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El Yoga Sutra de Patañjali: una biografía, por David Gordon White

En la escena de yoga occidental nos gusta pensar que, el verdadero yoga es aquél que describe Patañjali es sus Yoga Sutras, un texto con 195 aforismos en los que se describe brevemente la práctica del Ashtanga Yoga o Yoga de Ocho Ramas / Componentes. Sin embargo, aunque sí se puede encontrar un sistema de ocho componentes en varios de los textos antiguos, la realidad es que, los Sutras de Patañjali, con y sin el comentario adjudicado a Vyasa[1], no fueron tan populares en la historia del Yoga antiguo. Esto se debe a que, más allá de la práctica como tal, Patñajali (y en especial Vyasa) aborda su sistema filosófico desde una punto de vista Sāṃkhya, mientras que, la gran variedad de practicantes solían seguir filosofías provenientes del Vedanta, y más adelante posturas desde el mismo Yoga[2] y Tantra.

Durante los últimos cuarenta años, se ha forjado la teoría en los departamentos universitarios de historia y estudios culturales de que gran parte de lo que se considera antiguo en la India en realidad fue inventado (o, en el mejor de los casos, reinventado o recuperado del olvido) durante la época del Raj británico.

Incluso cuando hablamos de yoga postural contemporáneo podemos ver cómo es que los Yoga Sutras tienen poco o nada que ver con la práctica que realizamos en los estudios de yoga. Esto lo podemos ver, en primer lugar, porque decimos que todo el yoga físico o postural que realizamos es Hatha Yoga[3], una disciplina completamente tántrica, mientras que el yoga propuesto por Patañjali es un yoga al que, hoy llamamos Raja Yoga (sin verdaderos fundamentos); ambos yogas tienen metas y sistemas diferentes, por lo que no podríamos aceptar a Patañjali como el santo patrono del yoga postural. Aún así, esa es la posición que le hemos dado a este maestro.

Durante varios cientos de años antes de su “descubrimiento” por un orientalista británico a principios del siglo XIX, el Yoga Sutra había sido una tradición perdida. Como resultado, los escribas habían dejado de copiar manuscritos de los Yoga Sutras (porque a nadie le importaba leerlos) y la instrucción en filosofía del Yoga había sido eliminada del plan de estudios tradicional hindú (porque a nadie le importaba recitar o memorizar los sutras).

Entonces… ¿Cómo es que los Yoga Sutras se volvieron el referente del yoga moderno? El indólogo estadounidense, David Gordon White se planteó esta pregunta y para responderla se puso a analizar la historia conocida de este texto, así como la biografía (o, mejor dicho, la hagiografía) de Patañjali, para entender la relación que tuvieron los Yoga Sutras con Occidente, así como la influencia de Patañjali en la antigua Indostán y el mundo musulmán[4]. Investigación que terminó convirtiéndose en el libro The Yoga Sutra of Patanjali: A Biography (El Yoga Sutra de Patañjali: una biografía[5]). Un libro denso, e interesante, que nos permite abordar más en la filosofía general del yoga (y en algunos detalles de la filosofía occidental moderna), y entender mejor el concepto de los Dharsanas, que son la base filosófica de las diferentes doctrinas hinduistas.

Alrededor de una docena de Puranas, que datan de los siglos IV al XIV, contienen uno o más capítulos sobre Yoga. Ninguno de ellos ofrece una descripción exhaustiva de los Yoga Sutra o su sistema filosófico, y aunque cinco Puranas proporcionan largas listas de gurús y discípulos del yoga, el nombre de Patanjali está notoriamente ausente en todos ellos.

El texto inicia con una introducción a los Yoga Sutras modernos, hablando sobre cómo se han interpretado estos aforismos en el mundo moderno y en cómo es que estas interpretaciones se complican cuando se realiza un acercamiento serio al texto de Patañjali. Continúa con un análisis de los Yoga Sutras en relación a la filosofía de la India, haciendo énfasis en el aspecto budista y Sāṃkhya de los Sutras, así como en relación a otros textos antiguos, como los Upanishads y el Mahabharata.

Si bien no se puede saber si las enseñanzas del Mahabharata sobre el Yoga fueron anteriores o posteriores a los Yoga Sutra, el hecho es que el libro duodécimo del Mahabharata menciona brevemente la práctica de ocho partes.

A partir de este punto empieza a hablar del creciente interés por la filosofía y religión India por parte del mundo occidental a mediados y finales del siglo XVIII. Este interés o curiosidad llevó a la creación de los estudios orientales y la indología, permitiendo que se “descubrieran” diferentes textos antiguos como el Bhagavad Gita. En este contexto fue que Max Müller generó gran parte de su trabajo, y también en el que el orientalista y botánico británico, Henry Thomas Colebrooke recuperó los Yoga Sutras del olvido. A raíz de esto, el autor empieza a hablar de la forma en la que los grandes filósofos occidentales, haciendo énfasis en Hegel y los Románticos Alemanes, fueron influenciados por la filosofía de la India, y en la ontología descrita en los Yoga Sutras; explicando también el por qué no se habla de filosofía india cuando se habla de la historia de la filosofía[6].

Para Hegel, el epítome del mundo onírico de la mente india era, precisamente, el Yoga, al que denominó “el núcleo más interno de la religión india”.

Al llegar el siglo XIX, Gordon White dedica un capítulo para hablar de Raja Rajendralal Mitra, quién fue el primer investigador cultural e historiador indio que escribió en inglés; abriendo la cultura y filosofía de la India al mundo occidental. Y, como era de esperarse, también empieza a hablar de la influencia de la Sociedad Teosófica y la manera en la que Helena Blavatsky y su séquito influyeron de manera directa en la forma en la que se entendía la filosofía india en Occidente y en el mismo Subcontinente Indio, dando pie a que los Yoga Sutras se empezaran a popularizar. Y continúa hablando de la influencia que tuvo Swami Vivekananda en el desarrollo del corpus filosófico del yoga contemporáneo, y quién retomó ideas teosóficas de los Yoga Sutras para incorporarlas en lo que él llamó Raja Yoga. Realiza también un análisis sobre el cómo recibieron a los Yoga Sutras en el mundo musulmán y termina hablando sobre Krishnamacharya, quién habló muy poco sobre los Sutras, y sus discípulos[7], que terminaron canonizando los Sutras, convirtiéndolos en la biblia del yoga contemporáneo.

Además, como indican las entrevistas de Mark Singleton con varios alumnos de Krishnamacharya del Mysore Yogashala, ninguna de las enseñanzas de su maestro de ese período trataba sobre los aspectos espirituales o filosóficos del Yoga.

The Yoga Sutra of Patanjali: A Biography, de David Gordon White, es un libro denso pero interesante, pues nos permite profundizar, de una forma sencilla y muy bien informada, en la filosofía de la India, y la del yoga, a través de la historia de los Yoga Sutra. Así que, si quieres saber más sobre el yoga que practicas, así como las similitudes y diferencias con el yoga patñjálico, vale mucho la pena que le eches un ojo a este libro. Eso sí, toma en cuenta que es un libro con rigor académico, por lo que será un libro denso y lleno de información.

Nota: El libro lo puedes conseguir únicamente en inglés en cualquier formato a través de Amazon.


[1] Como dato importante, se debe mencionar que los manuscritos más antiguos que se conocen de los Yoga Sutras son más bien manuscritos del Yoga Bhāṣya, que es el comentario realizado o adjudicado a Vyasa.

[2] En este punto, es importante mencionar que, en la filosofía/religión de la India se habla de 6 Dharsanas o Doctrinas (originalmente eran 5, eventualmente se aceptó al Yoga como una Doctrina filosófica extra). Las Sad Dharsanas (seis doctrinas) son: Vedanta, Yoga, Snkhia, Mimansa, Niaiá y Vaisesika.

[3] En muchas certificaciones para maestras y maestros de yoga se nos enseña que practicamos Hatha Yoga, porque en el medioevo, cuando se compuso el Hatha Yoga Pradipika, se le dio más importancia a la postura, permitiendo que el yoga fuera más físico y similar al que practicamos hoy en día. (Aunque la realidad es que el yoga postural no tiene mucho que ver con el Hatha Yoga medieval).

[4] Recordemos que el territorio de Indostán fue ocupado por los árabes/musulmantes durante siglos, lo que permitió un acercamiento entre la filosofía del yoga y el sufismo musulmán.

[5] Aunque podríamos decir que el término correcto para referirse al texto es El Yoga Sutra, en español nos hemos acostumbrado a nombrarlo en plural.

[6] A pesar de que la filosofía india es mucho más antigua que la griega.

[7] Hablo de discípulos en masculino, porque Indra Devi nunca habló de filosofía o espiritualidad en sus libros y clases de yoga.

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