El Yoga Tántrico: un camino para la realización del cuerpo y el espíritu, de Julius Evola
Desde que era un niño escuchaba hablar del Tantra como una práctica sexual que buscaba aumentar el placer a través de la conexión con la pareja. Escuchaba hablar de cómo es que, en el sexo tántrico se buscaba enaltecer el placer sobre cualquier cosa, permitiendo alcanzar orgasmos intensos, casi mágicos. Después empecé a adentrarme en el mundo del yoga y, en diferentes cursos y libros me enteré que, el yoga que practicamos en Occidente es Hatha Yoga, un estilo que nació en el medioevo y en el que se pone al cuerpo como el principal elemento para poder alcanzar la liberación (Moksha) o el yoga[1].
Pero la realidad es que, el Tantra no es un tipo de práctica sexual, ni el yoga que practicamos deriva directamente del Hatha Yoga medieval. Estas dos afirmaciones surgen de la manera en la que Occidente empezó a apropiarse de las prácticas orientales en favor de satisfacer las necesidades que tenían diferentes grupos e individuos a principios del siglo pasado. En cuanto al Yoga, este se popularizó en Occidente principalmente gracias a los teósofos (grupo formado por Helena Petrovna Blavatsky, escritora y ocultista rusa, en año 1875, en Nueva York), grupo que patrocinó a Vivekananda e Indra Devi, entre otros personajes, influyendo de manera directa en la forma en la que compartieron las interpretaciones del yoga.
Por otro lado, el Tantra llegó a América gracias a Pierre Bernard, quien afirma estudió tantra y yoga de la mano de Sylvais Hamati. Bernard aprovechó la sed espiritual que se vivía a finales dei siglo XIX y principios del XX para crear Tantrik Order of America, un grupo de carácter iniciático, como los masones, en el que se estudiaba el Yoga y el Tantra; grupo que usó para aprovecharse de las alumnas, y, según cuentan, realizar orgías. Esto llegó a los periódicos de la época, escandalizando al país y creando la idea de que Tantra es sinónimo de placer sexual; más adelante, en los años sesente, con la llegada de la Nueva Era, se desarrolló toda la idea y pseudofilosofía del Tantra, entendiéndolo como un Yoga Sexual.
Pero el Tantra es mucho más que eso, de hecho, Tantra es una doctrina en la que se enaltece a Shakti, la fuerza de la diosa que permite el poder de Shiva, el dios. Bajo esta doctrina, el dios (que puede ser Shiva o Visnú, dependiendo de la corriente) no tiene fuerza, ni poder, sin su consorte. Según el tantrismo, el dios creó el mundo, pero la Shakti es la que permite la vida. Por otro lado, el Tantra llegó a romper con el odio, por así decirlo, que se tenía al cuerpo y objetos mundanos (del mundo), dándole una nueva fuerza e importancia al cuerpo físico, pues este es el que nos permite navegar en vida, y, por ende, buscar acercarnos a la Verdad.
Pero… ¿Qué es el Tantra? ¿Cómo son (o eran) las prácticas del Yoga Tántrico? Ante la desinformación y las interpretaciones a modo que surgieron en Occidente durante el siglo XX, el filósofo italiano, Julius Evola, publicó El Yoga Tántrico: un camino para la realización del cuerpo y el espíritu; un libro en el que se dedica a diseccionar brevemente (en 344 páginas) la doctrina del Tantra y algunos de los aspectos más importantes de la práctica del Yoga Tántrico, dejando a un lado las concepciones occidentales de las mismas, y haciendo una fuerte crítica a las mismas. Eso sí… todo, con un fuerte rigor académico-filosófico, lo que permite que un muy buen acercamiento al Tantra y al Yoga.
El libro inicia con una completa introducción sobre lo que es el Tantra, la historia y el origen de los Tantra, los textos de los que deriva toda la doctrina; y continúa explicando cómo es que, el aspecto Femenino del Absoluto, es decir la Shakti o Energía, es la protagonista del tantrismo. Desde ahí, se adentra en la idea de que, todo practicante de Tantra debe de debe hacer todo lo posible para despertar y potenciar su propia Shakti, misma que se encuentra dentro de todas y todos los humanos enroscada en forma de Kundalini. También ahonda en la diferencia entre las dos principales ramas del tantrismo, el Tantra de la Mano Derecha y el Tantra de la Mano Izquierda; esa segunda vertiente es la que llega a utilizar, en ciertos rituales muy controlados, el sexo, la carne y al alcohol dentro de sus ceremonias.
Después de haber definido, y ahondado, en conceptos como Shakti, Tattva, Pasu, Vira y Divya, entre otros, empieza a describir la práctica de Yoga Tántrico, enfocándose inicialmente en el aspecto sexual de la práctica. Explica cómo es que se llega a utilizar el sexo en diferentes ritos, buscando eliminar el concepto de placer, para poder entregarse a la renuncia total (una renuncia que incluso puede llevar al practicante a cometer incesto). Es justo aquí, cuando Julius Evola realiza una breve crítica a la moral, hindú, y en especial al concepto e Ahimsa o no violencia. Y es que, en Occidente solemos pensar en Ahimsa como una norma que nos impide matar o dañar a cualquier ser vivo, una de las razones por las que muchos yoguis y yoguinis contemporáneos se acercan al vegetarianismo y veganismo; sin embargo, en el Bhagavad Gita, el mismo Krishna le explica a Arjuna que, no está mal asesinar a tu familia (claro, no usa esas palabras exactamente), siempre y cuando se haga todo en nombre del mismo dios, dejando a un lado cualquier apego al mundo físico.
Julius Evola continúa explicando el origen del poder de los mantras, la naturaleza de los tres cuerpos, los Nadis y los Chakras. Desde aquí, empieza a realizar un análisis teórico-filosófico sobre la práctica de Hatha Yoga que se explica en otros textos, como el Hatha Yoga Pradipika. Por otro lado, cabe mencionar que, a lo largo de todo el libro, también realiza una crítica a la manera en la que buscamos entender la filosofía y doctrina del Yoga y del Tantra. Es justo aquí cuando habla sobre cómo es que la psicología se ha adueñado y malinterpretado de los conceptos y técnicas de la India, para ajustarlas a las necesidades de Occidente; incluso menciona los estudios que realizó Jung sobre la espiritualidad oriental.
El Yoga Tántrico: un camino para la realización del cuerpo y el espíritu es un libro complejo, pues realiza un análisis muy profundo sobre la doctrina del Tantra y la práctica del Yoga, retomando conceptos sánscritos, pero desde un punto de vista filosófico. Además, la manera en la que redacta todo el texto, aunque interesante, se vuelve muy compleja por el abordaje que le da a los temas, convirtiéndolo en un libro retador para quienes están iniciando a adentrarse en la filosofía del Tantra. Pero, si quieres adentrarte profundamente en el tema, vale mucho la pena echarle una leída al ensayo de Julius Evola[2]; eso sí, siempre con una visión crítica y entendiendo que nadie tiene la verdad absoluta cuando se habla de estos temas.
___________________
[1] Es importante señalar que, de acuerdo al manual medieval o texto antiguo que se consulte, la finalidad del yoga puede variar.
[2] Creo importante mencionar que, el autor fue un aliado del fascismo italiano tras la Segunda Guerra Mundial; abiertamente misógino y racista, antiliberal y antidemocrático, que poco a poco fue adentrándose en el ocultismo y, por ende, en el budismo y tantrismo. Esto podría no tener mucha importancia, si no fuera porque en el texto se pueden llegar a encontrar algunos rastros de su ideología (especialmente en la manera en la que habla de la mujer).
