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La historia del Gurú y su devenir en estafadores contemporáneos

El término Gurú proviene del sánscrito que puede traducirse, de manera literal, como pesado. Este término data de mediados del milenio II a.C. al ser mencionado en el Rig-Veda, uno de los textos más antiguos de la India; y justamente en ese texto, la palabra gurú se utiliza para mencionar su significado real, el de algo pesado. Fue hasta el siglo VII o VI a.C. cuando la palabra gurú dejó su significado original, y pasó a significar maestro; esto fue gracias a que el rishi (sabio) Iagñavalkia utilizó el término para referirse a un maestro. Y, para el siglo V a.C. el significado de maestro ya era muy común, gracias a los Upanishads.

Según The American Heritage Dictionary of the English Language, el término gurú proviene del sánscrito antiguo y es un término que deriva de la raíz protoindoeuropea *gʷerə (misma que derivó en el término latín gravis, o grave en español). Sin embargo, en sus textos, Iagñavalkia afirma que la palabra gurú proviene de la conjunción del término Gu, que se refiere a la obscuridad, y Ru, que se refiere a destruir; entonces, el gurú es aquél que destruye la obscuridad de la mente.

gu shabdas tu andhakarah siat
ru shabdas tan nirodhakáh
andha kara nirodhituát
gurur iti abhidhíiate

El sonido gu es la oscuridad,
el sonido ru, eso destruye.
Aquel que de la oscuridad hace la destrucción,
como gurú a ese se lo conoce.

Desde aquél entonces, el gurú tomó una gran importancia dentro de la cultura hindú, y especialmente en el mundo del yoga clásico. Por ejemplo, en el primer capítulo de los Yoga-Sutras (siglo III a.C.), en el Sutra 26, Patañjali dice: El Ser Supremo es eterno. De hecho, es el mejor gurú. él es la fuente de orientación para todos los profesores: pasado, presente y futuro. De esta forma, el gurú era visto como un ser sabio e (muchas veces) iluminado, que tenía todo el conocimiento necesario para poder alcanzar la meta del yoga.

Algunos siglos después, en la edad media, el Haṭhayogapradīpikā inicia saludando al al Gurú Srinatha quien explica el Hatha Yoga y su consecución al Raja Yoga. También empieza a hacer mucho énfasis en la importancia del gurú para poder aprender y seguir las disciplinas del yoga de manera correcta; por ejemplo, en el capítulo 2, verso 1, dice: Cuando la postura es estable, un yogi, maestro de sí mismo, comiendo alimentos saludables y moderados, debería practicar el Prânâyâma, según las instrucciones de su gurú.

Habiéndose sentado en una habitación así y libre de todas las ansiedades, debe practicar Yoga, según las instrucciones de su gurú. – Haṭhayogapradīpikā (capítulo 1, verso 14)

En aquél entonces, la relación que tenía un gurú con sus discípulos era muy íntima, pues lxs discípulxs vivían con (o muy cerca) su gurú. El aprendiz pasaba años al lado de su gurú (y el gurú solía tener únicamente unos cuantos alumnos) aprendiendo las enseñanzas de su maestro.

No fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX que el concepto de gurú empezó a cambiar. En aquél entonces, Europa estaba viviendo una revolución industrial y también cultural; por un lado, surgió una nueva fisicultura (pues se buscaba que los cuerpos fueran más fuertes y sanos) y por el otro se generó un gran interés en las “ciencias ocultas”. Lo mismo ocurrió en Estados Unidos, lo que permitió la creación del Nuevo Pensamiento (creencia no religiosa). Esto ayudó a que, tanto Europa como América[1] voltearan su atención al mundo oriental.

En aquél entonces, en la India estaba resurgiendo el yoga patañjálico y se estaba creando un nuevo yoga postural[2]. Fue así que, mientras Occidente buscaba nuevas respuestas a nuevas preguntas en Oriente, el Yoga empezó a permearse en la cultura occidental. Pronto, un gran número de personas empezaron a interesarse en el Yoga. Fue así que, los maestros de yoga empezaron a formar escuelas y comunidades donde pudieran compartir sus enseñanzas de manera masiva; creando un nuevo concepto de gurú.

El gurú ya no era la persona que transmitía su conocimiento a un solo alumno o un grupo pequeño, sino que se había convertido en una especie de orador (casí como de una Ted Talk) que compartía su conocimiento a las masas. Para la segunda mitad del siglo XX, el mundo estaba lleno de gurús que viajaban por el mundo enseñando y despertando las conciencias de todxs sus fanáticxs. El mundo estaba siendo salvado por aquellos guías espirituales, que predicaban la filosofía del zen, del yoga y del amor.

Pero no todo es amor y paz cuando hablamos de los gurús contemporáneos. Quizá no podemos decir que, estos líderes espirituales hayan creado sectas como tal, pero sí podemos asegurar que, por la manera en la que estos gurús se han acercado a sus seguidorxs[3], los ha llevado a crear grupos prácticamente sectarios, en los que el gurú es visto como una especie de mensajero del Ser Supremo (o Dios, o el Universo). Esto, ha permitido que los gurús se aprovechen de muchas formas de sus fanáticxs sin ninguna consecuencia alguna.

Cierta obscuridad es necesaria para ver las estrellas. – Osho

Un buen ejemplo de esto es Osho, conocido por todo el mundo como el Gurú del Sexo. Un hombre que influyó de manera “positiva” (esto es muy cuestionable) en el mundo al hablar de los peligros del ego, la forma de la conciencia, y la importancia de la renuncia y la meditación para alcanzar la iluminación. Basta con buscar el nombre de Osho en Google para encontrarte con un sinfín de citas motivacionales que buscan inspirar paz en nuestro ser y en quienes nos rodean. Muchas de ellas, basadas en la filosofía del yoga clásico y el budismo zen.

Pero el león no es como lo pintan, o en este caso… el gurú no es como lo describen. Mientras que, un gran número de personas lo consideran un iluminado, y continúan buscando sus enseñanzas a través de sus libros; se sabe que Bhagwan Shree Rajneesh (la persona detrás del personaje de Osho) fue una persona completamente diferente. No entraré en detalles de su vida y lo que hizo (para no hacer una novela), pero se puede decir que; mientras que le gurú predicaba con el desapego y le renuncia, la paz y la espiritualidad, el hombre usaba el dinero de sus fanáticxs para coleccionar Rolls-Royce (tuvo 93 de estos autos de lujo), también buscó influir en la política estadounidense, ejecutando un ataque bioterrorista para incluir en las elecciones locales (intoxicación con salmonella en restaurantes), entre muchas otras cosas.

Otro gran ejemplo de gurús contemporáneos que se han creado grupos sectarios es el infame Bikram Choudhury. Un hombre que creó un imperio de yoga con la implementación de su Bikram Yoga, un estilo de yoga realizado en salones calientes. Más allá de haber prostituido el yoga para convertirlo en una franquicia, Bikram, el gurú creó una base de seguidores y seguidoras leales. Y aprovechó su estatus de “iluminado” para aprovecharse de sus seguidores. No me refiero a los costosos retiros y certificaciones de yoga que ofrecía en destinos paradisiacos, sino al hecho de que abusó sexualmente de varias de sus alumnas. Mismas que tuvieron mucho miedo de denunciarlo. Hoy en día, el hombre es buscado en varios países por delitos sexuales.

Y así como Osho y Bikram, existen muchos otros gurús que se han aprovechado (económica y/o sexualmente) en mayor o menos medida de sus seguidores y seguidoras. Podríamos hacer una lista enorme de ellos, pero por mencionar a algunos podemos hablar de Swami Vivekananda Saraswati, Pattabhi Jois, Gurmeet Ram Rahim Singh, Swami Bhaktivedanta Prabhupada, Sai Baba y Maharishi Mahesh Yogui, entre otros.

Como verás, el término de gurú ha cambiado a lo largo de los siglos. Hoy en día, cualquier persona con suficiente carisma puede convertirse en un gurú. Esto no es necesariamente malo, pues las enseñanzas espirituales que ofrecen pueden ayudar a un gran número de personas a salir adelante y encontrar la paz interior. Sin embargo, creo que es importante mantener siempre una mirada crítica a la cultura del gurú contemporáneo, para evitar que gurús autonombrados sigan aprovechándose de las personas que acuden a ellos en busca de alguna respuesta.

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[1] Pongo América porque EE.UU. no fue el único país del continente interesado en la cultura de la India; en México también hubo un interés por el espiritismo y la cultura hindú (misma que entraba dentro del espiritismo), al punto de que, el mismo Francisco I. Madero escribió comentarios al Bhagavad Gita y dirigió su política a través de la ética de este libro. Más información en: El Yoga y la Revolución Mexicana, la influencia del Bhagavad Gita en la política de Francisco I. Madero

[2] Por un lado, Vivekananda empezó a pregonar las enseñanzas del Raja Yoga de Patañjali en los Estados Unidos, y por el otro Tirumalai Krishnamacharya (y otros personajes) empezó a desarrollar un nuevo estilo de acondicionamiento físico al que llamó yoga (recomiendo leer El Cuerpo del Yoga, de Mark Singleton para profundizar en este tema).

[3] Quienes suelen estar vulnerables o en una búsqueda de paz personal.