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La estrecha relación entre el Yoga y el Espiritismo

Hace algún tiempo compartí en diferentes grupos de Facebook dedicados al Yoga, el texto “Yoga y Satanismo, los peligros del yoga según la Iglesia Católica”; el post habla brevemente sobre los argumentos que han dado algunos sacerdotes y organizaciones católicas para decir que el Yoga puede alejarnos de Dios y acercarnos al mal; y en el que también se abordaba ligeramente la manera en la que diferentes grupos y personajes, algunos de ellos de corte ocultistas ayudaron a propagar la filosofía y práctica del yoga en Occidente. La publicación fue bastante polémica, pues todo el mundo empezó a defender al yoga (sin entrar a leer el artículo), y aseguraron que el yoga no tiene nada que ver con el satanismo, ni el ocultismo y, curiosamente también mencionaron al, espiritismo. ¡Yoga no tiene nada que ver con el espiritismo! ¿Será? No me quise quedar con la duda, y me puse a investigar la estrecha relación entre el yoga y el espiritismo.

Antes de continuar, es necesario que busquemos entender el contexto de la primera mitad del siglo XIX. Las revoluciones europeas habían acabado con la hegemonía de la Iglesia Católica, lo que permitió que se desarrollaran nuevas ideas filosóficas y que la tecnología diera paso a la Revolución Industrial. Nietzsche no había declarado la muerte de Dios, pero seguramente ya habría estado agonizando en aquél entonces, pues la comunidad intelectual ya no se preocupaba en los seres sobrenaturales y mejor se dedicaban al mundo material, olvidándose de las preguntas fundamentales de la existencia humana. Lxs pensadorxs se habían olvidado de Dios y el alma, pero la gente común seguía buscando entender qué es lo que pasa con nuestra alma al morir.

Ahora viajemos a 1848, especialmente a Hydesville, en el estado de Nueva York. En aquel año se empezaron a escuchar ruidos extraños en la casa de la familia Fox; se escuchaba cómo si alguien o algo estuviera dando pequeños golpes en los pisos y muebles de la casa. Después de algunos días escuchando los ruidos, la madre de familia decidió preguntar: “¿Eres un espíritu? Si es así, da dos golpes”. Se escucharon los dos golpes y, a raíz de eso, empezó a hacer más y más preguntas al espíritu que habitaba la casa. La madre decidió invitar a las y los vecinos de Hydesville, quienes también pudieron escuchar al espíritu. Pronto, la noticia del fenómeno paranormal se había esparcido por todo el mundo, lo que llevó a las y los curiosos a viajar hasta el pequeño poblado para presenciar el fenómeno. Y las hermanas Fox, decidieron aprovechar la oportunidad para hacer negocio con su casa embrujada, cobrando el acceso a las sesiones espiritistas que realizaban; más adelante, empezaron a viajar por todo el país, ofreciendo sesiones de espiritismo.

Gracias a las hermanas Fox, se había comprobado que sí existe la vida después de la muerte, logrando que mucha gente se interesara en investigar a fondo los fenómenos paranormales. A lo largo y ancho del globo surgieron médiums que buscaron encontrar la mejor forma de comunicarse con los espíritus. De pronto, la comunicación no era únicamente a través de golpes, sino que los espíritus podían mover los muebles, aparecerse en fotografías, tomar posesión del cuerpo del médium para hablar o para dejar mensajes escritos[1].

Entre todos esos médiums, quizá el más importante fue Allán Kardec. Este médium no solo se dedicó a realizar sesiones de espiritismo para comunicarse con los muertos, sino que, este médium logró comunicarse con los grandes espíritus, quienes le ayudaron a revelar la doctrina espírita o espiritista. ¿Y esto qué tiene que ver con el Yoga?

Similitudes entre la Doctrina Espírita y el Yoga

Si ya tienes algún tiempo familiarizándote con los términos e ideas del Yoga y después empiezas a leer textos y manuales espiritistas de la época, descubrirás grandes similitudes entre ambas doctrinas. Si quisiéramos enlistar todas esas similitudes, tendríamos que dedicar cientos de páginas al análisis de ambas doctrinas, pero, por lo mismo, solo enlistaremos algunas de las más importantes:

Reencarnación e inmortalidad del alma

El espiritismo surgió de las sesiones espiritistas que buscaban hablar con los muertos; por lo mismo, esta doctrina explica que nuestra alma es inmortal y que, esta irá tomando diferentes cuerpos materiales en un sinfín de vidas. En cada una de las vidas, nuestro espíritu[2] evoluciona más y más, llevándolo a tomar cuerpos de seres más elevado en este planeta o en otro.

Por otro lado, en el Yoga[3] se habla también de la reencarnación, explicando que, en nuestra vida debemos hacer todo lo posible para alcanzar el Iluminación (Samadhi), misma que nos ayudará a alcanzar la Liberación en vida (jivamukti) o después de la muerte. Si al morir, nuestro Karma impide que alcancemos la Liberación (moksha), renaceremos en otro cuerpo. ¿A dónde va nuestra alma tras la liberación? Nuestra alma es parte del Todo/Universo/Dios/Ser/Brahman y, por lo mismo, cuando nos liberamos, esta vuelve a ser parte del Todo.

Prana, Fluido Vital y Magnetismo

Si ya tienes tiempo adentrándote en el mundo del Yoga, seguramente habrás escuchado hablar del Prana; una energía universal[4] o fuerza vital, invisible, que se encuentra presente en todo el universo. Esta fuerza permea a todos los seres vivos, sin importar si son plantas, animales o humanos; es la vida en nosotros[5],  la energía que nos permite vivir. Si nos llegamos a quedar sin Prana, nos quedamos sin vida.

En el Manual Espírita, escrito por Francisco I. Madero bajo el pseudónimo de Bhima, el revolucionario nos habla de un concepto muy similar al del Prana, pero en este caso se llama magnetismo: “El magnetismo es el fluido vital que sirve de intermediario entre el alma y el cuerpo. Cuando este fluido se debilita, sobreviene la enfermedad; cuando se agota, la muerte.”

Moral y la búsqueda del conocimiento

Cuando hablamos de Moral, el espiritismo habla sobre las reglas de las religiones en general, pero se enfoca mucho en el hecho de que debe de buscarse la felicidad más allá de lo material, pues al desencarnar (cuando muere el cuerpo, pero no el espíritu), no podremos encontrar aquello a lo que estábamos acostumbradxs en vida. También nos habla sobre la evolución del espíritu, misma que se puede alcanzar a través del conocimiento; por lo mismo, el espiritualismo nos pide que nos dediquemos fervientemente al estudiar y buscar el conocimiento; pues, al descarnar, nuestro espíritu llegará a la siguiente vida más evolucionado y, aunque no podamos, llevarnos todo ese conocimiento a la nueva vida, sí llegaremos más sabixs y evolucionadxs.

Por otro lado, la doctrina[6] del yoga se enfoca mucho en el desapego. Tenemos que desapegarnos de los placeres mundanos (y, por ende, de todo lo material) para poder alcanzar la liberación, una idea muy similar a la del espiritualismo, pero mucho más compleja en cuanto a la práctica. En cuanto al conocimiento, en el Bhagavad Gita, Krishna explica que existen cuatro caminos del yoga, uno de ellos es el Jñāna yoga, un camino enfocado directamente en el conocimiento.

Siddhis o poderes sobrenaturales

Cuando un yogui logra perfeccionar su práctica y, por ende, consigue dominar al Prana; este adquirirá diferentes Siddhis (literalmente perfección) o poderes sobrenaturales. Existen una gran diversidad de Siddhis, pero los más importantes son: poder reducir o crecer el tamaño del cuerpo, volverse muy pesados o ligeros, poder transportarse en cuerpo y/o mente a cualquier otra parte, dominar a todos los seres vivos, y también lograr que cualquier objeto obedezca las órdenes. También se puede llegar a conocer el pasado, el presente y el futuro, tolerar los efectos de los elementos, así como del veneno, dirigir la conducta de otras personas, mover objetos con la mente etc.

En el caso del espiritismo, se puede decir que, las personas de espíritu evolucionado no solo pueden comunicarse con los muertos y los grandes espíritus; sino que también pueden empezar a manipular la fuerza magnética o el magnetismo que nos da vida. Al lograr esta manipulación, se puede llegar a curar a otras personas en presencia o a distancia (magnetismo), se puede controlar la voluntad de otras personas (hipnotismo), se puede sugestionar a otras personas, se puede transmitir pensamiento a otras personas (telepatía), conocer lo que está pasando en otros lugares a través del sonambulismo (durmiendo) o clarividencia (estando despiertos), trasladarse a otros lugares gracias al desdoblamiento[7], etc.

El espiritismo y la popularización del Yoga en Occidente

Como podrás ver, existen varias similitudes entre la doctrina espiritista y el yoga. De alguna forma, parecería que el espiritismo desciende directamente del yoga (o quizá del hinduismo), pues ambas tienes concepciones muy similares entre sí. Y, si tomamos en cuenta que, según los espiritistas, su doctrina surgió gracias a que los grandes espíritus de Jesús, Krishna, Moisés y Hermes, entre otros, hablaron con los médiums revelándoles la verdad sobre el Universo[8], es muy entendible que ambas doctrinas tengan puntos en común. Pero, más allá de los espíritus, la similitud también tiene mucho que ver con la historia de ambas doctrinas.

Para este punto, debes saber que, Charles Wilkins realizó la primera traducción del Bhagavad Gita al inglés en 1785; para 1801, Abraham Hyacinthe Anquetil-Duperron realizó la primera traducción de los Upanishads al Latín[9]; esa traducción llegó a manos del filósofo del pesimismo alemán, Arthur Schopenhauer, quien publicó El Mundo como Voluntad y Representación en 1818, un libro en el que enaltece la filosofía de los Upanishads[10], abriendo la puerta para que un sinfín de intelectuales se interesaran en los textos, conceptos e ideas de la filosofía oriental. Como sabrás, el espiritismo empezó a gestarse en 1848 y el boom de la doctrina como tal vino unos cuantos años después de que la filosofía de la India empezara a propagarse entre los pensadores de la época. Esta filosofía seguramente llegó a Kardec, quien retomó conceptos de varias religiones, y en especial de las hindúes, para desarrollar su doctrina espírita y publicar El Libro de los Espíritus en 1857. Ese mismo año, Ralph Waldo Emerson publicó el poema Brahma en el primer número de The Atlantic Monthly (hoy conocida como The Atlantic); este poema sería un resumen de la doctrina de los Upanishads, y atrajo el interés (y burlas) del público en general.

Poco a poco, la doctrina del espiritismo empezó a popularizarse en todo el mundo. Un gran número de pensadores y pensadoras se acercaron a la sabiduría de Kardec y el espiritismo, y, de manera natural, también empezaron a acercarse a las ideas y conceptos de la India. Como ejemplo, Francisco I. Madero, reconocido espiritista y presidente de México, se dedicó a estudiar profundizar en su conocimiento de la doctrina espiritista, pero también se adentro fuertemente en la filosofía de la India; fue tanto su interés por las enseñanzas de Krishna, como él las llama, que se dedicó a estudiar el Bhagavad-Gita, realizando una de las primeras traducciones conocidas de este libro al español. Además, definió gran parte de su política nacional en las enseñanzas de Krishna. Para ahondar en este tema, recomiendo leer: El Yoga y la Revolución Mexicana, la influencia del Bhagavad Gita en la política de Francisco I. Madero

Aunque el yoga que practicamos hoy en día se enfoca principalmente en Asana (o posturas), la manera en la que esta disciplina[11] llegó y se popularizó en Occidente es muy compleja. Empezó a filtrarse gracias al interés de los filósofos del siglo XIX, fue retomada por espiritistas y después por otros grupos esotéricos y cercanos al “ocultismo”. Por lo mismo, aunque no queramos ver la relación que existe entre el yoga y todos estos pensamientos esotéricos, la relación existe y seguirá existiendo, pues incluso nuestro yoga físico retomó elementos de aquellos grupos, pero eso es tema para otro post.

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[1] Curiosamente, al final las Hermanas Fox terminarían arrepintiéndose de lo que hicieron declarando que todo había sido un fraude. Puedes leer más sobre esto en: The Death-Blow to Spiritualism: Being the True Story of the Fox Sisters de Reuben Briggs Davenport.

[2] Importante mencionar que, en el Espiritismo hablan más de espíritu que de alma.

[3] Me remito únicamente al yoga y no al hinduismo (o hinduismos) para evitar confusiones.

[4] Como la describe Yogi Ramacharaka.

[5] Como la describe Osho.

[6] En lo personal, no me atrevería a llamar doctrina al yoga, pues esta ha ido evolucionando y existen diferentes perspectivas del yoga dependiendo del tiempo y el lugar en el que se aborde.

[7] Hoy en día los conocemos como viajes astrales.

[8] Esto lo explica muy bien Francisco I. Madero en el Manual Espírita.

[9] Basándose en la traducción que realizó Dara Shiko al persa en 1640, por encargo del hijo del emperador Shah Jahan.

[10] Textos que dan inicio a las religiones hindús y al yoga.

[11] Para este punto, ya no podemos entender al yoga como doctrina en ningún sentido.

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