lo mismo, en 1771 mandó ejecutar a 150 monjes sin motivo aparente[4]. Ante este acto, en 1772, Majnu Shah (faquir) mandó una carta a Rani Bhabani, considerada la Reina de Natore[5], en la que habla sobre la larga tradición del peregrinaje de los madaris por Bengala y quejándose de la matanza que tuvo lugar el año anterior; además, termina la carta solicitando ayuda:
Anteriormente los faquires mendigaron en grupos separados y sueltos, pero ahora todos estamos reunidos y mendigamos juntos. Desagradados con este método [los ingleses] nos obstaculizaron la visita a los santuarios y otros lugares -esto no es justo. Usted es gobernante del país. Somos faquires que oran siempre por su bienestar. Estamos llenos de esperanza.
Las tensiones siguieron creciendo, hasta que faquires y sannyāsīs empezaron a sublevarse en diferentes batallas, durante varios años. De forma paralela, diferentes grupos de ascetas empezaron a realizar actos de bandolerismo en contra de los comerciantes ingleses que buscaban exportar materia prima de la India y hubo otros grupos de renunciantes que decidieron participar en las revueltas tomando un papel de mercenarios, luchando por el bando que les pagara mejor.
Por su parte, los británicos decidieron que debían crear una imagen negativa de los Sannyāsīs y de los Faquires. Por lo mismo, empezaron a enviar generar crónicas y documentos en los que se hablaba del carácter agresivo y mendigante de los ascetas. Esta imagen siguió presente incluso después de que la Rebelión había terminado, incluso W.W. Hunter afirmó, en 1869, que los Sannyāsīs eran badidos, merodeadores y saqueadores, en Annals of Rural Bengal. Esto ocasionó que los Sannyāsīs y Faquieres fueran vistos como parias sociales, relegándolos por completo.
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¿Y esto qué tiene que ver con el Hatha Yoga? Hay que entender que no es lo mismo Brahmán que Sannyāsī. El primero es miembro de una casta sacerdotal, que nació en cuna de familia brahmana y que, por lo mismo, es considerado como uno de los ciudadanos más importantes (y que estaban de acuerdo, en general, con el régimen británico); el segundo es una persona, cuya casta es indiferente, que decide llevar una vida de renuncia para poder alcanzar la liberación de los ciclos de renacimiento, muchas veces a través del yoga.
En aquél entonces, el grupo de yoguis más importante eran los Nath Yoguis[6]. Esta secta de Sannyāsīs, por llamarlos de alguna forma, fue una de las más activas durante la rebelión; y ellos practicaban el Hatha Yoga tradicional como camino para alcanzar la iluminación y liberarse. Por ende, se empezó a ver mal la práctica del Hatha Yoga. Además, tras el fin de la rebelión, los viajeros empezaron a exotizar la práctica que veían, pues solo apreciaban a faquires y yoguis adoptando posturas complicadas o dolorosas durante varias horas como manera de ofrecer una penitencia o la práctica. Además, empezaron a verlos como salvajes mendigantes, pues solían (especialmente los yoguis) cubrirse de cenizas y pasearse desnudos por las urbes.
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Esto creó una imagen negativa de la práctica del Hatha Yoga ante el mundo occidental; al ser quienes dictaban la cultura, esta imagen se empezó a permear incluso entre los académicos y sacerdotes indios, incluyendo a la casta Brahmán. Vivekananda fue una de todas las personas que fueron influenciadas por estas ideas sobre el Hatha Yoga; por lo mismo, durante sus conferencias y talleres en Occidente se dedicó a hablar mal sobre la práctica del yoga tántrico[7] y se enfocó únicamente en hablar sobre el Raja Yoga Patañjálico[8].
En conclusión, aunque el concepto de Ahimsa se encuentra presente tanto en el Hatha Yoga de los Nath, como en el Raja Yoga de Patañjali, esto no implica una inacción ante la injusticia; de hecho, en el Bhagavad Gita, Krishna le pide a Arjuna que entre en batalla (contra su propia familia) para acabar con el conflicto, y le comenta que la violencia en la batalla es válida, siempre y cuando todas sus acciones (dentro y fuera de batalla) las dedique al mismo Krishna[9]. En ese caso, sí, los yoguis fueron partícipes de un periodo violento. Y, por el otro lado, este mismo periodo violento fue el que hizo que el yoga, y en especial el Hatha Yoga, fuera mal visto ante la sociedad india y occidental (concepto que después cambiaría, tras el boom del yoga en Occidente).
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[1] El Imperio mogol, Imperio mogol de la India o Gran Mogol fue un poderoso estado túrquico islámico del subcontinente indio, que existió entre los siglos XVI y XIX.
[2] En este caso, se cobraba una renta por el uso de la tierra donde vivían y trabajaban.
[3] Los zamindar, o zemindar, fueron generalmente aristócratas hereditarios, en lo que actualmente es la India y Pakistán.
[4] Posiblemente solo fue para debilitar al movimiento a través del miedo.
[5] Tomemos en cuenta que, aunque la Compañía tenía el control económico (y en parte político), aún se conservaba la línea de gobierno que se había tenido en la India y alrededores.
[6] Recomiendo mucho leer Radiografía del Hatha Yoga de Adrián Muñoz para ahondar más en los Nath.
[7] Los Nath y su Hatha Yoga es/era de origen tántrico.
[8] Y esta es una de las razones por las que, hoy en día, pensamos en los Yoga-Sutras de Patañjali como el libro más importante para los yoguis y yoguinis contemporáneas.
[9] Y, en este caso, los Nath estaban realizando su levantamiento ofreciendo sus acciones a sus dioses (evitando el karma/dharma), pues se sublevaron para poder continuar con sus rituales.
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