La historia del Tapete de Yoga
Dejando a un lado todos los conceptos filosóficos o espirituales del Yoga, se puede decir que este es uno de los ejercicios más sencillos que existen. Y es que, a diferencia del ciclismo, el beisbol, el futbol, o cualquier otro deporte, no necesitas absolutamente nada para poder practicar esta disciplina. No necesitas comprar zapatos especializados, tampoco necesitas comprar balones, raquetas o algún equipo especial para practicarlo. Solo necesitas tener un cuerpo y la disposición de dedicar unos minutos al día a practicar. Pero… si no se necesita nada para practicar… ¿Por qué todo el mundo usa tapetes de Yoga?
No se sabe a ciencia cierta en qué momento se empezaron a usar tapetes de Yoga. Sin embargo, la primera referencia que se tiene sobre algún tipo de tapete para practicar yoga se encuentra en el Shvetashvatara Upanishad, un texto escrito entre el siglo IV y el VI antes de Cristo. En este texto, al igual que en el Bhagavad-gītā (siglo III a.C.) y el Hatha Yoga Pradipika (siglo XV d.C), se menciona que el yoga se debe practicar sobre la piel de algún animal:
Sentado en una postura fácil, sobre una piel (de ciervo o tigre), colocado sobre hierba Kusha, adorando a Ganapati con frutas y golosinas, colocando la palma derecha sobre la izquierda, manteniendo la garganta y cabeza en la misma línea, los labios cerrados y firmes, de cara al este o norte, con los ojos fijos en la punta de la nariz, evitando comer demasiado, los Nadis deben estar purificados, sin esto la práctica será infructuosa.
Shvetashvatara Upanishad
Los yoguis ancestrales practicaban sentados en la tierra, en la hierba o en la piel de cualquier animal; eso sí, la piel del animal tenía que ser de algún animal que haya muerto de manera natural, para respetar el principio de Ahimsa, o la no violencia. Con el tiempo, la práctica del Yoga empezó a ramificarse y evolucionar; agregando más y más posturas que ayudarían a purificar el cuerpo y activar los chakras. En vista de que, la piel de tigre era difícil de conseguir, desde finales del siglo XIX (d.C) se empezaron a usar paños de diferentes materiales para brindar suporte contra el piso.
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A principios del siglo XX, en gran parte gracias a Tirumalai Krishnamacharya (y al Maharaja de Mysore) el yoga dejó de ser una disciplina de ermitaños que vivían lejos de la civilización, y se masificó en las ciudades. En aquél entonces, se empezaron a usar toallas y otras telas para delimitar el espacio, evitar la suciedad del piso y brindar algún soporte durante la práctica. Pero usar estos tapetes era bastante incómodo, ya que los pies tienden a patinarse, aunque apliques mucha fuerza y concentración. Las lesiones estaban a la orden del día.
En 1967, Angela Farmer empezó a tomar su primera clase de yoga. Seis meses despúes conoció a B.K.S. Iyengar y se dedicó a estudiar bajo su tutela por diez años. Tiempo después, a mediados de los ochenta, Angela estaba dando clases especiales en Alemania, se encontró con una alfombra de espuma en alguna tienda. La tocó y se le ocurrió la idea de usarla para su práctica de Yoga, en vez de las toallas que estaba usando. Así que, compre la alfombra, la cortó del tamaño del tapete y, sin saberlo, revolucionó el mundo del Yoga. Angela había creado el primer tapete de yoga moderno. Al regresar a Londres y ver que todos sus alumnos estaban interesados en este tapete de yoga, Angela se asoció con su padre, Richard Farmer, para crear la primera compañía de tapetes de yoga en el mundo.
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Desde aquél entonces, los tapetes de yoga han evolucionado enormemente. Han pasado por todo tipo de materiales y texturas; hoy en día, encontrarás una infinidad de colores y modelos diferentes de tapetes de yoga. Ahora, debes saber que, aunque no es necesario comprar un tapete para poder practicar yoga, usarlo podría ayudarte en tu práctica. ¿Por qué? Simplemente porque un tapete de yoga te aislará del frío y suciedad del piso, te brindará tracción (y evitará que te resbales) y te dará soporte y amortiguación para que tu práctica sea más cómoda. Además, si vas a un estudio de yoga, te ayudará a definir el espacio de tu práctica y te ayudará a que la práctica sea más higiénica).
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